26.1.24

José Antonio de Armona (Calle de)


Entre la Ronda de Atocha y el paseo de Santa María de la Cabeza. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de Palos de Moguer. 

Aunque oficialmente existe desde el 9 de agosto de 1918, le costó algo de trabajo formarse a nuestra calle. En el plano de Núñez Granés (1910) ya figura su trazado, aunque aún hay construcciones en el solar que tenía que atravesar. En el plano parcelario del Ayuntamiento correspondiente a 1929 su parte final (desde la calle de Sebastián Elcano) ya está como hoy en día, pero todavía tardaría en abrirse paso desde la Ronda de Atocha. 

José Antonio de Armona y Murga nació en Respaldiza (Álava) el 26 de abril de 1726. Dedicó toda su vida a la administración civil, empezando por el almojarifazgo de Huelva (es decir, de la recaudación de los derechos que se pagaban por las mercancías que entraban o salían por su puerto) y, tras ocupar otros puestos en la Península y también en Cuba (donde pasó doce años) fue nombrado corregidor de Madrid por Carlos III en 1777, cargo que ocupó hasta su muerte. En ese tiempo se dedicó a ordenar lo que hoy es conocido como el “Paisaje de la Luz” de nuestra villa, esto es, el Salón de Prado desde Cibeles hasta Atocha, con sus fuentes y estatuas y el Jardín Botánico. Reunió una gran biblioteca y dejó escritas varias obras que probablemente no pretendió publicar; entre ellas cabe destacar una Relación de corregidores de Madrid desde 1219, cuando consta que Rodrigo Rodríguez era “Justicia Mayor” de la villa. En realidad tiene un gran salto temporal hasta 1453, que es cuando empieza la lista exhaustiva, la cual comienza con Juan de Araco y acaba con el propio Armona, quien falleció en Madrid el 23 de mayo de 1792.

19.1.24

José Abascal (Calle de)


Entre la calle de Bravo Murillo y la plaza del Doctor Marañón. Distrito 7 (Chamberí). Barrios de Trafalgar, Almagro y Ríos Rosas. 

Nos hallamos en uno de los ejes principales del Ensanche en su zona norte; aunque en la época en la que escribieron nuestros cronistas de referencia aún estaba muy poco urbanizada con el tiempo sus aceras se fueron llenando de edificios, algunos de ellos dignos de mención. Un ejemplo es el que se encuentra en el número 30, ocupando casi una manzana entera. Se trata del convento de las Hijas de la Caridad, que en principio fue un asilo para convalecientes y, por tanto, muestra la disposición en pabellones paralelos tan típica de los establecimientos sanitarios de su época. Por cierto, fue edificado entre 1905 y 1906 según un proyecto de Rafael Martínez Zapatero. 

El antiguo asilo de convalecientes
(Foto CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

También merece un vistazo el edificio de corte racionalista –uno de los estilos arquitectónicos del siglo XX mejor representados en nuestra villa– que ocupa el número 53, construido en 1933-35 por el arquitecto Eduardo Figueroa Alonso-Martínez. 

Varios cambios en su denominación ha sufrido esta vía. El primer nombre que tuvo fue el de Buenos Aires, dado por el Ayuntamiento el 11 de octubre de 1875. Fue el 2 de febrero de 1890 cuando decidió dedicársela al personaje que hoy recuerda, pero solo aludiendo a su apellido, esto es, desde ese día se llamó calle de Abascal. Tras la guerra civil mudó de nuevo su nombre y empezó a recordar al general Sanjurjo, conspirador reincidente y cabeza visible del golpe contra el gobierno legítimo de la República del 17 de julio de 1936. Fue el 25 de enero de 1980 cuando volvió a la situación anterior, aunque esta vez añadiendo el nombre del homenajeado. 

José Abascal y Carredano nació en Pontones, Cantabria, el 1 de septiembre de 1829. Antes de entrar en política estudió medicina y, tras la muerte de su padre, regentó un negocio familiar de cantería. Su actividad se dio sobre todo tras la Revolución Gloriosa; fue diputado y senador y alcalde de Madrid en dos ocasiones (1881-83 y 1885-89). Murió en nuestra villa el 19 de febrero de 1890, pocos días después de que se bautizase con su nombre esta calle, a la que daba su casa aunque tuviese la entrada por el paseo de la Castellana.

12.1.24

Jorge Manrique (Calle de)

Retrato por Juan de Borgoña
(Casa de la Cultura, Toledo)

Entre el paseo de la Castellana y la calle de Serrano. Distrito 5 (Chamartín). Barrio de El Viso. 

