27.6.08
Armería (Plaza de la)
Da a la calle de Bailén, y está limitada en su lado Norte por la verja que la separa del patio del Palacio Real, al Sur por la Catedral de la Almudena y al Oeste con el Campo del Moro. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
Hoy en día todos los planos llaman plaza de la Armería al espacio que se ha intentado delimitar en las líneas anteriores, pero también es plaza de la Armería el gran patio principal del Palacio Real. Precisamente como plaza de Palacio era conocida anteriormente.
Donde hoy se levanta la Catedral de la Almudena estuvieron antes las manzanas 444 y 445, en las que se ubicaban la casa de Pajes del Rey, las caballerizas de la Regalada y un edificio que en principio se destinó también a caballerizas pero que acabó siendo la Armería Real. Fue mandado construir por Felipe II en 1561, y finalizado en 1564 bajo las órdenes de Gaspar de la Vega. Allí se trasladó la Real Armería, que hasta entonces se encontraba en Valladolid. Por ello, una pequeña plazuela que había en pleno centro de las dos manzanas antes mencionadas, y que en principio se llamó de los Pajes del Rey, acabó siendo de la Armería. Ese es el precedente de nuestra plaza. Esta zona, en tiempos aún más remotos, se denominaba Campo del Rey por pertenecer al Real Alcázar, y aquí fundó en 1486 el Hospital de la Merced y de la Caridad un piadoso caballero llamado Garci Álvarez de Toledo.
La Real Armería perduró hasta el final del siglo XIX, aun cuando ya se habían iniciado las obras de la Catedral. El edificio había sido reformado en el reinado de Carlos II, y se le había añadido una entrada hacia el Alcázar que fue conocida como el Arco de Palacio. Su desaparición, junto con la de las antiguas calles de Malpica y de Santa Ana la Vieja, configuró la plaza tal y como hoy la conocemos. Es sin duda uno de los lugares más bellos de Madrid, dominado por la fachada de nuestra flamante Catedral y por el lienzo meridional del Palacio Real. En el fondo, desde donde se disfruta de una extraordinaria vista de la Casa de Campo, se halla situada una estatua de Felipe II cuya silueta, recortada en el rosado cielo de un atardecer veraniego, es una de las más románticas y hermosas visiones que se pueden disfrutar en nuestra villa.
Creo que la he visto desde fuera, pero no he conseguido entrar nunca. Supongo que habra que pagar la visitar para entrar en esta plaza. Me suena de los entierros del padre y la madre del Rey.
ResponderEliminar