29.11.24

Laín Calvo (Calle de)

Fachada del Mercado de Tirso de Molina
(Foto CC BY-SA Tamorlan)

Empieza en el paseo de Extremadura y finaliza en un fondo de saco. Distrito 10 (Latina). Barrio de la Puerta del Ángel. 

Aún conserva nuestra calle alguna de esas casitas de ladrillo visto de corte neomudéjar que se pueden observar en los aledaños de las antiguas carreteras que partían del centro de Madrid, pero quizá el edificio más significativo sea el del Mercado Tirso de Molina, un edificio diseñado por Luis Bellido y levantado en 1932. Tal vez sea conocido por el gran público porque se empleó para filmar los exteriores de una célebre serie diaria de televisión (Mercado Central)

Nuestra calle recibió por primera vez un nombre el 1 de enero de 1898 y fue el de San Isidoro. El actual lo lleva desde el 1 de enero de 1912. Laín Calvo, junto con Nuño Rasura, fue uno de los jueces que, según la tradición, eligieron los nobles de Castilla a mediados del siglo IX para entender de sus asuntos al margen de la corte de León. Esto se tomó como el inicio de la autonomía del entonces condado y punto de partida de la creación del reino de Castilla. Fue precisamente al unificarse Castilla y León en el siglo XIII cuando se forjó esta leyenda para reafirmar el poderío castellano sobre el leonés. Según esa misma leyenda, fueron descendientes de Laín Calvo Diego Laínez y Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (supuestamente hijo de Diego).

Estatua que representa a Laín Calvo en el pórtico de la iglesia de Bisjueces (Burgos)
(Foto CC Jtspotau)

Como curiosidad, reproduzco la frase con que Répide concluye su artículo sobre esta calle: “por lo visto [Laín Calvo fue] más influyente con los concejales de Madrid que Nuño Rasura, quien carece de calle”. Y sin ella sigue…

22.11.24

Lagasca (Calle de)

 

Estatua de Mariano Lagasca, por Ponciano Ponzano
(Real Jardín Botánico, Madrid)
Foto CC BY-SA Håkan Svensson, Xauxa

Entre las calles de Alcalá y de López de Hoyos. Distritos 4 (Salamanca) y 5 (Chamartín). Barrios de Recoletos, Castellana y El Viso. 

Larga calle del Ensanche en el barrio de Salamanca, en cuyo comienzo está la iglesia de San Manuel y San Benito, ese extraño ejemplar de arquitectura religiosa del que ya se habló en la entrada correspondiente a la calle de Alcalá. Répide nos señala que en el número 17, no muy lejos de este templo, había un “pabelloncito de dos pisos” que fue propiedad de Carolina Coronado y donde se refugió Castelar cuando fue condenado a muerte a causa de la sublevación del cuartel de San Gil en junio de 1866. Como entonces, hoy en día aquí hay un hogar de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, en el que se ve un “pabelloncito” de dos pisos de aspecto moderno y, dentro, un jardín con palmera. 

En el resto de la vía predominan los edificios típicos de este barrio, la mayoría modernos, aunque con algunas excepciones interesantes como el que hace esquina con la calle de Diego de León; quizá no sea una maravilla arquitectónica, pero quien esto escribe tiene debilidad por el neomudéjar madrileño. 

Su nomenclatura ha sido variada, al menos en los primeros años de su existencia. El nombre que lleva se le otorgó el 28 de abril de 1871; poco más de un año después, el 7 de agosto de 1872, el Ayuntamiento se la dedicó a Carolina Coronado -quien, como ya se ha mencionado, tuvo aquí su casa-. Está visto que, al menos en esa época, los nombres no podían durar demasiado y solo transcurrieron trece meses hasta que expulsaron a doña Carolina y el rótulo pasó a ser un tanto extraño, pues el 19 de septiembre de 1873 la calle empezó a llamarse del Genio del siglo

