27.9.24

Juanelo (Calle de)

Ruinas del "artificio de Juanelo" en Toledo
(Grabado de Bernardo Rico según una pintura de Serafín Avendaño)

Entre la calle de la Espada y la plaza de Cascorro. Distrito 1 (Centro). Barrio de los Embajadores.

Calle de nombre ancestral, que ya aparece en el plano de Texeira. Antiguamente acababa en la calle de los Estudios, antes de que se derribase el célebre “Tapón del Rastro” y diese lugar a la apertura de la plaza de Cascorro. 

Aunque su denominación se corresponde con una de las personas célebres que aquí vivieron, no fue la única. Nuestros cronistas de cabecera citan al pintor toledano Sebastián Muñoz (1657-90), discípulo de Claudio Coello que tuvo la desgracia de morir al caerse de un andamio (al parecer, mientras bailaba en un lugar tan poco adecuado para ello) cuando trabajaba en la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de Atocha. También tuvo aquí su morada, siempre según Peñasco-Cambronero y Répide, Gaspar Melchor de Jovellanos, en concreto en la casa que en tiempos de Répide ostentaba el número 20 y era sede de una Tenencia de Alcaldía. Sin embargo, hoy en día no hay ninguna placa o similar que recuerde a tan insigne huésped (como sí la hay en la plaza del Conde de Toreno, donde también residió Jovellanos).

Pero como se ha dicho casi desde el principio, aunque sin citarlo, esta calle se llama así porque aquí vivió Juanelo Turriano, un ingeniero e inventor que nació en Cremona hacia 1500. Vino a España llamado por Carlos I, de quien fue relojero, luego sirvió a Felipe II, que fue quien hizo que marchase a Madrid; sin embargo, vivió largo tiempo en Toledo, donde ideó un sistema para subir las aguas del río Tajo hasta la ciudad, el conocido como artificio de Juanelo. Quizá más legendario sea su autómata, el “hombre de palo”, capaz de mover manos y pies y creado con la idea de pedir limosa y que dio nombre a una calle de aquella ciudad, donde su creador murió sumido en la pobreza el 13 de junio de 1585. Y acaso menos conocida es una tradición que escuché en la comarca toledana de La Sisla, donde hay unas formaciones de piedra conocidas como las “columnas de Juanelo” (o algo parecido), que, según dicen, su hija era capaz de mover enredadas en sus trenzas. Eso sí que es una leyenda…

20.9.24

Juan Zorrilla (Plaza de)

Juan Zorrilla de San Martín en 1921

Entre las calles de Bravo Murillo, Ríos Rosas, avenida de Filipinas y avenida de Pablo Iglesias. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Vallehermoso. 

Mucho tardó en formarse (o urbanizarse) esta plaza, que en realidad era un descampado que había junto a uno de los vértices del segundo depósito del Canal. De hecho, no fue bautizada por el Ayuntamiento hasta el 14 de septiembre de 1956, con el nombre del diplomático y escritor uruguayo Juan Zorrilla de San Martín. Nació en Montevideo el 28 de diciembre de 1855. Ocupó varios puestos diplomáticos, uno de ellos en España, donde nació uno de sus hijos (él mismo era hijo de un español). Fue además periodista y profesor universitario. Como escritor, cultivó sobre todo la poesía y el ensayo. Murió en la misma ciudad que lo vio nacer el 3 de noviembre de 1931.

13.9.24

Juan de Vera (Calle de)

Catedral de Jaén
(Foto CC BY Fernando)

Entre el paseo de las Delicias y la calle de Tomás Bretón. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Delicias. 

En planos muy antiguos de nuestra villa, cuando aún el Ensanche era un mero proyecto, daba la impresión de que nuestra calle, junto con la del Divino Valles, era una suerte de prolongación natural del paseo de las Yeserías. ¿Es por eso que se conocía la cárcel de mujeres, hoy “Centro de Inserción Social Victoria Kent”, una de cuyas fachadas da aquí, como Yeserías? Yo siempre lo he pensado así…

Desde el 21 de julio de 1880, fecha en la que, como ya sabemos, el Ayuntamiento dio nombre a muchas de las calles del Ensanche, recuerda a un oscuro pintor y escultor activo en Baeza a finales del siglo XVI y a quien se debe el sepulcro de don Pedro Fernández de Córdoba en la catedral de Jaén. Oscuro porque poca información más de él corre por ahí.

6.9.24

Juan Valera (Calle de)


Entre las calles de Andrés Torrejón y de Luis Camoens. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos.

Calle de extraño trazado, situada en una apacible colonia de hotelitos que se levantó en terrenos escamoteados al Real Sitio del Buen Retiro. El 4 de octubre de 1924, cuando apenas faltaban unos días para que se celebrase el centenario de su nacimiento, decidió el consistorio madrileño dedicársela a Juan Valera. Este escritor, diplomático y político nació en la localidad cordobesa de Cabra el 18 de octubre de 1824. En una primera etapa desempeñó varios puestos diplomáticos en Europa y América; más adelante entró en política y fue diputado y senador liberal en diversas ocasiones. Su vocación literaria, por la que es más conocido, fue algo más tardía y comenzó en la prensa, donde también publicó algunas de sus novelas, en especial la más célebre, Pepita Jiménez (1874). Otras que se suelen mencionar son Juanita la Larga (1895) o Morsamor (1899). También se le deben poesías, relatos breves y ensayos. Fue miembro de la Real Academia Española desde 1861. Murió en Madrid el 18 de abril de 1905.

