15.11.24

Labrador (Calle del)

Paul Cezanne: Retrato de un campesino (1905-06)
(Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid)

Entre la calle de los Embajadores y el paseo de la Esperanza. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Acacias. 

La mayoría de los cronistas se limita a decir que el nombre de esta calle fue puesto particularmente por los vecinos y luego, el 20 de junio de 1855, pasó a ser oficial, y es muy posible que fuese así, aunque algunos se aventuran a decir que la calle, amén de atravesar los terrenos donde antaño estuvo el arroyo o barranco de Embajadores, pasaba por la finca de un agricultor que era conocido por allí como El Labrador. Como siempre, usted elige la opción que prefiera.

8.11.24

Justiniano (Calle de)

El emperador Justiniano, representado en el mosaico de la basílica de San Vitale de Rávena
(Foto CC BY-SA Roger Culos, Ercé)

Entre las calles de Santa Teresa y de Orellana. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Justicia. 

Como bien nos indica el nombre de la calle en la que comienza la nuestra, nos hallamos donde se encontraba el convento de Santa Teresa, que tras ser demolido en 1869 dio lugar a todo este barrio, que empezó a urbanizarse algunos años después. Del 1 de enero de 1881 data el bautizo de esta vía; la casa que ocupa su número 4 claramente nos dice que fue “edificada en el año 1882”. 

¿Y con qué nombre se bautizó? “Un poco arbitrariamente” (palabras de Répide) con el del emperador Justiniano, “por hallarse relativamente próxima al Palacio de Justicia” (Répide otra vez). Flavio Pedro Sabacio Justiniano nació en Tauresium (hoy Gradište, Macedonia del Norte) en el año 482. Emperador del Imperio Romano de Oriente desde el 1 de agosto de 527, es conocido por llevarlo a su máximo esplendor y extensión (recuperando territorios del antiguo Imperio Romano de Occidente, incluido el sur de nuestra Península), pero también (y de ahí la apostilla de Répide) por recopilar el derecho romano en el Corpus Iuris Civilis. Murió en Constantinopla el 14 de noviembre de 565.

1.11.24

Julio Romero de Torres (Paseo de)

La chiquita piconera (1930)
(Museo Julio Romero de Torres, Córdoba)

Entre el Palacio de Cristal y el paseo del Uruguay. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos. 

No estamos en una calle al uso, sino en uno de los maravillosos paseos arbolados del parque del Retiro, en cuyo final un monolito recuerda al gran pintor al que está dedicado desde el 1 de enero de 1982. Julio Romero de Torres nació en Córdoba el 9 de noviembre de 1874 en el seno de una familia de artistas. Se formó en su ciudad natal y fue un gran viajero, aunque se instaló en nuestra villa en 1915 y aquí vivió casi todo el resto de su vida. Algunas de sus obras, donde refleja el ambiente andaluz, en especial sus mujeres y la copla, son conocidísimas por el gran público (piénsese, por ejemplo, en La chiquita piconera, que encabeza esta entrada). Murió en su Córdoba natal el 10 de mayo de 1930 y allí es donde, por decisión de su familia, se puede contemplar la mayor parte de su legado artístico. 

Como curiosidad se puede añadir que hubo otro espacio de Madrid dedicado a Romero de Torres. Fue nada más y nada menos que la ancestral plaza de los Carros, que llevó el nombre del pintor cordobés entre el 16 de septiembre de 1930 y el 29 de marzo de 1968.

25.10.24

Julio Rey Pastor (Calle de)

Julio Rey Pastor hacia 1920

Entre la plaza de los Reyes Magos y la calle de Juan de Urbieta. Distrito 3 (Retiro). Barrio del Niño Jesús. 

Relativamente reciente es la apertura de esta calle, como lo fue la creación de la actual avenida del Mediterráneo, alternativa a la avenida de la Albufera como salida natural de nuestra villa hacia Levante. De hecho, no aparece en el plano parcelario del Ayuntamiento del año 1960. Diez años después fue bautizada, en concreto el 31 de marzo de 1970, con el nombre de un eminente matemático español. Nacido en Logroño el 14 de agosto de 1888, su primera idea fue seguir una carrera militar, como su padre, pero acabó decantándose por las Ciencias Exactas, que estudió en la Universidad de Zaragoza. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Matemática Española. Ejerció su magisterio en la Universidad Central de Madrid antes de trasladarse, en 1920, a Buenos Aires, ciudad en la que pasó el resto de su vida. Allí falleció el 21 de febrero de 1962. Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de la Española.

18.10.24

Julio Nombela (Calle de)

Julio Nombela hacia 1862

Comienza en la calle de Pontevedra y termina como fondo de saco. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Arapiles. 

