25.11.22

Gutenberg (Calle de)

El “ejemplar Lenox” de la Biblia de 42 líneas.
Biblioteca Pública de Nueva York
[Foto CC BY-SA Kevin Eng (NYC Wanderer)]

Entre la avenida de la Ciudad de Barcelona y la calle del poeta Esteban Villegas. Distrito 3 (Retiro). Barrios del Pacífico y de los Jerónimos. 

Por aquí estaba el célebre olivar de Atocha y, cuando se planificó el Ensanche, se pensó que el parque del Retiro creciese hacia el sur, pero poco se tardó en cambiar de opinión y al final se levantaron edificios de casas baratas. Eso no quiere decir que fuesen malas o antiestéticas. Antes al contrario, las pocas que subsisten, por ejemplo la que hace esquina en nuestra calle con la avenida de la Ciudad de Barcelona son un buen ejemplo del bello estilo neomudéjar tan típico de las primitivas edificaciones de estos nuevos barrios.


El primer nombre que tuvo nuestra calle fue el de Piedrafita, otorgado el 1 de enero de 1887; apenas unas semanas después, el 2 de marzo de ese mismo año, fue dedicada al creador de uno de los inventos fundamentales en la historia de la Humanidad. Johannes Gensfleich, más conocido como Johannes Gutenberg, fue un orfebre nacido en Maguncia en 1400 que hacia 1440 ideó la imprenta de tipos móviles, lo cual supuso que las obras escritas se podrían distribuir ampliamente y no como hanta entonces, que solo circulaban de forma manuscrita. De las obras que imprimió, tal vez la más conocida sea la “Biblia de 42 líneas” o “Biblia de Gutenberg”, de la que quedan cerca de 50 ejemplares de los 180 que se produjeron en su momento, entre 1450 y 1455 (hay dos en España, una en la Biblioteca de la Universidad Sevilla y otra en la Biblioteca Pública del Estado de Burgos). Gutenberg murió en su ciudad natal el 3 de febrero de 1468. 

Como curiosidad, se puede indicar que antes que esta ya hubo otra calle de Gutenberg en Madrid. No es otra que la que hoy conocemos como de Argensola, que llevó el nombre del inventor alemán desde el 1 de enero de 1869 hasta el 6 de julio de 1874.

18.11.22

Gurtubay (Calle de)

Carmen de Gurtubay (1910-1959)
La calle no está dedicada a ella, pero debería estarlo

Entre las calles de Lagasca y de Velázquez. Distrito 4 (Salamanca). Barrio de Recoletos. 

Calle breve, situada en una zona donde abundan los suntuosos y casi aristocráticos edificios típicos de las primeras manzanas del barrio de Salamanca. Su nombre recuerda a quien era propietario de estos terrenos; se trataba de Juan Cruz Gurtubay y Meaza, comerciante y banquero nacido en Bilbao el 24 de febrero de 1841 y fallecido en Durango el 22 de octubre de 1893. Poco después de su deceso, el 15 de diciembre de 1893, fue cuando el Ayuntamiento le otorgó su nombre a la vía. 

Répide nos cuenta una historia un tanto chusca sobre el origen de la fortuna de esta familia, después emparentada con la nobleza. Al parecer, el padre del homenajeado en nuestra calle era un pescadero vizcaíno llamado Simón Gurtubay Zubero que en el primer tercio del siglo XIX quiso hacer un pedido de mil bacalaos. Algo pasó en la redacción o transmisión del encargo, ya que para asombro de nuestro comerciante le llegaron no mil, sino un millón de ejemplares. Su estupor duró poco, pues por entonces aconteció el sitio de Bilbao, durante la primera guerra carlista, y pudo colocar todo el género a un precio tal que lo hizo rico a él y a toda su descendencia. 

Si bien el señor Juan Cruz Gurtubay tuvo el mérito de ceder gratuitamente la parcela y contribuyó a su urbanización, tampoco estaría de más, dado que solo el apellido aparece en la placa, que pasase a recordar a su nieta Carmen de Gurtubay (1910-1959), madrileña, quien tras una juventud frívola y aristocrática pasó a defender ideas progresistas, a exiliarse en París al poco de estallar la guerra civil sin dejar de trabajar para el gobierno legítimo de la República y, después, a convertirse en una agente aliada contra los nazis que arriesgó su vida en muchas ocasiones en pro de la victoria frente al Eje.

11.11.22

Guipúzcoa (Calle de)

Foto CC BY-SA Hmvg

Entre las calles de Bravo Murillo y de Istúriz. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de los Cuatro Caminos. 

Esta zona fue una de las primeras en urbanizarse a la orilla de la entonces llamada carretera de la Mala de Francia, junto a la glorieta de Cuatro Caminos. De hecho, aún conserva alguna de las primitivas y típicas casas de ladrillo visto de la época. Ya el 1 de enero de 1887 el Ayuntamiento decidió ponerle un nombre, que fue el de Erice. Quizá el apellido del dueño de alguna parcela, quizá el de la localidad siciliana de ese nombre… El caso es que poco duró esa denominación, pues el 2 de marzo del mismo año se le dio la que tiene actualmente. 

Que no es otra que la del territorio histórico del País Vasco de ese nombre, aunque el oficial es Gipuzkoa. Su superficie es de 1997 km2 y cuenta con algo más de 718 000 habitantes. La capital es San Sebastián y los municipios más poblados son Irún, Rentería, Eibar, Zarauz, Mondragón y Hernani. 

A modo de curiosidad, indiquemos que otras dos calles de lo que actualmente es Madrid se llamaron de Guipúzcoa; tras las anexiones de mediados del siglo pasado y a causa de la duplicidad de nombre con la que nos ocupa, fueron rebautizadas. Son las actuales Cosmos, en la Ventilla y Lequeitio, en El Plantío, antes pertenecientes, respectivamente, a Chamartín de la Rosa y Aravaca.

4.11.22

Guillermo Rolland (Calle de)

¿Pero qué pinta esto aquí?
(Leed la entrada y lo sabréis)

Entre la calle de la Bola y la plaza de la Marina Española. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio. 

Hasta el 12 de julio de 1901 esta calle se denominó de las Rejas, bonito nombre debido a las muchas que tenían las casas que en ella había, pero ese año el Ayuntamiento se la dedicó a este señor, cuyo gran mérito fue llegar a Madrid como un simple buhonero y acabar como un gran capitalista. Muchos lustros antes de lo que hoy se llama el “pelotazo” y de que estudiantes de Ciencias Empresariales vitoreasen a banqueros corruptos y sinvergüenzas a los que admiraban por su facilidad y desfachatez a la hora de hacer dinero, ya había gente, como el señor Rolland, que conseguía poner su nombre a una céntrica calle de Madrid con credenciales de este tipo. Más valdría haber dejado el tradicional y hermoso nombre de calle de las Rejas. 

Dos personajes importantes tienen relación con esta calle. En ella murió, el 7 de febrero de 1862, Francisco Martínez de la Rosa, y en ella nació veintiséis años después uno de los madrileños más geniales, Ramón Gómez de la Serna. En el segundo caso, una placa recuerda el acontecimiento, de la siguiente forma:

EN ESTA CASA NACIÓ EN 1888
EL ESCRITOR 
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA 
EL AYUNTAMIENTO DE MADRID 
LE DEDICA ESTA CONMEMORACIÓN 
EN 1949 

Es decir, cuando Ramón vivía exiliado en Argentina.