30.8.24

Juan de Urbieta (Calle de)

Captura del rey Francisco I en la batalla de Pavía, por Jan Erasmus Quellinus (1681)
(Kunsthistorisches Museum, Múnich)

Entre la avenida de la Ciudad de Barcelona y la calle de Antonio Bienvenida. Distrito 3 (Retiro). Barrios del Pacífico y del Niño Jesús. 

Dos partes claramente diferencias tiene nuestra calle. La primera, hasta la avenida del Mediterráneo, presenta la típica hechura del antiguo barrio del Pacífico. Después, y hasta su final, hace de límite occidental de la colonia Retiro, con sus casitas unifamiliares.

Se le asignó su nombre el 26 de mayo de 1866, aunque durante unos meses (entre el 1 de enero y el 9 de abril de 1871) se denominó de Larra (quizá fue el tiempo que tardaron en darse cuenta de que, desde 1866, ya había una calle de Larra en la villa). Juan de Urbieta Berástegui y Lezo fue un soldado, natural de Hernani, a quien se recuerda por haber sido uno de los que hicieron prisionero al rey Francisco I de Francia en la batalla de Pavía, en 1525. Este acto supuso que el emperador Carlos I le otorgase un escudo de armas. Murió, también en Hernani, el 22 de agosto de 1553.

23.8.24

Juan Pantoja (Calle de)

La infanta Isabel Clara Eugenia, por Juan Pantoja
(Alte Pinakothek, Múnich)

Entre las calles de Bravo Murillo y de Tenerife. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de Bellas Vistas. 

No nos alejamos mucho de la calle que acabamos de visitar y nos encontramos con esta, de la que sí se hacen eco nuestras fuentes habituales, probablemente porque en este caso el homenajeado sí que es conocido y, además, por entonces se pensaba que era madrileño. 

Pero antes es inevitable aludir al nombre que tenía el 1 de enero de 1871: se llamaba, vayan ustedes a saber por qué, calle de la Enemistad. Cabe suponer que esta poco edificante denominación llevó al Ayuntamiento a cambiarla poco después. El 28 de abril de ese mismo año se dedicó al pintor Juan Pantoja de la Cruz, nacido en Valladolid en 1553, aunque de niño se trasladó a Madrid. Es conocido sobre todo por sus retratos, que lo hicieron famoso y lo llevaron a convertirse en pintor de cámara de Felipe II en 1596. Murió en Madrid el 26 de octubre de 1608.

16.8.24

Juan de Olías (Calle de)

Ayuntamiento de Olías del Rey (Toledo)
(Foto CC BY-SA Uviein)

Entre las calles de Bravo Murillo y de la Infanta Mercedes. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de los Cuatro Caminos.

Desde el 11 de octubre de 1875 lleva esta calle su nombre. Peñasco y Cambronero no hablan de ella y Répide apenas nos cuenta que en el número 11, donde hoy vemos un edificio dedicado a trasteros, hubo un “correccional escuela” llamado Concepción Arenal. En cuanto a Juan de Olías, lo único que indica el gran cronista es que la denominación estaba dada de forma particular, sin más explicaciones. ¿Quién era, entonces este personaje? Solo se puede especular: ¿el propietario de alguno de los terrenos que por allí había? Haciendo las correspondientes búsquedas, ha aparecido un título nobiliario, el marquesado de Olías, cuyo segundo titular fue cierto Juan Antonio de Orozco y Manrique de Lara. ¿Fue él este Juan de Olías? Quién sabe…

2.8.24

Juan de Mena (Calle de)

Juan de Mena entregando El laberinto de Fortuna a Juan II de Castilla
(Grabado en la portada de una edición de la obra publicada en Zaragoza por Jorge Coci en 1515)

Entre el paseo del Prado y la calle de Alfonso XII. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos. 

Estamos en la zona que se segregó del Buen Retiro y se urbanizó a mediados del siglo XIX. Área privilegiada, que abunda en referencias de las que se recogen en la Guía del COAM. Ya comienza teniendo en sus bordes fachadas laterales de edificios imponentes: el de la Bolsa y el del Museo Naval, pero hay otros como los que ocupan los números 21 (con su fachada neomudéjar) o 25-27 que merecen una atención mayor en la obra citada. Queda claro que cuando se creó este barrio lo fue para que la monumentalidad fuese la premisa básica. 

Fue el 4 de agosto de 1865 cuando el Ayuntamiento bautizó oficialmente esta vía con el nombre de Juan de Mena, poeta nacido en Córdoba en 1411 y fallecido en la localidad madrileña de Torrelaguna en 1456, conocido sobre todo por una de sus obras, el Laberinto de Fortuna, poema alegórico que acaba siendo una loa al rey Juan II de Castilla, a quien se lo entregó su autor en 1444.

26.7.24

Juan Martín “El Empecinado” (Calle de)

Juan Martín El Empecinado, réplica de un retrato de Goya por Salvador Martínez Cubells
(Museo del Prado, en depósito en la Real Academia de la Historia, Madrid)

Entre las calles de Méndez Álvaro y de Ramírez de Prado. Distrito 2 (Arganzuela). Barrios de las Delicias y de Palos de la Frontera. 

No hemos de alejarnos mucho de la calle que acabamos de visitar para encontrarnos con esta, que ha tenido una historia un tanto “accidentada”. Primero por el nombre. El 21 de julio de 1880 la bautizó el Ayuntamiento (como a tantas otras de los diversos sectores del Ensanche), pero entonces la llamó del Empecinado, así, a secas. Esto fue así hasta el 30 de noviembre de 1973, cuando el consistorio añadió el nombre del personaje al apodo con el que es universalmente conocido. 