Más que calle se trata de uno de los laterales de un patio interior. A pesar de tanta humildad, ha tenido una historia bastante agitada en su nomenclatura. El 1 de enero de 1887 se denominó calle de San Telesforo; el 2 de marzo de ese mismo año tuvo lugar el primer cambio, pasó a llamarse Gibraltar. Así fue hasta el 1 de enero de 1916, en que empezó a conocerse oficialmente como calle de Galileo (interior). Esto duró seis años, hasta el 1 de enero de 1922, en que volvió a llamarse Gibraltar, pero con el añadido de “particular”. Dos años más y recuperamos lo de Galileo (interior). Esto fue el 1 de enero de 1924; el 26 de marzo de ese mismo año por fin acabó este lío al ser dedicada al periodista y escritor madrileño Julio Nombela Tabares. Nacido el 1 de noviembre de 1836, con veinte años empezó a colaborar en diversos diarios a la par que actuaba como secretario del antiguo general carlista Ramón Cabrera. También escribió novelas y obras de no ficción, pero quizá su mayor contribución a la literatura fuese participar activamente en la creación de una sociedad de escritores, antecedente de la actual SGAE. Murió en Madrid el 6 de marzo de 1919.

11.10.24

Julián Romea (Calle de)


Entre la calle de Isaac Peral y el paseo de San Francisco de Sales. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Vallehermoso. 

Menos de la mitad de lo previsto abarca nuestra calle, cuyo comienzo debería de haber estado en la de Bravo Murillo. De nuevo recurro a Répide, que comenta este hecho con ironía y además nombra al autor de uno de mis planos de referencia, a quien acusa de obviar la realidad: “El comienzo de esta calle no está abierto, ni puede abrirse, porque tropieza con el tercer Depósito de las Aguas. Este es uno de los muchos resultados que ofrece en la práctica el trazado del plano de Núñez Granés, quien (…) ha hecho un proyecto irrealizable para el ensanche de Madrid”. 

Como tantas otras calles del Ensanche, fue bautizada el 21 de julio de 1880 con el nombre de Julián Romea Yanguas, eminente actor y escritor, cabeza de una dinastía de cómicos. Nació en Murcia el 16 de febrero de 1813; durante su época de estudiante ya empezó a despuntar en la escena. Trasladado a Madrid en 1831, ingresó en la Escuela de Música y Arte Declamatorio, donde recibió lecciones, entre otros, de nuestro conocido Carlos Latorre. Al año siguiente, 1832, comenzó su carrera como actor, pero no se quedó ahí, pues en 1840 pasó a ser director del Teatro del Príncipe. También escribió algunas obras teatrales y poemas, además de un Tratado de declamación. Estuvo casado con la también gran actriz Matilde Díez. Murió en Loeches el 10 de agosto de 1868.

4.10.24

Julián Gayarre (Calle de)

¿Por qué encabezar esta entrada con la tumba de Cánovas?

Empieza en la avenida de la Ciudad de Barcelona y acaba en un fondo de saco. Distrito 3 (Retiro). Barrios del Pacífico y de los Jerónimos. 

Calle en apariencia rectilínea, pero en realidad de trazado un tanto tortuoso. En su primer tramo, hasta que se cruza con el paseo de la Reina Cristina, deja a sus bordes dos elementos importantes de la arquitectura y la historia madrileñas: la Real Fábrica de Tapices (de la que se habló en el artículo dedicado a la calle de Fuenterrabía) y el antes llamado Panteón de Hombres Ilustres. Por aquí estuvo la histórica basílica de Atocha, que a finales del siglo XIX amenazaba ruina, por lo cual se convocó un concurso para su restauración. Lo ganó Fernando Arbós, de cuyo diseño, una vez demolido el antiguo templo, solo se llegó a hacer lo que hoy es el Panteón y la torre, ahora aislada en el interior del patio del colegio adyacente. Lo cierto es que las obras no fueron demasiado afortunadas. En 1901, diez años después de comenzadas, hubieron de detenerse por falta de fondos. Además, en 1936 la iglesia fue incendiada y se reconstruyó en la posguerra en un estilo neobarroco que nada tiene que ver con el originalmente pensado por Arbós.

El antes conocido como Panteón de Hombres Ilustres,
hoy Panteón de España

Todo esto por no hablar de la polémica que un monumento así genera. ¿Hombres ilustres? ¿Mujeres no? ¿Y a quién enterramos aquí? Répide ya lo sentenció en su tiempo: “Las conveniencias políticas, por un lado, y por otro el no encontrar allí acogida las cenizas de otros hombres verdaderamente eminentes y dignos de homenaje nacional, comienzan a desvirtuar el carácter que debiera tener este panteón de hombres ilustres”. Hoy en día se ha rebautizado como “Panteón de España” y allí se pueden visitar los mausoleos de Sagasta, Dato, Ríos Rosas, Cánovas o Canalejas, algunos de los cuales son joyas del arte escultórico. 