Por fin el 6 de julio de 1874 (esta vez apenas pasaron diez meses) se calmaron las cosas y se estabilizó el nombre del botánico Manuel Mariano La Gasca y Segura, que nació en la localidad zaragozana de Encinacorba el 4 de octubre de 1776. Fue eclesiástico, pero pronto se interesó por las plantas. En 1800 marchó a Madrid y aquí fue discípulo de Cavanilles, a la sazón director del Jardín Botánico. Tras la guerra de la Independencia él mismo ocupó ese cargo, hasta que en 1823 hubo de exiliarse por su participación en la política durante el trienio liberal, evento en el que perdió su herbario y todos los documentos que había recopilado para escribir un tratado de Botánica. Regresó a España tras la muerte de Fernando VII y volvió a ser director del Jardín Botánico, puesto que desempeñó hasta su muerte, acaecida en Barcelona el 23 de junio de 1839.

15.11.24

Labrador (Calle del)

Paul Cezanne: Retrato de un campesino (1905-06)
(Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid)

Entre la calle de los Embajadores y el paseo de la Esperanza. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Acacias. 

La mayoría de los cronistas se limita a decir que el nombre de esta calle fue puesto particularmente por los vecinos y luego, el 20 de junio de 1855, pasó a ser oficial, y es muy posible que fuese así, aunque algunos se aventuran a decir que la calle, amén de atravesar los terrenos donde antaño estuvo el arroyo o barranco de Embajadores, pasaba por la finca de un agricultor que era conocido por allí como El Labrador. Como siempre, usted elige la opción que prefiera.

8.11.24

Justiniano (Calle de)

El emperador Justiniano, representado en el mosaico de la basílica de San Vitale de Rávena
(Foto CC BY-SA Roger Culos, Ercé)

Entre las calles de Santa Teresa y de Orellana. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Justicia. 

Como bien nos indica el nombre de la calle en la que comienza la nuestra, nos hallamos donde se encontraba el convento de Santa Teresa, que tras ser demolido en 1869 dio lugar a todo este barrio, que empezó a urbanizarse algunos años después. Del 1 de enero de 1881 data el bautizo de esta vía; la casa que ocupa su número 4 claramente nos dice que fue “edificada en el año 1882”. 

¿Y con qué nombre se bautizó? “Un poco arbitrariamente” (palabras de Répide) con el del emperador Justiniano, “por hallarse relativamente próxima al Palacio de Justicia” (Répide otra vez). Flavio Pedro Sabacio Justiniano nació en Tauresium (hoy Gradište, Macedonia del Norte) en el año 482. Emperador del Imperio Romano de Oriente desde el 1 de agosto de 527, es conocido por llevarlo a su máximo esplendor y extensión (recuperando territorios del antiguo Imperio Romano de Occidente, incluido el sur de nuestra Península), pero también (y de ahí la apostilla de Répide) por recopilar el derecho romano en el Corpus Iuris Civilis. Murió en Constantinopla el 14 de noviembre de 565.

1.11.24

Julio Romero de Torres (Paseo de)

La chiquita piconera (1930)
(Museo Julio Romero de Torres, Córdoba)

Entre el Palacio de Cristal y el paseo del Uruguay. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos. 

No estamos en una calle al uso, sino en uno de los maravillosos paseos arbolados del parque del Retiro, en cuyo final un monolito recuerda al gran pintor al que está dedicado desde el 1 de enero de 1982. Julio Romero de Torres nació en Córdoba el 9 de noviembre de 1874 en el seno de una familia de artistas. Se formó en su ciudad natal y fue un gran viajero, aunque se instaló en nuestra villa en 1915 y aquí vivió casi todo el resto de su vida. Algunas de sus obras, donde refleja el ambiente andaluz, en especial sus mujeres y la copla, son conocidísimas por el gran público (piénsese, por ejemplo, en La chiquita piconera, que encabeza esta entrada). Murió en su Córdoba natal el 10 de mayo de 1930 y allí es donde, por decisión de su familia, se puede contemplar la mayor parte de su legado artístico. 

Como curiosidad se puede añadir que hubo otro espacio de Madrid dedicado a Romero de Torres. Fue nada más y nada menos que la ancestral plaza de los Carros, que llevó el nombre del pintor cordobés entre el 16 de septiembre de 1930 y el 29 de marzo de 1968.