
Entre las plazas de Santa Ana y de Jacinto Benavente y las calles de las Huertas, San Sebastián, Cruz y Espoz y Mina. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.
Estamos en una de las plazas más típicas y castizas de Madrid, en los límites del barrio de los literatos. Existe una plaza del Ángel desde hace muchos años y su nombre se debe a una pintura que representaba al Santo Ángel de la Guarda y estaba en una de sus casas. Pero no siempre ha sido tan espaciosa como hoy en día. Como se puede ver en el plano de Texeira, antiguamente sólo comprendía el pequeño trozo que hay entre las calles de la Cruz y Espoz y Mina. El resto estaba ocupado por una manzana de casas entre las que se incluía el oratorio y convento de San Felipe Neri, construido en 1660. Esta manzana creaba una callecita que era la prolongación de la actual de San Sebastián, y llevaba el poético nombre de calle del Beso. Cuando Carlos III expulsó a los jesuitas ofreció una nueva ubicación al convento de San Felipe Neri, en una antigua iglesia que la Compañía tuvo en la calle Mayor, y después hizo demoler la manzana de casas antes citada. Así se formó la plaza tal y como hoy la conocemos. En su centro se colocó una gran cruz de piedra diseñada por Ventura Rodríguez, que luego fue llevada al cementerio General del Sur.

En la esquina con la plaza de Santa Ana tuvo su palacio la condesa de Montijo. Era un edificio que fue levantado en 1810 por el arquitecto Silvestre Pérez, y que durante una buena parte del siglo XIX fue un importante centro de reunión por el que pasaron la mayor parte de las figuras artísticas y políticas de España y algunas de las europeas. Allí vivió Eugenia de Montijo, futura emperatriz de los franceses. Tras la muerte de la condesa en 1881 acabaron las grandes reuniones culturales y políticas y el edificio se utilizó con otros fines. Fue sede del casino militar y en él vivió José Canalejas. En las primeras décadas del siglo XX fue demolido, y en su solar se levantó el llamado edificio Simeón, destinado a usos comerciales y también a albergar un hotel, que no es otro que el famoso Victoria. Es una interesante obra arquitectónica, típica muestra de edificio comercial de la época, y fue levantado entre 1919 y 1923, según proyecto de Jesús Carrasco y Encina. El hotel Victoria fue y es utilizado en numerosas ocasiones por las figuras del toreo que vienen a actuar a Madrid. Se guarda intacta la habitación que solía ocupar Manuel Rodríguez Manolete.