Otras vicisitudes que ha sufrido esta vía tienen que ver con su trazado. El plan inicial del Ensanche la hacía mucho más larga, la llevaba hasta el paseo de Ronda, cruzando por medio de la Estación de Delicias y taponado su comienzo por el cementerio de San Nicolás y San Sebastián. Curiosamente, al desaparecer ese camposanto, fue esa parte la única que existió de la calle hasta que, en los años 90 del siglo XX, se emprendió la enorme reforma que trocó en residencial esta zona fabril y la calle adquirió su configuración actual. 

Que tal vez hace así mayor justicia a quien homenajea. Juan Martín Díez nació en Castrillo de Duero el 2 de septiembre de 1775. Aunque tuvo vocación militar y participó en la campaña del Rosellón, al estallar la guerra de la Independencia era un simple agricultor. En principio se alistó en el ejército regular, pero pronto se convirtió en jefe de una partida de guerrilleros que hizo la vida imposible al ejército napoleónico por todo el valle del Duero. Al acabar la guerra fue ascendido a mariscal de campo y estuvo al mando de diferentes unidades militares; tras el pronunciamiento de Riego tomó partido por el liberalismo, algo que no le perdonó Fernando VII. Tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis marchó al destierro en Portugal. El rey felón le prometió que podría volver sin temor a ser castigado, promesa que no cumplió, pues al poco fue preso y finalmente ejecutado en Roa el 19 de agosto de 1825. El apodo de empecinados era el que se daba a los paisanos de su pueblo; convertido en todo un símbolo de la lucha contra los franceses, una Real Orden le dio permiso para utilizarlo en documentos oficiales en 1814.

19.7.24

Juan de Mariana (Calle de)


Entre la calle de Ramírez de Prado y la plaza del Amanecer en Méndez Álvaro. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Delicias. 

Aunque en principio estaba previsto que fuese más larga (abarcaba la actual calle de Villa del Prado), durante mucho tiempo esta vía no fue sino un minúsculo callejón sin salida. Con los grandes cambios que sufrió esta zona se le hizo dar un giro vertiginoso y, con una anchura desmesurada, se abrió a través de los terrenos de antiguas fábricas hasta su conclusión actual. Por cierto, la calle de Atienza fue callejón, con el mismo nombre que esta, hasta el 30 de diciembre de 1944. 

¿Y qué nombre es ese, que aquí aparece desde el 21 de julio de 1880? El de Juan de Mariana, teólogo jesuita nacido en Talavera de la Reina el 25 de septiembre de 1536. A pesar de haber nacido fruto de una relación extramatrimonial, lo cual podría haber sido un grave lastre en su época, estudió en la Universidad de Alcalá de Henares a la vez que profesaba como novicio en la Compañía de Jesús. Tras estancias en Italia y Francia, se estableció en Toledo, de donde casi no salió hasta su muerte, el 17 de febrero de 1624. De sus numerosas obras, quizá la más influyente fue su Historia general de España, primero aparecida en latín y luego en castellano (1601), considerada la obra canónica en este campo hasta la aparición, en el siglo XIX, de la igualmente titulada y debida a Modesto Lafuente. También escribió numerosas obras de carácter teológico, filosófico e incluso político, muy avanzadas para su época: hay quien piensa, que el nombre de la figura de Marianne, representación de la República Francesa, deriva de su apellido.

12.7.24

Juan de Jáuregui (Calle de)

Supuestro retrato de Cervantes, por Juan de Jáuregui
(Real Academia Española, Madrid)

Entre las calles de Juan de Urbieta y de Antonio Díaz-Cañabate. Distrito 3 (Retiro). Barrio del Niño Jesús. 

Volvemos a la Colonia Retiro, a sus bellas viviendas unifamiliares para pasear por la calle que desde el 29 de abril de 1932 está dedicada al poeta, erudito y pintor sevillano Juan de Jáuregui, nacido el 24 de noviembre de 1583 y fallecido en Madrid el 11 de enero de 1641. Su fama se debe sobre todo a un supuesto retrato de Miguel de Cervantes que pintó en 1600, como se indica en el propio cuadro, que fue descubierto en 1910. El propio Cervantes ya había hablado en el prólogo de sus Novelas ejemplares del retrato del “famoso don Juan de Jáuregui”, debajo del cual gustaría de poner la célebre descripción de sí mismo que sigue poco después: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada…” Sea como fuere, igual que salieron defensores de su autenticidad, lo hicieron de lo contrario, así que no podemos asegurar al cien por cien que esa celebérrima imagen sea la del autor del Quijote.

5.7.24

Juan de la Hoz (Calle de)

El villano del Danubio, y el buen juez no tiene patria, de Juan de la Hoz y Mota
Digital Library Memory of Madrid, Spain - CC BY-NC.

Entre las calles de Ardemans y de Cartagena. Distrito 4 (Salamanca). Barrio de la Guindalera. 

En un principio estaba previsto que nuestra calle empezase en la de Francisco Silvela y así figura en algunos planos de los primeros años del siglo XX. Sin embargo, ese tramo inicial nunca llegó a estar afianzado y ya en el plano parcelario de 1929 aparece truncada de una forma muy parecida a la que podemos contemplarla hoy en día.

También ha tenido una historia un tanto agitada en lo que se refiere a sus denominaciones. Con fecha 1 de enero de 1887 era conocida como calle de Caballero, quién sabe si el apellido del dueño de alguna de las fincas donde luego se asentó el barrio de La Guindalera. El 2 de marzo de ese mismo año recibió el nombre con que hoy sigue, pero ahí no paró la cosa. El 8 de noviembre de 1912 decidió el Ayuntamiento que recordase al obispo Sancha, esto es, al sacerdote burgalés Ciriaco Sancha y Hervás (1833-1909), quien fue segundo titular de la diócesis de Madrid-Alcalá. En algunos planos, como los de Facundo Cañada y Núñez Granés no se rotula como Obispo Sancha, sino Cardenal Sancha. En cualquier caso, es llamativo que esto ocurriese mucho antes del cambio oficial de denominación, ya que ambos planos datan, respectivamente, de 1900 y de 1910. 

Sea como fuere, el 11 de marzo de 1914 la calle volvió a estar dedicada al escritor madrileño Juan Claudio de la Hoz y Mota, nacido el 16 de enero de 1622. Madrileño, pero de familia burgalesa y casi venido al mundo por accidente en nuestra villa (su padre estaba asistiendo a unas cortes que en ese momento se celebraban en la capital). Pronto regresó a Burgos y allí sucedió a su padre como regidor. Su vocación literaria fue tardía y, curiosamente, al final de su vida la combinó con la de censor, precisamente de obras teatrales. Se le atribuyen diversas obras, aunque es difícil cerciorarse de que realmente las escribiese él. Según algunos documentos, murió a finales de 1714; una vida tan larga ha hecho sospechar a diversos estudiosos si en realidad no se tratará de dos personas llamadas de la misma forma, con oficios diferentes, pero ambos con inquietudes literarias. 

Aún conserva esta calle algunos edificios de los primeros tiempos del barrio, como los que están en los números 19, 23, 25 y 26 (este hace esquina con la calle de la Granjilla).

28.6.24

Juan de Herrera (Calle de)


Entre la calle de Calderón de la Barca y la plaza de San Nicolás. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.

Por aquí anduvo el monasterio de las monjas de Constantinopla, uno de los que sufrió los rigores de la desamortización de 1836. Una vez despejado su solar, se abrieron en él un par de calles, entre ellas la que nos ocupa, así denominada por el Ayuntamiento el 31 de marzo de 1848 al saberse que en el convento desaparecido estuvo enterrado el personaje que recuerda (o tal vez lo fue en la cercana y, por suerte aún existente iglesia de San Nicolás de los Servitas, pero, como nos indica Répide, cuando en 1869 se buscaron sus restos para enterrarlos en un futuro Panteón Nacional se constató que se habían perdido). 

Juan de Herrera nació en el barrio de Movellán de la localidad cántabra de Roiz en 1530, en el seno de una familia hidalga. Entró al servicio del futuro Felipe II en 1547 y con él recorrió diversas regiones de Europa antes de regresar a España y convertirse en soldado. Cuando Felipe ascendió al trono, y bajo su patrocinio, se dedicó plenamente a la arquitectura. En 1562 empezó a trabajar en las obras de El Escorial, a las órdenes de Juan Bautista de Toledo y a la muerte de este asumió su dirección. De ahí que se haya llamado muchas veces y erróneamente estilo “herreriano” al de esa magna edificación; mucho más propio es el “escurialense” empleado hoy en día. Aparte de la finalización de esta obra, que tuvo lugar en 1584, se deben a Herrera el Palacio Real de Aranjuez o el Puente de Segovia, en nuestra villa. Aquí murió el 15 de enero de 1597. Añadamos que, aparte de esta, hay otra vía con su nombre en la Ciudad Universitaria.

21.6.24

Juan de la Encina (Calle de)

Busto de Juan del Enzina en León
(Foto CC BY-SA HCPUNXKID)

Empieza como un fondo de saco y acaba en la calle de Francos Rodríguez. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de Bellas Vistas.

A pesar de lo dicho en la entradilla, lo previsto en principio era que nuestra calle comenzase en la de Jerónima Llorente y así está reflejado, por ejemplo, en los planos parcelarios del Ayuntamiento al menos hasta 1960. Sin embargo, varios bloques de pisos impiden que ese primer tramo, que aún conserva el ancestral adoquinado, esté completo. 

En un principio esta era la calle del Rincón, hasta que el 3 de marzo de 1887 decidió el Ayuntamiento dedicársela a un gran poeta y músico castellano de finales del siglo XV y comienzos del XVI. Doy este circunloquio sin nombrarlo porque hay varias cuestiones; la primera es que en todo caso sería Juan del Encina, la segunda que hoy en día se lee más veces como Juan del Enzina y la tercera que ni siquiera se trata de su nombre de nacimiento, que era Juan de Fermoselle. Se sabe que nació el 12 de julio de 1468, pero no dónde. Dado su apellido (o apellidos) hay quien sugiere la localidad zamorana de Fermoselle o algunas de Salamanca que incluyen Encina en su denominación. Estudió leyes en Salamanca (ciudad que asimismo podría haberlo visto nacer) y cuando en 1492 entró al servicio del duque de Alba fue cuando su actividad literaria fue más intensa. Luego, en 1498, marchó a Roma, donde vivó bastante tiempo antes de emprender un viaje a Tierra Santa (1519-21), donde se ordenó sacerdote. De entre sus obras destacan las Églogas, primer ejemplo de verso dramático en castellano, por lo cual es considerado por muchos el padre del teatro español. También escribió poesía popular, muchas veces acompañada por música compuesta por él mismo. Su última obra fue la descripción de su peregrinación a Tierra Santa. Murió en León en 1529.

14.6.24

Juan Duque (Calle de)

La zona donde está nuestra calle, en el plano de Lotter (principios del siglo XVIII)
(Colección del autor)

Entre la calle de Segovia y el paseo de los Melancólicos. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio Imperial. 

No se ha de buscar ninguna historia ni se ha de escribir ninguna biografía al referirnos a esta calle, trazada en el paraje conocido antaño como La Vega y donde estuvo luego la Granja del Atanor. Juan Duque era lisa y llanamente el propietario de las tierras en las que se abrió la vía y desde el 20 de marzo de 1882 lleva su nombre.

7.6.24

Juan de Dios (Calle de)

La iglesia de San Marcos
(Foto del autor)

Entre la calle de San Bernardino y la travesía del Conde-Duque. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad. 

Estamos en una de las calles de nombre ancestral de nuestra villa, cuyo origen está en una tradición. Nos cuentan Peñasco y Cambronero que Juan de Dios era el dueño de las tierras que en su momento estaban en el lugar de esta vía. Cómo sería por aquellos entonces el arroyo de Leganitos que en una de sus crecidas arrasó todo, lo dejó en la miseria y tuvo, por tanto, que ir a pedir limosna en las puertas del cercano oratorio de San Leonardo, sito donde hoy está la magnífica iglesia de San Marcos. Répide nos da más datos; añade que Juan de Dios, tras el desastre, vivía en una cueva que estaba en sus antiguas tierras, en un pago conocido como el Erial del Ciego, donde solían reunirse gentes poco recomendables.

31.5.24

Juan de la Cierva (Calle de)

Un autogiro Cierva C-6, en el Museo del Aire de Madrid
(Foto: Diego Dabrio)

Entre las calles de Serrano y de Joaquín Costa. Distrito 5 (Chamartín). Barrio de El Viso. 

Aunque hay algunos edificios de viviendas en esta calle, acordes a lo señorial del entorno, sobre todo encontramos en sus orillas otro tipo de construcciones, como el Instituto de Química Orgánica General del CSIC o el Hospital de San Francisco de Asís, cuya entrada de urgencias da aquí. 

En principio esta calle estuvo dedicada al arquitecto Gustavo Fernández Valbuena (1888-1931), cuyo nombre tuvo desde el 1 de enero de 1940. El 26 de diciembre de 1956 ocurrió algo curioso: hubo un intercambio de denominaciones. Gustavo Fernández Valbuena también tiene hoy una calle, que comienza en la de San Nazario y concluye en la avenida de Alfonso XIII y antes se llamaba, precisamente, de Juan de la Cierva. Pues bien, en ese día de San Esteban de 1956 se intercambiaron las placas y la de don Gustavo paso a ser la de don Juan y la de don Juan la de don Gustavo. 

Dicho esto, que tiene lo suyo de galimatías, procede comentar algo del homenajeado, un gran inventor y aviador murciano. Juan de la Cierva y Codorniu nació en la capital de la huerta el 21 de septiembre de 1895. Aunque participó en política, como su padre (que fue varias veces ministro), se dedicó sobre todo a la aeronáutica, aunque su formación fue de ingeniero de Caminos. Desde muy joven experimentó con aparatos voladores y, después de varias pruebas infructuosas, consiguió que funcionase su autogiro, precursor del helicóptero, en Getafe, a comienzos del año 1923. Murió en Croydon, en el Reino Unido, paradójicamente en un accidente de aviación, el 9 de diciembre de 1936.

24.5.24

Juan Bravo (Calle de)

La batalla de Villalar, por Manuel Picolo (1887)
(Palacio del Marqués de Salamanca, Madrid)

Entre las calles de Serrano y de Francisco Silvela. Distrito 4 (Salamanca). Barrios de Lista y Castellana.

Estamos en una de las calles anchas de esta zona del Ensanche, la única de por aquí que conserva el bulevar central. Como cabe imaginar, en sus orillas hay edificios de lo más suntuoso, pero hay uno que destaca sobre todos los demás. Se trata de la actual embajada de Italia, sita en el número 16, que ocupa toda la manzana. Es un palacete construido entre 1914 y 1917, según proyecto de Joaquín Rojí, como residencia de los marqueses de Amboage. En 1939 se trasladó aquí la sede diplomática del país transalpino desde su ubicación anterior, el Palacio de Abrantes, en la calle Mayor. 

La actual sede de la Embajada de Italia
(Foto CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

Citaré asimismo una curiosidad que se puede encontrar a la altura del número 40, en la explanada con forma de cuarto de círculo que hay frente a la parroquia del Pilar. Se trata de la reproducción de un “peirón” o cruz de término que contiene precisamente una imagen de la Virgen del Pilar. 

Desde el 28 de abril de 1871 lleva esta calle el nombre de uno de los tres comuneros (las de sus dos compañeros no andan muy lejos). Juan Bravo, que era regidor de Segovia cuando en 1520 estalló la guerra de las Comunidades, nació en Atienza (hoy en la provincia de Guadalajara) hacia 1485. Una vez puesta en marcha la sublevación, se apoderó de Segovia, aunque las tropas leales a Carlos I se hicieron fuertes en su Alcázar y allí permanecieron hasta el final de la contienda. Bravo tomó algunas localidades por aquella zona y fue de los que habló con la reina Juana en Tordesillas para intentar que los apoyase, pero en vano. Fue derrotado junto a Padilla y Maldonado en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521, y murió decapitado al día siguiente.

17.5.24

Juan Bautista de Toledo (Calle de)

Patio del Monasterio de El Escorial, obra cumbre de Juan Bautista de Toledo
(Foto del autor)

Entre las calles de López de Hoyos y de Clara del Rey. Distrito 5 (Chamartín). Barrio de la Prosperidad.

Aún se puede ver una antigua casa de estilo neomudéjar al comienzo de esta calle, que en principio se conoció como de Gutiérrez. Y justo enfrente, haciendo, como ella, esquina con la de López de Hoyos otra que en su momento debió de tener alguna pretensión y a la que hoy en día le ha salido una extraña excrecencia que no me atrevo a calificar.

Las dos casas que hay al comienzo de nuestra calle, desde la plaza de la Prosperidad
(Foto del autor)

El 2 de marzo de 1887 el Ayuntamiento le cambió el nombre y le puso el actual, el de un arquitecto de origen dudoso, quizá nacido en Toledo, quizá en Madrid, quizá en Italia, acaso hijo de judíos conversos… Ni siquiera se sabe a ciencia cierta la fecha de su nacimiento, que se sitúa hacia 1515. Antes de venir a Madrid en 1559, llamado por Felipe II, trabajó bastante en Italia, entre otros con Miguel Ángel en las obras de la basílica de San Pedro de Roma. Aquí es conocido y recordado sobre todo por ser quien diseñó el monasterio de El Escorial. Murió en Madrid el 10 de mayo de 1567 sin ver acabada su obra; fue Juan de Herrera quien lo sustituyó y se llevó casi todo el mérito, de modo que el estilo inaugurado en aquella maravilla arquitectónica se llamó “herreriano” (lo mismo ocurrió con el Palacio Real de Aranjuez, diseñado por Juan Bautista de Toledo y rematado por Herrera).

10.5.24

Juan Bautista Sachetti (Calle de)

Jardines de La Granja (primer lugar de trabajo en España de Sachetti)
(Foto del autor)

Comienza en el paseo de la Infanta Isabel y acaba en un fondo de saco. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos. 

No fue muy generoso el Ayuntamiento de Madrid al dedicarle este estrecho callejón sin salida (antes se había conocido como callejón del Paseo de Atocha) el 25 de febrero de 1955 al arquitecto Juan Bautista Sachetti. Nacido en Turín el 17 de marzo de 1690, vino a España en 1736 en principio para participar en las obras del Palacio de La Granja. Sin embargo, a comienzos de ese mismo año había muerto Filippo Juvarra, a quien se había encargado el proyecto del nuevo Palacio Real tras la destrucción del viejo alcázar en un incendio en 1733. Quien lo sustituyó fue Sachetti, el cual en principio hubo de ocuparse de la demolición de lo que quedaba de la antigua residencia real, antes de que en 1738 se pusiera la primera piedra de la nueva. También esbozó diversos proyectos para nuestra villa, como maestro mayor de obras de ella que fue, unos proyectos que nunca llegaron a realizarse, al menos en su época: una catedral en La Almudena o un viaducto en la calle de Bailén. Fue también director de arquitectura de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1760 fue cesado como director de las obras del Palacio y también en su cargo madrileño. Cuatro años después, el 3 de diciembre de 1764, murió en Madrid.

3.5.24

Juan de Austria (Calle de)

 

Retrato de don Juan de Austria, por Sánchez Coello (1567)
Monasterio de las Descalzas Reales, Madrid.

Entre las calles de Luchana y de Eloy Gonzalo. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Trafalgar. 

En la actualidad no podríamos decir de esta calle lo que afirma Répide, que aún podía ver a su entrada “alguna construcción del primitivo Chamberí”, aunque sí que se puede mencionar la casa que hace esquina con la calle de Santa Feliciana, que es obra de Repullés y Vargas y data de 1880, pero como su entrada está por la otra calle allí se hablará algo más de ella. 

Y Répide menciona el “antiguo Chamberí” porque esta vía existe oficialmente desde el 1 de enero de 1863, es decir, antes del derribo de la cerca de Felipe IV, si bien en principio de llamó de Don Juan de Austria. El 6 de febrero de 1880 le retiró el tratamiento el Concejo al personaje que recuerda y desde entonces se llama como hoy la conocemos. 

Y este personaje es uno de los importantes de la historia de España, si bien su origen es dudoso. No solo porque fuese hijo ilegítimo de Carlos I, sino porque no se sabe con certeza la fecha de su nacimiento, acaecido en Ratisbona en 1545 o 1547. Fue su madre Barbara Blomberg, hija de unos burgueses de aquella ciudad, de quien se prendó el emperador tanto como para hacerla su amante. 

Conocido primero como Jerónimo (el nombre del marido de Barbara, que se casó con ellas a sabiendas de lo que pasaba y logró gracias a ello ciertas prebendas), el niño fue educado en España. Reconocido en 1554 por Felipe II su parentesco con Carlos I, fue entonces cuando adoptó el nombre por el que es universalmente conocido. Estudió en la Universidad de Alcalá y aunque fue destinado en principio a seguir la carrera eclesiástica prefirió seguir la de las armas. Sirviendo a su hermanastro, encabezó sus tropas en la rebelión de las Alpujarras y, por lo que es más conocido, en la batalla de Lepanto, “la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros”, en palabras de otro célebre participante en ella, Miguel de Cervantes. 

Después de esta hazaña, que lo hizo célebre en toda Europa, participó en otras acciones militares en el norte de África, en Italia y en Flandes, territorio del que fue gobernador. Allí murió, de fiebres tifoideas, durante el sitio de Namur, el 1 de octubre de 1578.

26.4.24

Juan Antonio Vallejo-Nájera Botas (Paseo de)


Entre la glorieta de Santa María de la Cabeza y la plaza de Francisco Morano. Distrito 2 (Arganzuela). Barrios Imperial y de las Acacias. 

El nombre de la calle que nos ocupa ha sido un tanto problemático. En su momento, muchos opinaron (entre ellos, Isabel Gea, una de nuestras fuentes de cabecera) que estaba dedicada a Juan Antonio Vallejo-Nájera, psiquiatra y humanista prematuramente fallecido el mismo año en que se dio denominación oficial a la vía. Sin embargo, cuando en fechas recientes se revisó el callejero de Madrid en busca de nombres relacionados con el régimen franquista para que se cumpla la Ley de Memoria Histórica, se descubrió que en realidad a quien recordaba desde el 31 de mayo de 1990 (con la denominación de paseo del Doctor Vallejo-Nájera) era a su padre, Antonio Vallejo-Nájera (1889-1960), psiquiatra también, con unas ideas bastante peculiares e infectas sobre la inferioridad mental de las mujeres y sobre quienes tenían ciertas ideologías –opuestas a la suya, claro está. Los expertos, pues, recomendaron que del padre pasase al hijo y así se hizo el 4 de mayo de 2017, cuando recibió el nombre actual, el de un gran médico nacido en Oviedo el 14 de noviembre de 1926, novelista (ganador del premio Planeta en 1985 con Yo, el rey), divulgador y ampliamente reconocido y recordado por la entereza con la que afrontó la mortal enfermedad que padeció y acabó con su vida en nuestra villa el 13 de marzo de 1990. 

La antigua estación de La Alhóndiga, en la esquina de nuestra calle con el paseo de la Esperanza

Olvidemos la polémica y centrémonos en el origen de esta calle, que es el eje del llamado “Pasillo Verde Ferroviario”, una zona urbanizada que se creó sobre el antiguo Ferrocarril de Cintura, ahora subterráneo. Unía y une dicho ferrocarril las estaciones de Príncipe Pío y Delicias. En su día había a sus orillas dos importantes estaciones de mercancías, la Imperial y la de las Peñuelas. Quienes tengan mi edad sin duda habrán podido ver aún los vagones estacionados cuando cruzaban el Puente de Praga en coche camino del centro de Madrid, así como la calle del Ferrocarril con el enorme zanjón por el que se observaba la circulación de los trenes. Subterránea hoy en día la línea, dejó de partir en dos el barrio de las Peñuelas y también de transportar mercancías, pues en la actualidad la recorren trenes de cercanías de varias líneas.

19.4.24

Juan Álvarez Mendizábal (Calle de)


Entre la plaza de España y la calle de Romero Robledo. Distrito 9 (Moncloa). Barrio de Argüelles.

Estamos ante una de las calles “largas” de la red que forma este barrio de Argüelles. Fue una de las zonas más castigadas durante la última guerra civil, de ahí que la mayor parte de sus edificios sean construcciones modernas. Sin embargo, justo al final de nuestra calle, haciendo esquina con la de Romero Robledo, se halla la que la Guía del COAM califica como “una de las más bellas fachadas de ladrillo de Madrid”. Se trata de un edificio levantado entre 1916 y 1917 como un hotelito de dos plantas que luego se amplió a tres. No da la mencionada Guía el nombre de su arquitecto; sí que el maestro de obras fue Ricardo Cuadrillero. (Podéis ver una foto en este enlace).

Fue al poco de segregarse estos terrenos de la posesión de la Montaña del Príncipe Pío, el 19 de octubre de 1865, cuando el Ayuntamiento decidió dar el nombre de Mendizábal a esta calle. Dadas las características del personaje al que recuerda (del que en seguida se hablará), no es de extrañar que el consistorio franquista lo desterrara de aquí el 13 de diciembre de 1940 para dársela a uno de los suyos, el político tradicionalista Víctor Pradera (1872 o 1873-1936), fusilado por el bando republicano. El 25 de enero de 1980 volvió aquí Mendizábal, pero esta vez con su nombre y dos apellidos. 

Juan de Dios Álvarez Méndez nació en Cádiz el 25 de febrero de 1790. Era de origen humilde; el cambio de su segundo apellido por el más sonoro “Mendizábal” ocurrió hacia 1811 o 1812, según algunos para ocultar el origen judío de su familia. Participó en la guerra de la Independencia y, acabada esta, se convirtió en un conspirador liberal que tuvo un papel importante en el triunfo del pronunciamiento de Riego en 1820. Tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis se exilió, primero a Londres y luego a París, donde no dejó de conspirar contra Fernando VII. También lo hizo para ayudar a la caída del absolutista Miguel I de Portugal en favor de la reina María da Glória. Volvió a España en 1835 y se convirtió en ministro de Hacienda; poco después accedió a la presidencia del Gobierno. Para afrontar la guerra carlista no solo llevó a cabo una quinta en la que reclutó a casi cien mil hombres, también suprimió las órdenes religiosas y puso en venta sus bienes, la célebre “desamortización de Mendizábal”, una revolución económica que, en palabras de Répide, “a fin de cuentas, no consiguió sino crear nuevas fortunas y otros privilegios y, en cambio, perjudicó al arte, ocasionando el abandono y ruina de bellísimos templos, monasterios y palacios de abolengo”. En 1837 abandonó el gobierno y su influencia empezó a disminuir, aunque aún sería de nuevo ministro de Hacienda en 1843 (ese mismo año fue alcalde de nuestra villa durante unos meses). Tras la caída de Espartero tuvo que exiliarse de nuevo y sus florecientes negocios cayeron en la bancarrota. Regresó a España en 1846 y aunque fue diputado hasta 1850 su tiempo político ya había pasado. Murió en Madrid el 3 de noviembre de 1853, pobre y lleno de deudas. 

Por cierto, Répide nos dice que la actual calle de Doña Urraca, en el distrito de La Latina (en lo que entonces se conocía como barrio de Colmenares), llevó en su día el nombre de Mendizábal por la proximidad de una quinta que este personaje tenía por aquellos andurriales. Quien esto escribe no ha podido comprobar tal cosa ni en las bases de datos del Ayuntamiento ni en los diferentes planos históricos de nuestra villa que ha podido consultar.

12.4.24

Juan XXIII (Paseo de)


Entre las avenidas del Valle y de Pablo Iglesias. Distritos 7 (Chamberí) y 9 (Moncloa). Barrios de Vallehermoso y de la Ciudad Universitaria. 

En plena guerra civil, el 27 de marzo de 1938, decidió el Ayuntamiento de Madrid poner nombre a esta prolongación de la calle de Isaac Peral. La denominación otorgada fue la de calle del Límite, probablemente por seguir la línea de las tapias de la Moncloa. Así fue hasta que el 26 de diciembre de 1966 se dedicó al papa Juan XXIII, nacido Angelo Giuseppe Roncalli en la localidad de Sotto il Monte, cerca de Bérgamo, el 25 de noviembre de 1881. Sacerdote desde 1904, nombrado cardenal en 1953, era patriarca de Venecia cuando el 28 de octubre de 1958 fue elegido papa en sustitución de Pío XII. De su breve pontificado cabe destacar la convocatoria del Concilio Vaticano II, que pretendió poner la iglesia católica en consonancia con los tiempos. Murió en la Ciudad del Vaticano el 3 de junio de 1963. Juan Pablo II lo beatificó en 2000 y Francisco lo canonizó el 27 de abril de 2014.

5.4.24

Jovellanos (Calle de)

El Teatro de la Zarzuela
(Foto CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

Entre las calles de Los Madrazo y de Zorrilla. Distrito 1 (Centro). Barrio de las Cortes. 

Lo más relevante de esta breve vía cercana al Congreso de los Diputados es que a ella abre sus puertas el Teatro de la Zarzuela. Fue iniciativa de un industrial llamado Francisco de las Rivas y Urbieta, quien puso el dinero, secundado por un grupo de músicos y escritores de la época como Barbieri, Gaztambide u Oudrid. El edificio se levantó según un proyecto de Jerónimo de la Gándara, modificado por José María Guallart, y se inauguró el 10 de octubre de 1856. Sufrió un grave incendio en 1909, del que solo sobrevivió la fachada. Su reconstrucción se encomendó a Cesáreo Iradier. A pesar de este percance, no dejó ni ha dejado de ser el principal tempo del género lírico español por excelencia, la zarzuela.

Jovellanos, por Goya (1798)
(Museo del Prado, Madrid)

El 31 de marzo de 1848 decidió el Ayuntamiento que esta calle llevase el nombre del ilustrado gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, nacido el 5 de enero de 1744 en el seno de una familia noble. Estudió en su ciudad natal y en Oviedo antes de marchar a Ávila y a Burgo de Osma para licenciarse en Derecho Canónico. Luego estudió en Alcalá de Henares; empezó su carrera profesional como magistrado en Sevilla. En 1778 se trasladó a Madrid para entrar en la Sala de Alcaldes de Casa y Corte. Aquí estuvo hasta 1790, cuando hubo de marchar desterrado a su Asturias natal. Sin embargo, en 1797 Godoy lo llama para ser ministro de Gracia y Justicia, cargo que ocupó apenas nueve meses, antes de volver de nuevo a Asturias. En 1800 otra vez se cruzó con Godoy, aunque esta vez el valido de Carlos IV lo desterró a Mallorca y lo encarceló. Fue liberado tras el motín de Aranjuez, en la primavera de 1808, y aunque se le ofreció entrar en el gobierno del rey intruso José Bonaparte, él se unió a la Junta Central en Sevilla. Tras la entrada de los franceses en Andalucía, huyó a Cádiz y de allí intentó volver por barco a Asturias, aunque hubo de recalar antes en Galicia, donde permaneció algunos meses. De nuevo en Asturias, murió a causa de una pulmonía en Puerto de Vega el 27 de noviembre de 1811. 

Su obra escrita está en gran medida relacionada con sus actividades como político o académico. Quizá la más conocida sea el Informe sobre el expediente de la Ley Agraria (1794). También su Memoria en defensa de la Junta Central (1811). Además, se le debe alguna obra dramática como El delincuente honrado (1774) y poemas, con el pseudónimo Jovino. Fue miembro de las Reales Academias de la Historia y de San Fernando y supernumerario de la Española.