Una vez se adentra nuestra calle en el elegante barrio que hay entre el paseo citado y los límites del Retiro es donde empiezan las vueltas y revueltas, como la que ha de hacer para salvar el desnivel que hay entre las calles de Agustín Querol y de Juan Valera. Todo esto para terminar como la entrada de un aparcamiento. 

Julián Gayarre (c. 1881)
(Grabado de Hebert Madrit)

El primer y poco evocador nombre que tuvo esta vía, otorgado el 1 de enero de 1880, fue el de calle A. Otro 1 de enero, el de 1898, se le dio el actual, que recuerda a un eminente tenor navarro. Julián Gayarre nació en Roncal el 9 de enero de 1844. Antes de que Hilarión Eslava descubriera sus dotes musicales fue pastor, dependiente y herrero. Eslava lo mandó a estudiar a Madrid, de donde volvió un tanto decepcionado en 1869. Un segundo intento, en este caso patrocinado por la Diputación Foral de Navarra, tuvo lugar en Milán, donde al fin consiguió dar comienzo a una exitosa carrera que lo llevó a los principales teatros de ópera de Europa y América del Sur. El 8 de diciembre de 1889 sufrió un desvanecimiento en el Teatro Real de Madrid mientras cantaba Los pescadores de perlas, de Bizet, a pesar de encontrarse enfermo. Murió poco después, el 2 de enero de 1890, aquejado de una bronconeumonía.

27.9.24

Juanelo (Calle de)

Ruinas del "artificio de Juanelo" en Toledo
(Grabado de Bernardo Rico según una pintura de Serafín Avendaño)

Entre la calle de la Espada y la plaza de Cascorro. Distrito 1 (Centro). Barrio de los Embajadores.

Calle de nombre ancestral, que ya aparece en el plano de Texeira. Antiguamente acababa en la calle de los Estudios, antes de que se derribase el célebre “Tapón del Rastro” y diese lugar a la apertura de la plaza de Cascorro. 

Aunque su denominación se corresponde con una de las personas célebres que aquí vivieron, no fue la única. Nuestros cronistas de cabecera citan al pintor toledano Sebastián Muñoz (1657-90), discípulo de Claudio Coello que tuvo la desgracia de morir al caerse de un andamio (al parecer, mientras bailaba en un lugar tan poco adecuado para ello) cuando trabajaba en la cúpula de la iglesia de Nuestra Señora de Atocha. También tuvo aquí su morada, siempre según Peñasco-Cambronero y Répide, Gaspar Melchor de Jovellanos, en concreto en la casa que en tiempos de Répide ostentaba el número 20 y era sede de una Tenencia de Alcaldía. Sin embargo, hoy en día no hay ninguna placa o similar que recuerde a tan insigne huésped (como sí la hay en la plaza del Conde de Toreno, donde también residió Jovellanos).

Pero como se ha dicho casi desde el principio, aunque sin citarlo, esta calle se llama así porque aquí vivió Juanelo Turriano, un ingeniero e inventor que nació en Cremona hacia 1500. Vino a España llamado por Carlos I, de quien fue relojero, luego sirvió a Felipe II, que fue quien hizo que marchase a Madrid; sin embargo, vivió largo tiempo en Toledo, donde ideó un sistema para subir las aguas del río Tajo hasta la ciudad, el conocido como artificio de Juanelo. Quizá más legendario sea su autómata, el “hombre de palo”, capaz de mover manos y pies y creado con la idea de pedir limosa y que dio nombre a una calle de aquella ciudad, donde su creador murió sumido en la pobreza el 13 de junio de 1585. Y acaso menos conocida es una tradición que escuché en la comarca toledana de La Sisla, donde hay unas formaciones de piedra conocidas como las “columnas de Juanelo” (o algo parecido), que, según dicen, su hija era capaz de mover enredadas en sus trenzas. Eso sí que es una leyenda…

20.9.24

Juan Zorrilla (Plaza de)

Juan Zorrilla de San Martín en 1921

Entre las calles de Bravo Murillo, Ríos Rosas, avenida de Filipinas y avenida de Pablo Iglesias. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Vallehermoso. 

Mucho tardó en formarse (o urbanizarse) esta plaza, que en realidad era un descampado que había junto a uno de los vértices del segundo depósito del Canal. De hecho, no fue bautizada por el Ayuntamiento hasta el 14 de septiembre de 1956, con el nombre del diplomático y escritor uruguayo Juan Zorrilla de San Martín. Nació en Montevideo el 28 de diciembre de 1855. Ocupó varios puestos diplomáticos, uno de ellos en España, donde nació uno de sus hijos (él mismo era hijo de un español). Fue además periodista y profesor universitario. Como escritor, cultivó sobre todo la poesía y el ensayo. Murió en la misma ciudad que lo vio nacer el 3 de noviembre de 1931.

