Monumento a Colón
(CC BY-SA 3.0 Σπάρτακος)
Entre las calles de Jorge Juan, Goya y Génova y los paseos de Recoletos y la Castellana. Distritos 1 (Centro), 4 (Salamanca) y 7 (Chamberí). Barrios de Justicia, Recoletos y Almagro.
Se llama así esta plaza por la efigie del descubridor de América que la preside. Es un monumento de veinte metros de altura; el pedestal contiene relieves obra de Arturo Mélida que representan la supuesta venta de las joyas de Isabel la Católica, hecha para sufragar los gastos del viaje, y al Almirante exponiendo su proyecto a fray Diego de Deza. Contiene la inscripción
Reinando Alfonso XII se erigió este monumento por iniciativa de los títulos del reino, además de los nombres de las tres embarcaciones y todos sus tripulantes. La estatua de Colón es de Jerónimo Suñol y tiene tres metros de altura. El monumento se levantó entre 1881 y 1885 y se sufragó de forma curiosa, parte por suscripción de todos los títulos nobiliarios del reino, parte por una colecta hecha por el almirante Lobo para levantar una estatua de Colón, y parte con otra suscripción realizada en 1843 para erigir un monumento a las glorias españolas de la guerra de la Independencia que no se llegó a hacer. Se colocó la estatua en el centro de la plaza, y no tuvo inauguración oficial. En los años setenta del siglo XX, dentro de la gran reforma que sufrió la plaza, fue variado su emplazamiento. Esta reforma, llevada a cabo siendo alcalde de Madrid Juan de Arespacochaga, fue muy polémica, no sólo por el cambio de lugar de la estatua de Colón, expulsada de su “sitio de toda la vida”, sino también por la erección de los Jardines del Descubrimiento. Pero nada es eterno, y tras su exilio, la estatua volvió a centro de la plaza tras una nueva reforma, y esta vez sí que fue oficialmente inaugurada el 21 de diciembre de 2009, siendo alcalde Alberto Ruiz-Gallardón.
La antigua Casa de la Moneda
Donde actualmente están ubicados los Jardines, se hallaba la casa de la moneda. En 1467 trasladó Enrique IV la ceca desde Segovia hasta Madrid, y su primer emplazamiento fue, curiosamente, en unas casas en la calle de Segovia, donde estuvo hasta 1861. Desde 1661 hasta 1664 tuvo también estas funciones un edificio de los que formaban el complejo del Real Pósito, y que ocupaba el solar del actual palacio de Linares. De 1861 en adelante fue la casa de la plaza de Colón, obra de los arquitectos Nicomedes Mendívil y Francisco de Jareño y Alarcón, la única dedicada a los menesteres de acuñación de moneda y posteriormente de sellos, papel moneda, pólizas del Estado, en definitiva, se convirtió en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Ocupaba ésta un edificio construido en piedra y ladrillo que tenía dos grandes pabellones idénticos, situados a lo largo de las calles de Goya y Jorge Juan y que popularmente eran conocidos como las
Jareñas. Fue durante muchos años el lugar en el que se realizaba el tradicional sorteo de lotería de Navidad, hasta que la actual Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado se trasladó a la calle de Guzmán el Bueno.
Pero empezó a estorbar el edificio. Ya hubo de suprimirse su escalinata central porque molestaba al paso del tranvía. Y en los años veinte del siglo pasado se proyectó el edificio de la calle del Doctor Esquerdo, de forma que el de la plaza de Colón empezó a caer en el abandono, que se acentuó cuando en 1964 definitivamente la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre pasó a su nuevo emplazamiento. Hubo quien sugirió conservar las
Jareñas y destinar el resto del terreno a parque, pero fue inútil y en 1973 el edificio fue derribado. En su lugar hoy en día están los antes nombrados Jardines del Descubrimiento, inaugurados en 1977, parque en el que se colocaron unas esculturas de Joaquín Vaquero Turcios, de apariencia megalítica y repletas de inscripciones alusivas al Descubrimiento de América. De ellas me limito a repetir una opinión ajena, perteneciente a Germán Lopezarias: “Obras de artistas, sin duda, pero de ingrata apariencia.” El nuevo parque consta de una amplia calle que lo cruza en diagonal, otra que lo bordea por la parte de la calle de Jorge Juan y que se encuentra con la primera justo donde estuvo colocada la estatua de Colón. Hay otra calle en forma de arco de circunferencia cuyo centro parecía ser la tan mencionada estatua. Las famosas esculturas se hallan junto a la calle de Serrano.
Debajo de este jardín se construyó el Centro Cultural de la Villa de Madrid, de titularidad municipal, que hoy incluye el Centro de Arte y el Teatro Fernán Gómez y donde se realizan numerosas e interesantes exposiciones y se puede asistir a bastantes representaciones de la hoy casi olvidada zarzuela, constituyéndose el teatro de este Centro Cultural prácticamente en un último reducto de un género que sufre muchos altibajos a pesar de que fuera de España es siempre un éxito.
Una espectacular y ruidosa fuente, que se hallaba junto a la plaza propiamente dicha, levantaba un tabique de agua que encerraba una galería la cual servía de acceso al Centro Cultural, y donde se podía admirar un gran relieve que era un croquis del viaje de Colón con las vicisitudes que sufrió. Todo desapareció con la reforma de la plaza en 2009.
También desaparecieron del centro de la plaza dos pilones semicirculares que contenían, cada uno de ellos, tres fuentes con tres surtidores que representaban a las carabelas, cada una de ellas con tres velas. Hoy rodea a Colón un simple parterre ovalado.
La puerta de Recoletos, segunda de las de este nombre, ya que entre 1626 y 1756 había un humilde portillo un poco más hacia abajo, fue levantada en lo que hoy es la plaza de Colón reinando Fernando VI, y su autor fue Francisco Moradillo. Su mal estado aconsejó derribarla en 1859 y sus piedras se aprovecharon para otras construcciones. Peñasco y Cambronero afirman haber descansado, en la antigua Pradera del Corregidor, sobre “una piedra blanca que contiene la siguiente inscripción:
D.O.M.- Ferdinando VI regnante viae, et aquaeductus ampliati, et pulchriorem et commodiorem formam redacti”,
piedra que perteneció a la puerta de Recoletos, la mejor que hubo en Madrid hasta la construcción de las de San Vicente, en 1775 y Alcalá, en 1778.
Las torres de Colón
(Foto del autor)
Donde hoy se encuentran las torres de Colón estuvieron los
Edificios Gemelos, proyectados por Lorenzo Ávarez Capra y levantados en 1881. En ellos vivió y escribió algunas de sus obras más importantes Benito Pérez Galdós. Por cierto, las torres, que desde el inicio de sus obras ya se hicieron famosas en Madrid al ser construidas desde el tejado hacia abajo, pertenecieron al pintoresco empresario jerezano José María Ruiz-Mateos hasta la expropiación de todas sus empresas en febrero de 1983. Después fueron vendidas a un grupo papelero británico que las coronó con una espantosa caperuza de color verde que es una ignominia para el perfil de la villa.