La Estación Imperial (es decir, la galdosiana “Estación de las Pulgas”)
en el plano de Facundo Cañada (1900)
Entre la ronda de Segovia y la glorieta de las Pirámides. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio Imperial.
Formaba parte nuestro paseo, al menos en su segunda mitad, de uno de los “tridentes barrocos” que se crearon en el siglo XVIII, cuando estos pagos eran la periferia extramuros de la villa. Se trataba de paseos arbolados que desde las puertas de la cerca se dirigían al río. En el caso del nuestro, el nombre de “Imperial”, oficializado por el Ayuntamiento el 6 de febrero de 1860, le venía por ser uno de un supuesto conjunto de “paseos imperiales” que se dirigían hacia el canal del Manzanares. Isabel Gea se hace eco de otras versiones, según las cuales se debe a que conducía al camino que llevaba a Toledo, esto es, a la “Ciudad Imperial”.
Con el paso del tiempo esos bucólicos paseos arbolados dieron lugar a una zona fabril e industrial, surcada por el ferrocarril de cintura. Junto a nuestro paseo hubo además hasta 1987 una estación de ferrocarril, dedicada a las mercancías, llamada precisamente Estación Imperial, aunque popularmente era la “estación de las Pulgas” por el nombre del terreno que ocupó.
Entre el 3 de agosto de 1932 y el 26 de abril de 1940 nuestra vía se llamó paseo de Nicolás Estébanez, recordando al militar, escritor y político canario Nicolás Estévanez Murphy, nacido en Las Palmas de Gran Canaria el 17 de febrero de 1838 y fallecido en París el 19 de agosto de 1914, quien, entre otras cosas, fue ministro de la Guerra en el gobierno de su correligionario Pi y Margall durante la Primera República (aunque su mandato solo duró dieciocho días).
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