29.5.15

Cava Baja


«Calle de la Cava Baja (Madrid)1» CC BY-SA  Pedro Reina 

Entre las plazas de Puerta Cerrada y del Humilladero. Iguales distrito y barrio que la anterior.

Vale para la explicación del nombre lo dicho en la calle anterior; añadamos que también se llamó Cava Baja de San Francisco. Los cronistas coinciden en dar un valor especial a la Cava Baja, de la que Peñasco y Cambronero indican que es “la calle Mayor de un pueblo de Castilla la Nueva”. Y es que en su época abundaban las posadas donde se alojaban gentes venidas de cualquier punto de España para participar en mercados y ferias de ganado y a realizar todo tipo de transacciones comerciales, formando un batiburrillo en el que se veían –según dicen los mismos autores- “confundidos diariamente desde la barretina catalana al zagalejo de Burgos, desde la boina de Guipúzcoa a la mantilla de Salamanca”. Répide, aunque recoge la misma idea, añade que nuestra calle “es, sin embargo, tan madrileña que, si faltara, no les parecería que habían llegado a Madrid” a las muchas personas que por allí pasaban, porque además de tener posadas y paradores fue durante mucho tiempo el punto de partida y llegada de las diligencias y otros carruajes que iban y venían de localidades como San Martín de Valdeiglesias, Illescas, Segovia o Villaviciosa de Odón. Eso en los tiempos de Peñasco y Cambronero (1889), en los de Répide, más de 30 años después, aún seguía siendo así; lo que había cambiado era la fuerza motriz: de las mulas o caballos al motor de explosión.


La Posada del Dragón 

De las muchas posadas que citan nuestros cronistas (del León de Oro, de la Villa, del Dragón, del Galgo, de la Merced, de San Isidro, de San Pedro o mesón del Segoviano, de las Ánimas, del Pavo Real, de Vulcano, del Portugués…) subsisten, al menos nominalmente, las tres primeras, en los números 12, 13 y 14, respectivamente. La de la Villa ostenta una placa en su fachada que reza “Casa fundada en 1642” y la del Dragón ocupa un edificio que fue levantado por el marqués de Cubas en 1868; el dragón de esta última posada se dice que se inspiraba en el que hubo esculpido en la Puerta Cerrada y que sirvió para que algunos afirmasen que Madrid había sido fundada por los griegos, que, como todo el mundo sabe, llevaban dragones en sus estandartes... En el número 30, donde se hallaba el Parador de la Merced, hoy tiene el célebre Lucio una taberna (su restaurante, que ocupa el antiguo lugar del mesón del Segoviano, está en el número 35).

22.5.15

Cava Alta


By Photographer, Pedro Reina (Placas de calles en Madrid)
[CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons

Entre la calle de Toledo y la plaza del Humilladero. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.

Una cava es el foso que rodea a una muralla. Y eso es lo que aquí hubo en tiempos. La línea de la muralla pasaba por aquí, como ya vimos al tratar de la calle del Almendro. Cuando la fortificación perdió su sentido, se terraplenó la cava para favorecer el crecimiento urbano y surgió esta calle, que en el plano de Texeira se llama Cava Alta de San Francisco. Su comienzo, en el que da un brusco giro de 90 grados, se llamó plaza de la Berenjena, ya que por allí había un berenjenal, que formó parte del huerto del Hospital de la Latina y en el que ignoro si se metería alguien antes de que desapareciera para dar espacio al convento de la Concepción Francisca.


15.5.15

Casto Plasencia (Calle de)


Casto Plasencia. Dibujo de Alfredo Perea (1890). Grabado por Arturo Carretero.

Entre las calles del Marqués de Santa Ana y de las Minas. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad.

El anterior nombre de esta calle fue el de callejón de las Minas, aunque también se denominó de la Cruz de la Zarza, según el plano de Espinosa. Para la explicación del antiguo nombre, remito al lector al artículo dedicado a la calle de las Minas –que llegará.

Desde el 3 de octubre de 1890 está dedicada al pintor Casto Plasencia, nacido en la localidad de Cañizar (Guadalajara) el 17 de julio de 1846 y muerto en Madrid el 18 de mayo de 1890, que entre otras cosas participó en la decoración del Palacio de Linares y también en la de San Francisco el Grande, donde pintó la alegoría de la orden de Carlos III en la capilla de la Virgen del Olvido o de Carlos III y colaboró en la decoración de los plementos de la cúpula.

8.5.15

Castillo Piñeiro (Calle de)


Fachada principal del Hospital de San José y Santa Adela

Entre la avenida de la Reina Victoria y la calle de Aranjuez. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de Bellas Vistas.


Esta estrecha y algo quebrada calle lleva el nombre (o más bien los apellidos) del doctor Eduardo del Castillo Piñeiro, organizador que fue del Hospital de San José y Santa Adela que precisamente se encuentra en la esquina de esta rúa con la avenida de la Reina Victoria. El doctor Castillo Piñeiro fue el albacea del testamento de la fundadora, doña Adela Balboa (también tiene una calle en esta zona, que precisamente arranca de la que estamos tratando), que dispuso que a su muerte (acaecida en 1890) su legado fuese destinado a “crear una casa de salud” para “los criados y criadas de servir en esta corte”. Desde 1918 el hospital está ligado a la Cruz Roja.

1.5.15

Castillo (Calle del)


Castillo templario de Ponferrada (León)
Foto: CC-BY-SA Jaccroube

Entre las calles de Raimundo Lulio y de Eloy Gonzalo. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Trafalgar.

Calle relativamente reciente del barrio de Chamberí. Hay discrepancia entre dos de nuestras principales fuentes a la hora de explicar su nombre. Peñasco y Cambronero creen que está dedicada a Gregorio del Castillo, cabecilla de los comuneros en Madrid, y se dedican a dar una detallada explicación de sus actos en aquellos días de sublevación. Répide, sin embargo, cree otra cosa y es de la que me voy a hacer eco ya que le da un toque más misterioso y romántico. Conjetura D. Pedro que, dado que estos terrenos pertenecieron en su día a la Orden del Temple, aquí, por tanto, tuvieron su castillo los templarios. El castillo desapareció, pero sus ruinas se debieron de mantener el tiempo suficiente antes de su total desaparición como para que las gentes de la villa conociesen como “el Castillo” este paraje y de ahí vino el nombre de la vía.