Entre la calle Mayor y la plaza del Biombo. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
En el solar que ocupó hasta 1836 el convento de Constantinopla se abrieron algunas calles; una de ellas es ésta de Calderón de la Barca, que recibió el nombre del gran dramaturgo español a propuesta de Mesonero Romanos ya que estuvo sepultado muy cerca, en la desaparecida iglesia de San Salvador. Cuando el templo fue derribado en 1842 y tras una intensa búsqueda, los restos que se creyó eran de Calderón (a finales del siglo XVII se cayó la bóveda de la iglesia y los cadáveres se confundieron con los escombros) se llevaron primero a la iglesia de las Calatravas y luego al cementerio de San Nicolás, que estuvo en la calle de Méndez Álvaro. En el comentario de esa calle se continuará con el triste relato del peregrinaje de los huesos de Calderón hasta llegar a su fatal desaparición.
Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600. Fue bautizado el 14 de febrero siguiente en la parroquia de San Martín. Estudió primero con los jesuitas en su villa natal y después en las universidades de Alcalá y Salamanca. A los veinte años se inició su fama como dramaturgo; pocos años después era uno de los autores más conocidos en Madrid. En 1635 se inauguró el teatro del palacio del Buen Retiro con una obra suya, la comedia El mayor encanto, amor. Más adelante orientó su vida hacia la milicia, y tuvo una participación destacada en las guerras de Cataluña. En 1651 se ordenó sacerdote y fue entonces cuando encaminó su producción hacia un tipo de teatro más moralizante y religioso, cuyo fruto principal son sus más de setenta autos sacramentales. De ellos destacan La vida es sueño y El gran teatro del mundo. Además escribió ciento diez comedias (El mágico prodigioso, El alcalde de Zalamea, La dama duende, El médico de su honra), entremeses, zarzuelas, loas y otras obras. Murió el 25 de mayo de 1681, en su casa de la calle Mayor; una placa de mármol situada en el lugar honra la memoria de nuestro gran dramaturgo.
19.4.12
10.4.12
Calatrava (Calle de)
Entre la calle de Toledo y la plaza de San Francisco. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
El primer morador ilustre que tuvo esta calle fue Moisés Romano, personaje muy influyente en la corte del rey de Castilla Enrique II, durante la segunda mitad del siglo XIV. Cuando más de cien años después los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos, los descendientes de Romano tuvieron que abandonar sus casas. Mucho tiempo más tarde se vino a asentar aquí un señor llamado Luis Monroy de Calatrava, que fue quien prestó su nombre a la vía. Fue personaje de gran hacienda; tenía una buena casa con un oratorio privado en el que guardaba una muy venerada imagen de Cristo. Al morir, dejó su casa al convento de Maravillas, donde era monja una sobrina suya. La imagen de Cristo, que por lo anteriormente narrado fue conocida como de las Maravillas, estuvo puesta durante un tiempo en el portal de la casa que fue de don Luis, que era la número 10. En 1820 la casa fue expropiada y posteriormente vendida. La dama que la compró, aunque mantuvo la casa y el oratorio, llevó la imagen a la capilla de San Isidro de la parroquia de San Andrés.
El primer morador ilustre que tuvo esta calle fue Moisés Romano, personaje muy influyente en la corte del rey de Castilla Enrique II, durante la segunda mitad del siglo XIV. Cuando más de cien años después los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos, los descendientes de Romano tuvieron que abandonar sus casas. Mucho tiempo más tarde se vino a asentar aquí un señor llamado Luis Monroy de Calatrava, que fue quien prestó su nombre a la vía. Fue personaje de gran hacienda; tenía una buena casa con un oratorio privado en el que guardaba una muy venerada imagen de Cristo. Al morir, dejó su casa al convento de Maravillas, donde era monja una sobrina suya. La imagen de Cristo, que por lo anteriormente narrado fue conocida como de las Maravillas, estuvo puesta durante un tiempo en el portal de la casa que fue de don Luis, que era la número 10. En 1820 la casa fue expropiada y posteriormente vendida. La dama que la compró, aunque mantuvo la casa y el oratorio, llevó la imagen a la capilla de San Isidro de la parroquia de San Andrés.
Cádiz (Calle de)
Foto: Juan Jaén
Entre las calles de las Carretas y de Espoz y Mina. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.
Al hablar de la calle de Barcelona ya se comentó que ésta de Cádiz era antes conocida como Angosta de Majaderitos. Allí quedó explicado el porqué de tan pintoresco nombre. Se puede añadir, sin embargo, que el erudito Juan Antonio Pellicer sostenía una teoría diferente; a su juicio, el término Majaderito proviene del nombre árabe de nuestra villa, esto es, Magerit. De Magerit a Majaderit, y después, el resto.
No parece muy consistente la propuesta, así que mejor será decir dos palabras sobre Cádiz. Es una de las ciudades más antiguas de España; se tienen noticias de ella desde el primer milenio antes de Cristo. Fue una importante colonia cartaginesa. Tras diversos períodos de auge y decadencia, vuelve a ser protagonista en la Historia con sus Cortes, que promulgaron la Constitución del 19 de marzo de 1812, de tan azarosa como corta vida. Cádiz, con 124.892 habitantes según el padrón municipal de 2011, es una bella ciudad situada en un inmejorable emplazamiento. Es capital de la provincia de su nombre, que en 7.385 km2 contiene 1.072.734 almas.
Al hablar de la calle de Barcelona ya se comentó que ésta de Cádiz era antes conocida como Angosta de Majaderitos. Allí quedó explicado el porqué de tan pintoresco nombre. Se puede añadir, sin embargo, que el erudito Juan Antonio Pellicer sostenía una teoría diferente; a su juicio, el término Majaderito proviene del nombre árabe de nuestra villa, esto es, Magerit. De Magerit a Majaderit, y después, el resto.
No parece muy consistente la propuesta, así que mejor será decir dos palabras sobre Cádiz. Es una de las ciudades más antiguas de España; se tienen noticias de ella desde el primer milenio antes de Cristo. Fue una importante colonia cartaginesa. Tras diversos períodos de auge y decadencia, vuelve a ser protagonista en la Historia con sus Cortes, que promulgaron la Constitución del 19 de marzo de 1812, de tan azarosa como corta vida. Cádiz, con 124.892 habitantes según el padrón municipal de 2011, es una bella ciudad situada en un inmejorable emplazamiento. Es capital de la provincia de su nombre, que en 7.385 km2 contiene 1.072.734 almas.