Entre las glorietas de Embajadores y de las Pirámides. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Acacias.
Es este amplio paseo centro de una antigua zona fabril que poco a poco se va transformando en residencial. La desaparición paulatina de la fábrica del gas y la operación Pasillo Verde Ferroviario han supuesto un importante cambio para esta parte de la villa. Recibe su nombre por los árboles que están plantados en sus aceras, árboles muy habituales en muchas calles de Madrid. Es la acacia una planta arbórea de la familia de las papilionáceas muy común en el hemisferio Norte. Además de adornar nuestras calles también tiene otras utilidades ya que de algunas especies de acacias se obtiene la goma arábiga.
De lo que yo no estoy muy segura es de que realmente estos árboles sean acacias verdaderas. Porque esa flor de la foto, que efectivamente es como las que brotan en muchísimos árboles madrileños, y que comunmente llamábamos "pan y quesillo", mas bien corresponde a la Robinia Pseudoacacia, otra leguminosa muy parecida, pero que no es acacia propiamente dicha.
ResponderEliminarDe hecho, los árboles mas abundantes en Madrid (hasta que este consistorio dió en plantar magnolios y gingkos en sitios totalmente inadecuados para su vegetación ¿habeis visto la mediana de Príncipe de Vergara?) han sido siempre las Robinias pseudoacacias y las Sóforas japónicas, ambas muy parecidas a las acacias. Aparte de los sitios felices que disfrutan de Castaños de Indias o Platanos de sombra, como la calle de Alfonso XII o López de Hoyos.
¡Tiempos felices aquellos en los que el Consistorio plantaba árboles y no se dedicaba a talarlos como ahora! (Porque para el consistorio "talarlos" se dice "transplantarlos"). Ya la ínclita doña Esperanza dio una muestra de su "talante" (que ellos también lo tienen) cuando se cargó una multitud de árboles en el parque de Roma para hacer el túnel de la prolongación de O'Donnell. Entonces prometió recuperar la pérdida. Quien pase por allí verá en que quedó la promesa. Pero es que ya sabemos en que suelen quedar las promesas de doña Esperanza...
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