13.9.24

Juan de Vera (Calle de)

Catedral de Jaén
(Foto CC BY Fernando)

Entre el paseo de las Delicias y la calle de Tomás Bretón. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Delicias. 

En planos muy antiguos de nuestra villa, cuando aún el Ensanche era un mero proyecto, daba la impresión de que nuestra calle, junto con la del Divino Valles, era una suerte de prolongación natural del paseo de las Yeserías. ¿Es por eso que se conocía la cárcel de mujeres, hoy “Centro de Inserción Social Victoria Kent”, una de cuyas fachadas da aquí, como Yeserías? Yo siempre lo he pensado así…

Desde el 21 de julio de 1880, fecha en la que, como ya sabemos, el Ayuntamiento dio nombre a muchas de las calles del Ensanche, recuerda a un oscuro pintor y escultor activo en Baeza a finales del siglo XVI y a quien se debe el sepulcro de don Pedro Fernández de Córdoba en la catedral de Jaén. Oscuro porque poca información más de él corre por ahí.

6.9.24

Juan Valera (Calle de)


Entre las calles de Andrés Torrejón y de Luis Camoens. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos.

Calle de extraño trazado, situada en una apacible colonia de hotelitos que se levantó en terrenos escamoteados al Real Sitio del Buen Retiro. El 4 de octubre de 1924, cuando apenas faltaban unos días para que se celebrase el centenario de su nacimiento, decidió el consistorio madrileño dedicársela a Juan Valera. Este escritor, diplomático y político nació en la localidad cordobesa de Cabra el 18 de octubre de 1824. En una primera etapa desempeñó varios puestos diplomáticos en Europa y América; más adelante entró en política y fue diputado y senador liberal en diversas ocasiones. Su vocación literaria, por la que es más conocido, fue algo más tardía y comenzó en la prensa, donde también publicó algunas de sus novelas, en especial la más célebre, Pepita Jiménez (1874). Otras que se suelen mencionar son Juanita la Larga (1895) o Morsamor (1899). También se le deben poesías, relatos breves y ensayos. Fue miembro de la Real Academia Española desde 1861. Murió en Madrid el 18 de abril de 1905.

30.8.24

Juan de Urbieta (Calle de)

Captura del rey Francisco I en la batalla de Pavía, por Jan Erasmus Quellinus (1681)
(Kunsthistorisches Museum, Múnich)

Entre la avenida de la Ciudad de Barcelona y la calle de Antonio Bienvenida. Distrito 3 (Retiro). Barrios del Pacífico y del Niño Jesús. 

Dos partes claramente diferencias tiene nuestra calle. La primera, hasta la avenida del Mediterráneo, presenta la típica hechura del antiguo barrio del Pacífico. Después, y hasta su final, hace de límite occidental de la colonia Retiro, con sus casitas unifamiliares.

Se le asignó su nombre el 26 de mayo de 1866, aunque durante unos meses (entre el 1 de enero y el 9 de abril de 1871) se denominó de Larra (quizá fue el tiempo que tardaron en darse cuenta de que, desde 1866, ya había una calle de Larra en la villa). Juan de Urbieta Berástegui y Lezo fue un soldado, natural de Hernani, a quien se recuerda por haber sido uno de los que hicieron prisionero al rey Francisco I de Francia en la batalla de Pavía, en 1525. Este acto supuso que el emperador Carlos I le otorgase un escudo de armas. Murió, también en Hernani, el 22 de agosto de 1553.

23.8.24

Juan Pantoja (Calle de)

La infanta Isabel Clara Eugenia, por Juan Pantoja
(Alte Pinakothek, Múnich)

Entre las calles de Bravo Murillo y de Tenerife. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de Bellas Vistas. 

No nos alejamos mucho de la calle que acabamos de visitar y nos encontramos con esta, de la que sí se hacen eco nuestras fuentes habituales, probablemente porque en este caso el homenajeado sí que es conocido y, además, por entonces se pensaba que era madrileño. 

Pero antes es inevitable aludir al nombre que tenía el 1 de enero de 1871: se llamaba, vayan ustedes a saber por qué, calle de la Enemistad. Cabe suponer que esta poco edificante denominación llevó al Ayuntamiento a cambiarla poco después. El 28 de abril de ese mismo año se dedicó al pintor Juan Pantoja de la Cruz, nacido en Valladolid en 1553, aunque de niño se trasladó a Madrid. Es conocido sobre todo por sus retratos, que lo hicieron famoso y lo llevaron a convertirse en pintor de cámara de Felipe II en 1596. Murió en Madrid el 26 de octubre de 1608.

16.8.24

Juan de Olías (Calle de)

Ayuntamiento de Olías del Rey (Toledo)
(Foto CC BY-SA Uviein)

Entre las calles de Bravo Murillo y de la Infanta Mercedes. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de los Cuatro Caminos.

