29.10.21

Galileo (Calle de)


Entre la calle de Alberto Aguilera y la avenida de Filipinas. Distrito 7 (Chamberí). Barrios de Arapiles y Vallehermoso. 

Ya sabemos que esta zona fue, en principio, la “pariente pobre” del Ensanche, llena de cementerios clausurados, tardía en su urbanización, durante mucho tiempo poco atractiva para vivir en ella. En época de Répide ya había, al menos al comienzo de la calle, algunas construcciones “modernas y elegantes” –dicho con sus palabras–, pero el cronista se queja de la presencia allí lo que hoy es el Centro Cultural Galileo, entonces cocherón de los servicios funerarios de la villa (ya se aludió a este edificio al hablar de la calle de Fernando el Católico). 

En el número 100 está uno de los templos musicales de Madrid, el “bar musical” Galileo Galilei, ubicado en un antiguo cine, que desde hace casi cuarenta años ha sido escenario de actuaciones memorables sobre todo de artistas nacionales. 

Desde el 21 de julio de 1880 lleva el nombre de Galileo Galilei, hombre del Renacimiento un tanto tardío, pues nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Fue astrónomo, matemático, ingeniero y otras muchas cosas más. Se le debe el invento del telescopio y además de esto es conocido por su enfrentamiento con la Iglesia a cuenta del sistema heliocéntrico. Se vio obligado a aceptar el geocentrismo, aunque hay una leyenda que dice que, acto seguido pronunció la célebre y desafiante frase eppur, si muove (“y, sin embargo, se mueve”). Murió, ciego y siempre vigilado por sus enemigos, aunque sin dejar en ningún momento su actividad científica e investigadora, en Arcetri, cerca de Florencia, el 8 de enero de 1642.

22.10.21

Las Galerías (de Robles y de Vallehermoso)

Ruinas del Cuartel de Monteleón, en cuyo solar se abrió la Galería de Robles

Galería de Robles

Entre las calles de Ruiz y de Monteleón. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad. 

Es curioso que ninguno de los cronistas habitualmente consultados –ni los clásicos ni los modernos–haga alusión a esta calle, corta, estrecha y tranquila, que lleva este nombre desde el 1 de enero de 1885. Conocida fue, por tanto, por Peñasco-Cambronero o por Répide, pero, por el motivo que sea, no la consideraron digna de comentarios. Hay tentación de especular que por su estrechura se considerase más una "galería" que una calle y que en ella tuviese casa, finca o negocio cierto señor Robles, o que tal vez, en lugar de a un apellido, aluda a unos árboles –estamos en terrenos que pertenecieron al cuartel de Monteleón, antes palacio rodeado de jardines–, pero estas no son más que eso, especulaciones.

Galería de Vallehermoso

Entre la calle de Vallehermoso y la plaza del teniente de alcalde Pérez Pillado. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Vallehermoso. 

Como en el caso anterior, esta calle tampoco es citada por nuestros cronistas clásicos de cabecera, pero esta vez tienen la excusa de que se conoce así desde el 1 de enero de 1931. Y aquí no es necesario hacer elucubraciones sobre el origen de su nombre, que es el mismo que el de la calle en la que nace y allí remitimos para su explicación.

15.10.21

Galdo (Calle de)


Entre las calles de Preciados y del Carmen. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol. 

Minúscula calle enclavada en una de las más importantes zonas comerciales de Madrid, muy cerca de la Puerta del Sol. Su nombre anterior era el de calle del Candil, y así aparece ya en el plano de Espinosa. Hay dos explicaciones para tan curiosa denominación. La más creíble indica que en estos parajes tuvo un candelero su establecimiento, y que como reclamo del negocio tenía colgado en la puerta de su casa un gran candil. La segunda explicación es más evocadora, pero muy fantasiosa. Se cuenta que en la época de la guerra civil entre Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara tenían las tropas del segundo sitiada a Madrid, que permaneció fiel al rey legítimo. Donde hoy está la calle que nos ocupa tenía su choza una hilandera, y junto a esta choza abría su boca una mina que conducía al interior del recinto amurallado de la villa. Y sigue la tradición diciendo que la humilde hilandera mostró ese camino a los hombres del de Trastámara, alumbrándolos con un candil. Finalizada la guerra, el rey Enrique, que fue llamado entre otras cosas menos agradables, el de las Mercedes, colmó de dádivas a los madrileños a pesar de que la villa siempre apoyó a Pedro I, y entre estos regalos, dio a la hilandera un gran candil de plata que desde entonces permaneció colgado en la puerta de su choza. Años después, al comprar los hermanos Preciado estos terrenos, reclamaron la propiedad del candil, que también pedía la Corona, y hubo un pleito que ganó ésta, y el candil fue convertido en una lámpara que se puso en la basílica de Atocha. Como muchos cronistas se preguntaron, ¿tan buenos somos los madrileños que respetamos una alhaja tan valiosa durante varios siglos? 