Hasta bien avanzado el siglo XX no se urbanizó esta zona, hoy una de las más señoriales y exclusivas de la villa, con sus casas unifamiliares que muy pocos se pueden permitir. El Ayuntamiento dio carta de naturaleza a nuestra calle el 11 de julio de 1928, aunque en la versión del Plano Parcelario del año siguiente aún no aparece ni trazada. Su primer nombre fue el de Galván y Candela, el de un pintor madrileño de nombre José María, nacido el 1 de agosto de 1837 y fallecido también en Madrid el 11 de octubre de 1899. Quizá destacó más como grabador; el Museo del Prado conserva varias decenas de sus grabados, casi todos basados en obras de Goya. Sin embargo, no debió de parecer muy adecuado al Ayuntamiento seguir recordándolo, pues el 27 de junio de 1941 mudó el nombre de la calle por el actual. 

El poeta y hombre de armas castellano Jorge Manrique nació hacia 1440 tal vez en Paredes de Nava (Palencia) o tal vez en Segura de la Sierra (Jaén) en el seno de una familia noble. Aunque participó en diversas acciones guerreras es más conocido como poeta, a pesar de lo escaso de su producción que se conserva, unos 50 poemas. De ellos, el más célebre sin duda son las Coplas por la muerte de su padre, esas que empiezan así: 

Recuerde el alma dormida, 
avive el seso y despierte 
contemplando 
cómo se pasa la vida 
cómo se viene la muerte, 
tan callando… 

Y que incluyen este pasaje celebérrimo: 

Nuestras vidas son los ríos 
que van a dar a la mar 
que es el morir… 

Toda la gente de mi generación habrá, como mínimo, leído estos versos, obligatorios en nuestras clases de Literatura del BUP… Manrique murió en una fecha no determinada del año 1479, probablemente en primavera, a resultas de una herida que recibió junto al castillo de Garcimuñoz, en la actual provincia de Cuenca, durante la guerra civil entre los partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.

5.1.24

Jorge Juan (Calle de)

Retrato por Rafael Tejeo
(Museo Naval, Madrid)

Entre las calles de Serrano y de Enrique d’Almonte. Distrito 4 (Salamanca). Barrios de Recoletos, Goya y Fuente del Berro. 

Larga calle aún, a pesar de haberse estirado y encogido en diversas ocasiones desde que el Ayuntamiento le dio su nombre actual, un 8 de febrero de 1866. En su día comenzaba en el paseo de Recoletos; actualmente (en concreto, desde el 9 de abril de 2015) este primer tramo, que acaba en la calle de Serrano, se denomina calle de la Armada Española, algo no demasiado disparatado teniendo en cuenta al personaje que recuerda. 

De sus muy señoriales edificios (en los márgenes de sus primeros metros están las manzanas más antiguas del barrio de Salamanca que aún se conservan) nuestros cronistas más consultados destacan el que se halla en el número 8, donde una placa aún recuerda que allí estuvo la primitiva sede del entonces conocido como Instituto Geográfico y Estadístico, creado durante la Primera República y que tuvo como primer director al general Ibáñez de Ibero

En principio acababa nuestra calle en los jardines que eran conocidos como Campos Elíseos, poco antes de la calle de Alcalá, que acabó cruzando para llegar primero hasta la del Doctor Esquerdo y aún más, para alcanzar el parque de la Fuente del Berro y bordear las colonias Fuente del Berro e Iturbe, curiosos ejemplos del urbanismo del primer tercio del siglo XX, viviendas unifamiliares algunas de las cuales se conservan aún tal y como las idearon el arquitecto Enrique Pfitz y López y el ingeniero José Urroz. 

Jorge Juan y Santacilia, eminente marino y científico, nació en la localidad alicantina de Novelda el 5 de enero de 1713. Muy joven ingresó en la marina española y tras participar en varias acciones navales le fue encomendado que participase, junto a otro científico y militar, Antonio de Ulloa, en la expedición de Charles Marie de La Condamine. Fue en 1734 y lo hizo el rey Felipe V, ya que la expedición, cuyo objeto era viajar al Perú para medir un arco del meridiano terrestre, la organizaba su primo Luis XV, rey de Francia. Tras pasar más de una década en América regresó a España, donde se encargó de organizar los arsenales de El Ferrol y Cartagena, de modernizar la formación de los guardiamarinas y de crear el Observatorio Astronómico de Cádiz. Además, mejoró el funcionamiento de las minas de Almadén, desempeñó importantes misiones diplomáticas y dirigió el Real Seminario de Nobles. Publicó asimismo numerosas obras y opúsculos de carácter científico. Murió en Madrid el 21 de junio de 1773.