Desde el 11 de octubre de 1875 lleva esta calle su nombre. Peñasco y Cambronero no hablan de ella y Répide apenas nos cuenta que en el número 11, donde hoy vemos un edificio dedicado a trasteros, hubo un “correccional escuela” llamado Concepción Arenal. En cuanto a Juan de Olías, lo único que indica el gran cronista es que la denominación estaba dada de forma particular, sin más explicaciones. ¿Quién era, entonces este personaje? Solo se puede especular: ¿el propietario de alguno de los terrenos que por allí había? Haciendo las correspondientes búsquedas, ha aparecido un título nobiliario, el marquesado de Olías, cuyo segundo titular fue cierto Juan Antonio de Orozco y Manrique de Lara. ¿Fue él este Juan de Olías? Quién sabe…

2.8.24

Juan de Mena (Calle de)

Juan de Mena entregando El laberinto de Fortuna a Juan II de Castilla
(Grabado en la portada de una edición de la obra publicada en Zaragoza por Jorge Coci en 1515)

Entre el paseo del Prado y la calle de Alfonso XII. Distrito 3 (Retiro). Barrio de los Jerónimos. 

Estamos en la zona que se segregó del Buen Retiro y se urbanizó a mediados del siglo XIX. Área privilegiada, que abunda en referencias de las que se recogen en la Guía del COAM. Ya comienza teniendo en sus bordes fachadas laterales de edificios imponentes: el de la Bolsa y el del Museo Naval, pero hay otros como los que ocupan los números 21 (con su fachada neomudéjar) o 25-27 que merecen una atención mayor en la obra citada. Queda claro que cuando se creó este barrio lo fue para que la monumentalidad fuese la premisa básica. 

Fue el 4 de agosto de 1865 cuando el Ayuntamiento bautizó oficialmente esta vía con el nombre de Juan de Mena, poeta nacido en Córdoba en 1411 y fallecido en la localidad madrileña de Torrelaguna en 1456, conocido sobre todo por una de sus obras, el Laberinto de Fortuna, poema alegórico que acaba siendo una loa al rey Juan II de Castilla, a quien se lo entregó su autor en 1444.

26.7.24

Juan Martín “El Empecinado” (Calle de)

Juan Martín El Empecinado, réplica de un retrato de Goya por Salvador Martínez Cubells
(Museo del Prado, en depósito en la Real Academia de la Historia, Madrid)

Entre las calles de Méndez Álvaro y de Ramírez de Prado. Distrito 2 (Arganzuela). Barrios de las Delicias y de Palos de la Frontera. 

No hemos de alejarnos mucho de la calle que acabamos de visitar para encontrarnos con esta, que ha tenido una historia un tanto “accidentada”. Primero por el nombre. El 21 de julio de 1880 la bautizó el Ayuntamiento (como a tantas otras de los diversos sectores del Ensanche), pero entonces la llamó del Empecinado, así, a secas. Esto fue así hasta el 30 de noviembre de 1973, cuando el consistorio añadió el nombre del personaje al apodo con el que es universalmente conocido. 

Otras vicisitudes que ha sufrido esta vía tienen que ver con su trazado. El plan inicial del Ensanche la hacía mucho más larga, la llevaba hasta el paseo de Ronda, cruzando por medio de la Estación de Delicias y taponado su comienzo por el cementerio de San Nicolás y San Sebastián. Curiosamente, al desaparecer ese camposanto, fue esa parte la única que existió de la calle hasta que, en los años 90 del siglo XX, se emprendió la enorme reforma que trocó en residencial esta zona fabril y la calle adquirió su configuración actual. 

Que tal vez hace así mayor justicia a quien homenajea. Juan Martín Díez nació en Castrillo de Duero el 2 de septiembre de 1775. Aunque tuvo vocación militar y participó en la campaña del Rosellón, al estallar la guerra de la Independencia era un simple agricultor. En principio se alistó en el ejército regular, pero pronto se convirtió en jefe de una partida de guerrilleros que hizo la vida imposible al ejército napoleónico por todo el valle del Duero. Al acabar la guerra fue ascendido a mariscal de campo y estuvo al mando de diferentes unidades militares; tras el pronunciamiento de Riego tomó partido por el liberalismo, algo que no le perdonó Fernando VII. Tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis marchó al destierro en Portugal. El rey felón le prometió que podría volver sin temor a ser castigado, promesa que no cumplió, pues al poco fue preso y finalmente ejecutado en Roa el 19 de agosto de 1825. El apodo de empecinados era el que se daba a los paisanos de su pueblo; convertido en todo un símbolo de la lucha contra los franceses, una Real Orden le dio permiso para utilizarlo en documentos oficiales en 1814.

19.7.24

Juan de Mariana (Calle de)


Entre la calle de Ramírez de Prado y la plaza del Amanecer en Méndez Álvaro. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio de las Delicias. 