Y desde el 29 de noviembre de 1901, la calle del Candil lleva el nombre de Manuel María José de Galdo, ilustre científico y político progresista nacido en esta villa el 16 de enero de 1825 que fue alcalde de la misma durante unos meses del año 1870. Fue un periodo breve pero intenso, durante el cual creó un pósito en la calle de Santa Engracia, fundó varias escuelas (entre ellas las conocidas como Escuelas Aguirre) y puso nombre a las calles del nuevo barrio de Salamanca. Luego fue senador en diversas ocasiones entre 1872 y 1890. Murió en Madrid el 19 de julio de 1895.

8.10.21

Gabriel Miró (Plaza de)


Entre las calles de Beatriz Galindo, Don Pedro, Yeseros y la Morería. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio. 

Todo el mundo conoce este paraje, lugar de encuentro habitual durante los festejos madrileños, como Las Vistillas y es obvio por qué. Se trata de uno de los observatorios más privilegiados con que cuenta la villa de Madrid, un mirador donde se asoma el barrio de la Morería al valle del Manzanares y desde donde se domina todo lo que se extiende al occidente de la capital. Así es precisamente como se conoció en un principio, como Plazuela de las Vistillas, Campillo de las Vistillas e incluso, desde el 13 de mayo de 1898, como Plazuela del Campillo de las Vistillas. El nombre actual lo recibió el 13 de julio de 1930. 


En su pequeño jardín aledaño hay un monumento en honor de uno de los madrileños más ilustres, Ramón Gómez de la Serna, obra del escultor Enrique Pérez Comendador, inaugurado en 1973 y que se halla en el centro del pilón de una fuente; incluye, además de un busto en altorrelieve del escritor, numerosas alegorías de su arte y está culminado por una joven desnuda que alza los brazos. 

También está aquí ahora la Violetera de Santiago de Santiago que hemos conocido en la esquina de la Gran Vía con la calle de Alcalá. Allí se inauguró en 1991 y causó bastante polémica, tanto que nueve años después fue retirada y guardada en algún almacén municipal hasta que en 2003 reapareció en este lugar de las Vistillas, que tan poco es mal emplazamiento para recordar a aquellas mujeres a las que están dedicados los tan conocidos versos

Como ave precursora de la primavera 
en Madrid aparece la violetera 

que se pueden leer en su pedestal. 


Para seguir hablando de escultores, Répide nos cuenta que aquí tuvo su estudio Victorio Macho, que tantas muestras de su arte dejó en Madrid. 

Por estos pagos anduvo asimismo el palacio del duque del Infantado, que lo levantó a mediados del siglo XVIII y fue poco a poco adquiriendo más y más terrenos por esta zona para ampliarlo. Al final, quien se quedó con la finca fue el obispado y en el solar del palacio hoy está el Seminario Conciliar.

Volvemos a Répide para contar que desde este mirador no solo pretendieron algunos ver apariciones religiosas que llegaban en procesión desde la Sierra de Guadarrama, sino que fue el punto de reunión de quienes quisieron observar y admirar el cometa Halley en su visita de 1910. 

Gabriel Miró Ferrer, escritor nacido en Alicante el 28 de julio de 1879, es quien hoy en día da nombre a este campillo, plaza o plazuela. Estudió leyes y ocupó diferentes puestos como funcionario en su tierra natal, en Barcelona y en Madrid, donde vino a vivir en 1920. A pesar de este peregrinaje, siempre reflejó en sus obras el ambiente y la luz levantinos, focalizados en la imaginaria ciudad de Oleza, trasunto de Orihuela. Entre sus obras destacan Las cerezas del cementerio (1910), Figuras de la Pasión del Señor (1916), Nuestro Padre San Daniel (1921), El obispo leproso (1926) o Años y leguas (1928). Murió en nuestra villa el 27 de mayo de 1930.

1.10.21

Gabriel Lobo (Calle de)

Gabriel Lobo
(Xilografía anónima, 1594)

Entre las calles de Joaquín Costa y María Francisca. Distrito 5 (Chamartín). Barrio de El Viso. 

Nuestra calle, antes conocida como de San Pablo, está dedicada desde el 29 de noviembre de 1901 a Gabriel Lobo Lasso de la Vega, literato madrileño de los Siglos de Oro. Nacido en nuestra villa en 1555 en el seno de una familia noble, perteneció a la guardia de los reyes Felipe II y III. Fue poeta, dramaturgo e historiador. En la primera de estas facetas, destaca su poema épico La Mexicana (1588), sobre la gesta de Hernán Cortés en México, hecho a la imagen de La Araucana de Alonso de Ercilla, quien fue su maestro. Como dramaturgo, su obra supone una transición entre las tendencias clasicistas de su siglo y el teatro de Lope de Vega. En cuanto a obras históricas, publicó unos Elogios en loor de los tres famosos varones, dedicado al rey Jaime de Aragón, a Hernán Cortés y a don Álvaro de Bazán, pero la mayoría de sus textos de este tipo quedaron inéditos. Murió en Madrid en 1615.