Foto: CC BY-SA 3.0 Luis García
Entre las calles de Atocha y de Toledo. Distrito 1 (Centro). Barrios de los Embajadores y Sol.
A finales del siglo XV, en unos terrenos que iban de nuestra calle a la actualmente denominada de la Colegiata, tenía una casa y una viña Francisco Ramírez de Madrid, el gran artillero de los Reyes Católicos. Era asimismo esposo de Beatriz Galindo la Latina, humanista, consejera de Isabel la Católica y preceptora de sus hijos. Quiso fundar doña Beatriz un convento de monjas concepcionistas de San Jerónimo en la calle de Toledo, junto al Hospital de la Latina, que allí había establecido ella misma en 1499. Pero contiguo al Hospital se hallaba desde 1504 el convento de la Concepción Francisca. Protestaron los franciscanos, de modo que doña Beatriz optó por utilizar la casa y viñedo de su marido, que había fallecido en 1501, para trasladar allí a las monjas, y así se construyó aquí el convento, que dio nombre a la calle. Las religiosas entraron en él el 15 de mayo de 1509 y con ellas la fundadora, que allí murió el 23 de noviembre de 1535. Cuatro años antes había encargado unos cenotafios para su marido y para ella misma, que se instalaron en este convento pero en los que no fue enterrada. En 1890 se decidió la desaparición del viejo convento y el traslado de las monjas a otro edificio en el barrio de Salamanca; en ese momento se descubrió que el cuerpo de doña Beatriz, incorrupto, se había depositado bajo el altar mayor de la iglesia. El nuevo convento también desapareció, en 1965, y las monjas marcharon a su ubicación actual, no sabemos si definitiva, en El Goloso. La reja del antiguo monasterio permaneció en el nuevo edificio que se levantó en la calle de Velázquez, precisamente llamado edificio Beatriz, del que hablaremos cuando lleguemos a la rúa dedicada al genio sevillano de la pintura. Las estatuas yacentes de la fundadora y su esposo quedaron en poder del Ayuntamiento, primero en la Hemeroteca Municipal y ahora en el Museo de San Isidro o de los orígenes de Madrid, que desde el año 2000 se encuentra en la plaza de San Andrés.
Palacio de Viana
Foto: CC BY-SA 3.0 Luis García
Algunos edificios notables o curiosos podemos contemplar en esta calle. En la esquina con la del duque de Rivas nos encontramos con el Palacio de Viana, actualmente residencia oficial del Ministro de Asuntos Exteriores, y que no es sino la casa que aquí se construyó Francisco Ramírez de Madrid en 1499. En 1843 era propiedad de Ángel Saavedra, duque de Rivas, que le encargó una reforma a Francisco Javier Mariategui, el cual le dio el aspecto actual. Tras la demolición del convento, su huerta se convirtió en jardín del palacio, cuyo dueño era entonces el marqués de Viana –de ahí su nombre actual. En 1955 fue adquirido por Estado, que lo tenía alquilado desde 1939, de modo que desempeñase las funciones para las que actualmente se emplea.
La Imprenta Municipal
En el número 15 se halla la Imprenta Municipal, en un edificio levantado en 1933 en pleno auge del racionalismo madrileño, del cual es un interesante ejemplo. Fue su autor Francisco Javier Ferrero (a quien también se deben el mercado de Legazpi, el de pescados de la Puerta de Toledo o el tristemente desaparecido de la plaza de Olavide) y destacan su rótulo, su puerta de hierro y la verja que remata su azotea, que milagrosamente se han respetado y mantenido.
Tienda en Concepción Jerónina, 20
Foto: Dominio Público.
Y muy curiosa es la pequeña tienda que hay en el número 20, hoy de ropa y en su día de mármoles –por eso la muy decorada fachada está hecha de ese material-, construida a finales del siglo XIX o comienzos del XX según proyecto de José Urioste y Velada.