Aunque en principio estaba previsto que fuese más larga (abarcaba la actual calle de Villa del Prado), durante mucho tiempo esta vía no fue sino un minúsculo callejón sin salida. Con los grandes cambios que sufrió esta zona se le hizo dar un giro vertiginoso y, con una anchura desmesurada, se abrió a través de los terrenos de antiguas fábricas hasta su conclusión actual. Por cierto, la calle de Atienza fue callejón, con el mismo nombre que esta, hasta el 30 de diciembre de 1944. 

¿Y qué nombre es ese, que aquí aparece desde el 21 de julio de 1880? El de Juan de Mariana, teólogo jesuita nacido en Talavera de la Reina el 25 de septiembre de 1536. A pesar de haber nacido fruto de una relación extramatrimonial, lo cual podría haber sido un grave lastre en su época, estudió en la Universidad de Alcalá de Henares a la vez que profesaba como novicio en la Compañía de Jesús. Tras estancias en Italia y Francia, se estableció en Toledo, de donde casi no salió hasta su muerte, el 17 de febrero de 1624. De sus numerosas obras, quizá la más influyente fue su Historia general de España, primero aparecida en latín y luego en castellano (1601), considerada la obra canónica en este campo hasta la aparición, en el siglo XIX, de la igualmente titulada y debida a Modesto Lafuente. También escribió numerosas obras de carácter teológico, filosófico e incluso político, muy avanzadas para su época: hay quien piensa, que el nombre de la figura de Marianne, representación de la República Francesa, deriva de su apellido.

12.7.24

Juan de Jáuregui (Calle de)

Supuestro retrato de Cervantes, por Juan de Jáuregui
(Real Academia Española, Madrid)

Entre las calles de Juan de Urbieta y de Antonio Díaz-Cañabate. Distrito 3 (Retiro). Barrio del Niño Jesús. 

Volvemos a la Colonia Retiro, a sus bellas viviendas unifamiliares para pasear por la calle que desde el 29 de abril de 1932 está dedicada al poeta, erudito y pintor sevillano Juan de Jáuregui, nacido el 24 de noviembre de 1583 y fallecido en Madrid el 11 de enero de 1641. Su fama se debe sobre todo a un supuesto retrato de Miguel de Cervantes que pintó en 1600, como se indica en el propio cuadro, que fue descubierto en 1910. El propio Cervantes ya había hablado en el prólogo de sus Novelas ejemplares del retrato del “famoso don Juan de Jáuregui”, debajo del cual gustaría de poner la célebre descripción de sí mismo que sigue poco después: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada…” Sea como fuere, igual que salieron defensores de su autenticidad, lo hicieron de lo contrario, así que no podemos asegurar al cien por cien que esa celebérrima imagen sea la del autor del Quijote.

5.7.24

Juan de la Hoz (Calle de)

El villano del Danubio, y el buen juez no tiene patria, de Juan de la Hoz y Mota
Digital Library Memory of Madrid, Spain - CC BY-NC.

Entre las calles de Ardemans y de Cartagena. Distrito 4 (Salamanca). Barrio de la Guindalera. 

En un principio estaba previsto que nuestra calle empezase en la de Francisco Silvela y así figura en algunos planos de los primeros años del siglo XX. Sin embargo, ese tramo inicial nunca llegó a estar afianzado y ya en el plano parcelario de 1929 aparece truncada de una forma muy parecida a la que podemos contemplarla hoy en día.

También ha tenido una historia un tanto agitada en lo que se refiere a sus denominaciones. Con fecha 1 de enero de 1887 era conocida como calle de Caballero, quién sabe si el apellido del dueño de alguna de las fincas donde luego se asentó el barrio de La Guindalera. El 2 de marzo de ese mismo año recibió el nombre con que hoy sigue, pero ahí no paró la cosa. El 8 de noviembre de 1912 decidió el Ayuntamiento que recordase al obispo Sancha, esto es, al sacerdote burgalés Ciriaco Sancha y Hervás (1833-1909), quien fue segundo titular de la diócesis de Madrid-Alcalá. En algunos planos, como los de Facundo Cañada y Núñez Granés no se rotula como Obispo Sancha, sino Cardenal Sancha. En cualquier caso, es llamativo que esto ocurriese mucho antes del cambio oficial de denominación, ya que ambos planos datan, respectivamente, de 1900 y de 1910. 

Sea como fuere, el 11 de marzo de 1914 la calle volvió a estar dedicada al escritor madrileño Juan Claudio de la Hoz y Mota, nacido el 16 de enero de 1622. Madrileño, pero de familia burgalesa y casi venido al mundo por accidente en nuestra villa (su padre estaba asistiendo a unas cortes que en ese momento se celebraban en la capital). Pronto regresó a Burgos y allí sucedió a su padre como regidor. Su vocación literaria fue tardía y, curiosamente, al final de su vida la combinó con la de censor, precisamente de obras teatrales. Se le atribuyen diversas obras, aunque es difícil cerciorarse de que realmente las escribiese él. Según algunos documentos, murió a finales de 1714; una vida tan larga ha hecho sospechar a diversos estudiosos si en realidad no se tratará de dos personas llamadas de la misma forma, con oficios diferentes, pero ambos con inquietudes literarias. 

