Entre la glorieta de Santa María de la Cabeza y la plaza de Francisco Morano. Distrito 2 (Arganzuela). Barrios Imperial y de las Acacias.
El nombre de la calle que nos ocupa ha sido un tanto problemático. En su momento, muchos opinaron (entre ellos, Isabel Gea, una de nuestras fuentes de cabecera) que estaba dedicada a Juan Antonio Vallejo-Nájera, psiquiatra y humanista prematuramente fallecido el mismo año en que se dio denominación oficial a la vía. Sin embargo, cuando en fechas recientes se revisó el callejero de Madrid en busca de nombres relacionados con el régimen franquista para que se cumpla la Ley de Memoria Histórica, se descubrió que en realidad a quien recordaba desde el 31 de mayo de 1990 (con la denominación de paseo del Doctor Vallejo-Nájera) era a su padre, Antonio Vallejo-Nájera (1889-1960), psiquiatra también, con unas ideas bastante peculiares e infectas sobre la inferioridad mental de las mujeres y sobre quienes tenían ciertas ideologías –opuestas a la suya, claro está. Los expertos, pues, recomendaron que del padre pasase al hijo y así se hizo el 4 de mayo de 2017, cuando recibió el nombre actual, el de un gran médico nacido en Oviedo el 14 de noviembre de 1926, novelista (ganador del premio Planeta en 1985 con Yo, el rey), divulgador y ampliamente reconocido y recordado por la entereza con la que afrontó la mortal enfermedad que padeció y acabó con su vida en nuestra villa el 13 de marzo de 1990.
La antigua estación de La Alhóndiga, en la esquina de nuestra calle con el paseo de la Esperanza
Olvidemos la polémica y centrémonos en el origen de esta calle, que es el eje del llamado “Pasillo Verde Ferroviario”, una zona urbanizada que se creó sobre el antiguo Ferrocarril de Cintura, ahora subterráneo. Unía y une dicho ferrocarril las estaciones de Príncipe Pío y Delicias. En su día había a sus orillas dos importantes estaciones de mercancías, la Imperial y la de las Peñuelas. Quienes tengan mi edad sin duda habrán podido ver aún los vagones estacionados cuando cruzaban el Puente de Praga en coche camino del centro de Madrid, así como la calle del Ferrocarril con el enorme zanjón por el que se observaba la circulación de los trenes. Subterránea hoy en día la línea, dejó de partir en dos el barrio de las Peñuelas y también de transportar mercancías, pues en la actualidad la recorren trenes de cercanías de varias líneas.
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