Diego de León.
Anónimo (Museo del Ejército, Madrid)
Amplia avenida que discurre de poniente a levante en la zona más noble del Ensanche, el barrio de Salamanca. Como noble y admirada fue la persona a la que está dedicada. Diego de León y Navarrete, nacido en Córdoba el 30 de marzo de 1807, provenía de una familia aristocrática –su padre, el marqués de las Atalayuelas, era “propietario” de una compañía de caballería donde Diego comenzó su carrera militar. Se destacó en la primera guerra carlista en varias acciones; en una en particular, la de Arcos, le valió la Cruz Laureada de San Fernando y en otra, la toma de Belascoain, obtuvo el título de conde. En 1838 fue nombrado virrey de Navarra y en 1840 capitán general de Castilla la Nueva. Enfrentado a Espartero, se exilió a Francia. Tomó parte en el levantamiento contra el regente que tuvo lugar el 7 de octubre de 1841, en el cual su misión era tomar el Palacio Real y apoderarse de la reina Isabel II, entonces una niña a la que faltaban días para cumplir once años. La acción fracasó gracias a la heroica resistencia de los alabarderos y Diego de León hubo de huir. Apresado cerca de Colmenar Viejo, fue condenado a muerte por un inflexible Espartero, que desoyó las múltiples peticiones de clemencia para el que era considerado por casi todo el mundo como “la primera lanza del Reino”. El 15 de octubre de 1841 fue fusilado en las cercanías de la puerta de Toledo, por un pelotón al que él mismo dio la orden de “fuego”. No pasó mucho tiempo hasta que se le honró con una importante calle en Madrid y se le considerase una especie de héroe romántico. Así somos los españoles.