Aún conserva esta calle algunos edificios de los primeros tiempos del barrio, como los que están en los números 19, 23, 25 y 26 (este hace esquina con la calle de la Granjilla).

28.6.24

Juan de Herrera (Calle de)


Entre la calle de Calderón de la Barca y la plaza de San Nicolás. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.

Por aquí anduvo el monasterio de las monjas de Constantinopla, uno de los que sufrió los rigores de la desamortización de 1836. Una vez despejado su solar, se abrieron en él un par de calles, entre ellas la que nos ocupa, así denominada por el Ayuntamiento el 31 de marzo de 1848 al saberse que en el convento desaparecido estuvo enterrado el personaje que recuerda (o tal vez lo fue en la cercana y, por suerte aún existente iglesia de San Nicolás de los Servitas, pero, como nos indica Répide, cuando en 1869 se buscaron sus restos para enterrarlos en un futuro Panteón Nacional se constató que se habían perdido). 

Juan de Herrera nació en el barrio de Movellán de la localidad cántabra de Roiz en 1530, en el seno de una familia hidalga. Entró al servicio del futuro Felipe II en 1547 y con él recorrió diversas regiones de Europa antes de regresar a España y convertirse en soldado. Cuando Felipe ascendió al trono, y bajo su patrocinio, se dedicó plenamente a la arquitectura. En 1562 empezó a trabajar en las obras de El Escorial, a las órdenes de Juan Bautista de Toledo y a la muerte de este asumió su dirección. De ahí que se haya llamado muchas veces y erróneamente estilo “herreriano” al de esa magna edificación; mucho más propio es el “escurialense” empleado hoy en día. Aparte de la finalización de esta obra, que tuvo lugar en 1584, se deben a Herrera el Palacio Real de Aranjuez o el Puente de Segovia, en nuestra villa. Aquí murió el 15 de enero de 1597. Añadamos que, aparte de esta, hay otra vía con su nombre en la Ciudad Universitaria.

21.6.24

Juan de la Encina (Calle de)

Busto de Juan del Enzina en León
(Foto CC BY-SA HCPUNXKID)

Empieza como un fondo de saco y acaba en la calle de Francos Rodríguez. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de Bellas Vistas.

A pesar de lo dicho en la entradilla, lo previsto en principio era que nuestra calle comenzase en la de Jerónima Llorente y así está reflejado, por ejemplo, en los planos parcelarios del Ayuntamiento al menos hasta 1960. Sin embargo, varios bloques de pisos impiden que ese primer tramo, que aún conserva el ancestral adoquinado, esté completo. 

En un principio esta era la calle del Rincón, hasta que el 3 de marzo de 1887 decidió el Ayuntamiento dedicársela a un gran poeta y músico castellano de finales del siglo XV y comienzos del XVI. Doy este circunloquio sin nombrarlo porque hay varias cuestiones; la primera es que en todo caso sería Juan del Encina, la segunda que hoy en día se lee más veces como Juan del Enzina y la tercera que ni siquiera se trata de su nombre de nacimiento, que era Juan de Fermoselle. Se sabe que nació el 12 de julio de 1468, pero no dónde. Dado su apellido (o apellidos) hay quien sugiere la localidad zamorana de Fermoselle o algunas de Salamanca que incluyen Encina en su denominación. Estudió leyes en Salamanca (ciudad que asimismo podría haberlo visto nacer) y cuando en 1492 entró al servicio del duque de Alba fue cuando su actividad literaria fue más intensa. Luego, en 1498, marchó a Roma, donde vivó bastante tiempo antes de emprender un viaje a Tierra Santa (1519-21), donde se ordenó sacerdote. De entre sus obras destacan las Églogas, primer ejemplo de verso dramático en castellano, por lo cual es considerado por muchos el padre del teatro español. También escribió poesía popular, muchas veces acompañada por música compuesta por él mismo. Su última obra fue la descripción de su peregrinación a Tierra Santa. Murió en León en 1529.

14.6.24

Juan Duque (Calle de)

La zona donde está nuestra calle, en el plano de Lotter (principios del siglo XVIII)
(Colección del autor)

Entre la calle de Segovia y el paseo de los Melancólicos. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio Imperial. 

No se ha de buscar ninguna historia ni se ha de escribir ninguna biografía al referirnos a esta calle, trazada en el paraje conocido antaño como La Vega y donde estuvo luego la Granja del Atanor. Juan Duque era lisa y llanamente el propietario de las tierras en las que se abrió la vía y desde el 20 de marzo de 1882 lleva su nombre.

