El hospital homeopático de San José
(Foto CC BY-SA 4.0 Loreto Carmona)
Entre las glorietas de Quevedo y del pintor Sorolla. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Trafalgar.
El 1 de marzo de 1899, consumado el Desastre, decidió el Ayuntamiento de Madrid borrar de su callejero todos los nombres que recordasen las colonias recién perdidas en la guerra con los Estados Unidos y cambiarlos por los de héroes destacados o muertos en ella. Tal fue el caso de nuestra calle, que hasta entonces se denominaba de La Habana y pasó a recordar a Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro. Gonzalo, nacido a finales de 1868 en un lugar no determinado y criado en la Inclusa madrileña, fue a morir a la isla antillana en junio de 1897. En el artículo dedicado a la plaza de Cascorro nos detuvimos en contar la acción que lo convirtió en héroe popular y le dio los méritos para la dedicatoria de esta calle y de la estatua que preside aquella plaza.
Cabe destacar uno de los edificios de esta calle, el Hospital Homeopático de San José, que es uno de los más peculiares de Madrid. Fue su arquitecto José Segundo de Lerma y sus obras finalizaron en 1874. Allí se practicó la homeopatía, hoy considerada con razón una pseudociencia, pues pretende curar por medio de diluciones imposibles de sustancias, de modo que lo suministrado a los enfermos no es más que agua con azúcar. Pero no es objeto de estas líneas entrar en polémicas científicas, así que mejor volvamos a la historia. El centro funcionó como hospital hasta la guerra civil; finalizada la contienda y tras un paréntesis con otros usos volvió a serlo a la vez que el edificio se iba deteriorando de forma inexorable. Al final tuvo que ser abandonado; fue declarado Bien de Interés Cultural en 1997 y restaurado por la Comunidad de Madrid a partir del año siguiente. Casi vacío hoy en día, hay un litigio por su propiedad entre los herederos del marqués de Núñez, fundador del Hospital. Ya veremos qué depara el futuro a este codiciado palacete sito en el corazón de Chamberí.