(Foto: CC BY-SA 4.0 Discasto)
De la calle del Arenal a la plaza de Santa Catalina de los Donados. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.
Esta minúscula cuestecilla, al igual que la plaza en la que acaba, debe su nombre a una fundación llamada de Santa Catalina de los Donados que tiene una historia curiosa. Por aquí andaban, a mediados del siglo XV, las casas de Pedro Fernández de Lorca, que fue tesorero de Juan II y Enrique IV. Este caballero decidió en 1460 que en ellas se diese albergue a “doce hombres honrados a quienes la demasiada edad quitó la fuerza para ganar el sustento”, en palabras de Mesonero Romanos. Dice el mismo don Ramón que el apelativo de “donados” les vino por el curioso atuendo que debían vestir: becas o caperuzas de paño pardo. Desaparecida la fundación, subsistió, aunque reedificada, la capilla, que hoy se llama del Santo Niño del Remedio. Cuando lleguemos a la plaza hablaremos algo más sobre el albergue y su historia.
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