7.6.24

Juan de Dios (Calle de)

La iglesia de San Marcos
(Foto del autor)

Entre la calle de San Bernardino y la travesía del Conde-Duque. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad. 

Estamos en una de las calles de nombre ancestral de nuestra villa, cuyo origen está en una tradición. Nos cuentan Peñasco y Cambronero que Juan de Dios era el dueño de las tierras que en su momento estaban en el lugar de esta vía. Cómo sería por aquellos entonces el arroyo de Leganitos que en una de sus crecidas arrasó todo, lo dejó en la miseria y tuvo, por tanto, que ir a pedir limosna en las puertas del cercano oratorio de San Leonardo, sito donde hoy está la magnífica iglesia de San Marcos. Répide nos da más datos; añade que Juan de Dios, tras el desastre, vivía en una cueva que estaba en sus antiguas tierras, en un pago conocido como el Erial del Ciego, donde solían reunirse gentes poco recomendables.

31.5.24

Juan de la Cierva (Calle de)

Un autogiro Cierva C-6, en el Museo del Aire de Madrid
(Foto: Diego Dabrio)

Entre las calles de Serrano y de Joaquín Costa. Distrito 5 (Chamartín). Barrio de El Viso. 

Aunque hay algunos edificios de viviendas en esta calle, acordes a lo señorial del entorno, sobre todo encontramos en sus orillas otro tipo de construcciones, como el Instituto de Química Orgánica General del CSIC o el Hospital de San Francisco de Asís, cuya entrada de urgencias da aquí. 

En principio esta calle estuvo dedicada al arquitecto Gustavo Fernández Valbuena (1888-1931), cuyo nombre tuvo desde el 1 de enero de 1940. El 26 de diciembre de 1956 ocurrió algo curioso: hubo un intercambio de denominaciones. Gustavo Fernández Valbuena también tiene hoy una calle, que comienza en la de San Nazario y concluye en la avenida de Alfonso XIII y antes se llamaba, precisamente, de Juan de la Cierva. Pues bien, en ese día de San Esteban de 1956 se intercambiaron las placas y la de don Gustavo paso a ser la de don Juan y la de don Juan la de don Gustavo. 

Dicho esto, que tiene lo suyo de galimatías, procede comentar algo del homenajeado, un gran inventor y aviador murciano. Juan de la Cierva y Codorniu nació en la capital de la huerta el 21 de septiembre de 1895. Aunque participó en política, como su padre (que fue varias veces ministro), se dedicó sobre todo a la aeronáutica, aunque su formación fue de ingeniero de Caminos. Desde muy joven experimentó con aparatos voladores y, después de varias pruebas infructuosas, consiguió que funcionase su autogiro, precursor del helicóptero, en Getafe, a comienzos del año 1923. Murió en Croydon, en el Reino Unido, paradójicamente en un accidente de aviación, el 9 de diciembre de 1936.

24.5.24

Juan Bravo (Calle de)

La batalla de Villalar, por Manuel Picolo (1887)
(Palacio del Marqués de Salamanca, Madrid)

Entre las calles de Serrano y de Francisco Silvela. Distrito 4 (Salamanca). Barrios de Lista y Castellana.

Estamos en una de las calles anchas de esta zona del Ensanche, la única de por aquí que conserva el bulevar central. Como cabe imaginar, en sus orillas hay edificios de lo más suntuoso, pero hay uno que destaca sobre todos los demás. Se trata de la actual embajada de Italia, sita en el número 16, que ocupa toda la manzana. Es un palacete construido entre 1914 y 1917, según proyecto de Joaquín Rojí, como residencia de los marqueses de Amboage. En 1939 se trasladó aquí la sede diplomática del país transalpino desde su ubicación anterior, el Palacio de Abrantes, en la calle Mayor. 

La actual sede de la Embajada de Italia
(Foto CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

Citaré asimismo una curiosidad que se puede encontrar a la altura del número 40, en la explanada con forma de cuarto de círculo que hay frente a la parroquia del Pilar. Se trata de la reproducción de un “peirón” o cruz de término que contiene precisamente una imagen de la Virgen del Pilar. 

Desde el 28 de abril de 1871 lleva esta calle el nombre de uno de los tres comuneros (las de sus dos compañeros no andan muy lejos). Juan Bravo, que era regidor de Segovia cuando en 1520 estalló la guerra de las Comunidades, nació en Atienza (hoy en la provincia de Guadalajara) hacia 1485. Una vez puesta en marcha la sublevación, se apoderó de Segovia, aunque las tropas leales a Carlos I se hicieron fuertes en su Alcázar y allí permanecieron hasta el final de la contienda. Bravo tomó algunas localidades por aquella zona y fue de los que habló con la reina Juana en Tordesillas para intentar que los apoyase, pero en vano. Fue derrotado junto a Padilla y Maldonado en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521, y murió decapitado al día siguiente.