Entre las calles de Alcalá y de María de Molina. Distrito 4 (Salamanca). Barrios de Recoletos y Castellana.
Fue nuestra calle la segunda que se formó en el Ensanche por esta zona; en sus comienzos aún subsisten dos de las primitivas manzanas, que se pensaron con un jardín en su interior y que concretamente son las que dan a nuestra calle, a la paralela de Serrano y a las de Villanueva, Jorge Juan y Goya. Ya Répide se lamenta de que no se siguiera este modelo en las siguientes que se construyeron.
Sede de la Fundación Carlos de Amberes
Foto CC BY-SA 3.0 Luis García
Varios edificios singulares son dignos de mención aquí, todos de carácter religioso. Yendo por orden, hemos de empezar por la antigua iglesia de San Andrés de los Flamencos, que ocupa el número 99 y actualmente es la sede de la Fundación Carlos de Amberes. Fue este caballero, oriundo de aquella ciudad flamenca, el que fundó la institución del Hospital de San Andrés en 1591 para atender a sus paisanos necesitados y enfermos, primero sin sede; finalmente la obtuvo en la calle de San Marcos, en el año 1606, dos después de la muerte del fundador. Subsistió allí hasta 1884, cuando se abrió un nuevo hospital en nuestra calle, en un edificio proyectado por Agustín Ortiz de Villajos en estilo ecléctico. Las obras duraron de 1877 a 1884; fue la primera iglesia que se construyó en el Ensanche. Con el paso del tiempo, la obra que hacía la institución debió de perder su sentido y el edificio quedó en desuso; a mediados de los años 80 del siglo pasado, la Guía del Colegio de Arquitectos de Madrid nos dice que la institución “se encuentra cerrada y abandonada, siendo incierto su futuro”. Sin embargo, en 1988 el Hospital de San Andrés de los Flamencos solicitó convertirse de organismo asistencial y de caridad a fundación privada cultural sin ánimo de lucro y así nació la institución que sigue ocupando este edificio, cuya restauración acabó en 1992. En noviembre de 2014 se inauguró el Museo Carlos de Amberes, dedicado sobre todo a exposiciones temporales con obras prestadas, ya que la Fundación en sí no posee tesoros de ese tipo, excepción hecha de un excelente
Martirio de San Andrés de Rubens. (El museo
cerró de forma indefinida en agosto de 2015).
En el número 112 se halla un edificio de ladrillo visto en el que encontramos el ancestral convento de Santo Domingo el Real. El original fue fundado en 1212 por Santo Domingo de Guzmán en la cuesta del mismo nombre y perduró hasta 1868; tras su demolición, las monjas se trasladaron primero a una casa de la calle del Mesón de Paredes y luego a esta, que fue construida por el arquitecto Vicente Carrasco en 1879. En el viejo convento habían recibido sepultura numerosos personajes de la realeza, entre ellos el rey Pedro I, cuya estatua orante se encuentra ahora en el Museo Arqueológico Nacional. La pila bautismal, que sí continúa en el “nuevo” convento del barrio de Salamanca, es la que ha sido utilizada para cristianar a todos los miembros de la familia real desde la época de Felipe IV.
Cabe citar un tercer edificio, pero no por sí mismo sino por lo que junto a él ocurrió el 20 de diciembre de 1973. Se trata de las espaldas de la Casa Madre de los jesuitas en Madrid; el día citado estalló una bomba de ETA en el subsuelo de nuestra calle al paso del coche del entonces presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco. La explosión fue tan fuerte que el vehículo saltó por los aires y fue a parar al patio del edificio. Murieron Carrero Blanco, el conductor del coche y un policía de escolta. Precisamente salía el almirante de oír misa en la iglesia de San Francisco de Borja, que pertenece al complejo. Este hecho supuso el principio del fin de la dictadura franquista.
Claudio Coello: El triunfo de San Agustín (1664)
(Museo del Prado, Madrid)
Claudio Coello fue un pintor madrileño, de origen portugués, nacido en 1642. Estudió con su padre y con Francisco Rizi, antes de marchar a Italia. Dejó su obra en lugares de nuestra villa como el convento de San Plácido o la Casa de la Panadería, y también en el monasterio de El Escorial, en otras localidades de Madrid y también en Zaragoza, Toledo, Salamanca o Santiago. Asimismo se dedicó al retrato, entre ellos muchos de la familia real, ya que en 1686 fue nombrado pintor de cámara. Murió en Madrid el 20 de abril de 1693.
En el actual número 25 de la calle murió, el 22 de diciembre de 1870, el gran poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer.