El lienzo que representa a la Virgen de la Paloma, en su actual retablo
(Foto: J. L. de Diego)
Entre la calle de la Paloma y la Gran Vía de San Francisco. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
Isabel Tintero fue una piadosa madrileña que a finales de siglo XVIII vio cómo unos chiquillos jugaban con una pintura de la Virgen de la Soledad que habían encontrado en unos corrales cercanos a la calle de la Paloma, donde vivía Isabel. Arregló un poco la imagen y la colocó en un retablo de su casa. Y desde entonces fue objeto de una gran veneración por los madrileños, que la conocen como la Virgen de la Paloma, una de las más castizas. La calle es de apertura muy reciente (oficialmente existe desde el 30 de noviembre de 1990), dentro de la profunda reforma que sufrió toda esta parte del casco antiguo de la villa.
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