30.11.13

Cardenal Mendoza (Calle del)


Entre las calles de Saavedra Fajardo y Santa Úrsula. Distrito 10 (Latina). Barrio de la Puerta del Ángel.

Muy cerca del lugar donde estuvieron la Quinta del Sordo y la Estación de Goya, ambas desaparecidas, se halla esta calle, dedicada a uno de los personajes más importantes del siglo XV en Castilla. Pedro González de Mendoza, nacido en Guadalajara el 3 de mayo de 1428, pertenecía a una de las familias más linajudas del reino, que le destinó a la carrera eclesiástica desde niño. Estudio en Toledo y Salamanca y en 1452 se convirtió en capellán real de Juan II de Castilla; dos años más tarde, con solo 27, se le concedió el obispado de Calahorra. Poco tiempo después, desde 1456, empezó a intervenir intensamente en la política de la corte. Su familia, fiel a Enrique IV –lo cual le valió el arzobispado de Sevilla-, apoyó primero a Juana la Beltraneja en su conflicto con Isabel I, pero luego cambió de bando y su participación fue fundamental para su triunfo final. Entretanto, en 1473, Sixto IV le había nombrado cardenal. En 1482 se convirtió en arzobispo de Toledo; siguió conservando su poder en la corte hasta su muerte, acaecida en Guadalajara el 11 de enero de 1495 en su misma ciudad natal; por ejemplo, consiguió que cierto fraile desconocido se convirtiese nada menos que en confesor de la reina Isabel. Tal fraile respondía al nombre de Francisco Jiménez de Cisneros.

4.11.13

Cardenal Cisneros (Calle del)



Entre las calles de Luchana y de Viriato. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Trafalgar.

La calle del Cardenal Cisneros se abrió en el siglo XIX, en los terrenos del Ensanche que poco a poco fueron haciendo crecer la villa hacia el norte, absorbiendo los suburbios que de forma espontánea habían crecido extramuros de la puerta de Santa Bárbara y habían dado origen al popular y populoso barrio de Chamberí. En principio llevo el nombre de Charcas de Mena, por unas balsas de agua que hubo por la zona. Hoy en día forma parte del Madrid burgués y por la noche se transforma en centro de uno de los muchos núcleos de diversión de que dispone la juventud madrileña. Muchos bares, discotecas, restaurantes y demás centros de ocio completan la oferta de una calle que en los últimos tiempos es de las más frecuentadas por quien escribe estas líneas, que habitualmente se reúne con sus amigos en la cervecería llamada L'Europe, donde es posible degustar diversos tipos de cervezas de muchos países, acompañadas de viandas quizá no muy suculentas, pero sí dignas de acompañar las bebidas citadas.

La vía está dedicada desde 1880 a una de las personalidades más destacadas de los comienzos del siglo XVI español, el siglo en el que la estrella de la monarquía hispana estaba llamada a brillar con más fuerza. Gonzalo Jiménez de Cisneros nació en la localidad madrileña de Torrelaguna en 1437. Cambió su nombre por el de Francisco al entrar en religión. Estudió en Salamanca, Alcalá y Roma. Estaba destinado a ocupar el arciprestazgo de Uceda, pueblo próximo al suyo, y al no querer renunciar a él sufrió prisión, decretada por el arzobispo de Toledo. Fue capellán de la catedral de Sigüenza, así como vicario general del obispo de esa diócesis. Ingresó en la orden franciscana en 1477 y se retiró al convento de Salceda. Fue elegido por Isabel la Católica como confesor, pero su carrera prosperó hasta el punto de ser propuesto para arzobispo de Toledo (1495), cargo de hubo de aceptar por orden pontificia. Fue regente del reino a la muerte de Isabel I, hasta el retorno a España de Fernando el Católico, que agradecido, le consiguió el capelo cardenalicio en 1507 y le nombró inquisidor general. Desde entonces intervino cada vez más en la política del reino; favoreció la expansión norteafricana de Castilla y volvió a asumir la regencia en 1516, tras el fallecimiento de don Fernando. Desde entonces y hasta su muerte se enfrentó a los preceptores extranjeros de Carlos V y consintió al deseo de éste de ser proclamado rey aun cuando su madre doña Juana aún vivía. Aparte de ser un gobernante enérgico y válido, el cardenal Cisneros también se destacó por ser un protector de la cultura. Fundó la Universidad Complutense y el Colegio de San Ildefonso, además de promover la elaboración de la Biblia Políglota Complutense. La muerte le sorprendió en el pueblo burgalés de Roa el 8 de noviembre de 1517, cuando Carlos V ya había decidido jubilarle o, dicho de otra manera, le iba a dar permiso para retirarse a su diócesis.

(P. S.- Esta entrada fue escrita hace muchos años, por lo cual servidor ya no puede afirmar categóricamente que esta calle sea un "núcleo de diversión" y, mucho menos, que quien esto escribe la frecuente mucho últimamente... Al menos la cervecería L'Europe sigue existiendo.)