9.6.23

Infantas (Calle de las)

Foto: CC BY-SA Luis García, Zaqarbal

Entre la calle de Fuencarral y la plaza del Rey. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Justicia. 

Nuestra calle ostentaba ya esta denominación en el siglo XVII y como tal aparece en el plano de Texeira, aunque da la impresión de concluir en la que entonces se llamaba calle de las Torres (hoy Marqués de Valdeiglesias). Después venía un tramo que hacía una escuadra, siguiendo la tapia trasera del desaparecido convento de San Hermenegildo y frente a la célebre casa de las Siete Chimeneas. Precisamente así, de las Siete Chimeneas se llama ese trozo en el plano de Espinosa. A principios del siglo XIX se derribó la tapia de la huerta del convento y así se abrió la plaza del Rey, donde desde entonces concluye esta calle. En el artículo dedicado a la plaza del Rey se hablará más de esa histórica casa. 

Lo de Infantas se debe a una tradición que data del siglo XVII y que se explicará con más detalle cuando lleguemos a la plaza de Pedro Zerolo. Por resumir, en el espacio que ocupa esa plaza –cuya parte meridional está formada por nuestra calle– hubo un convento, el de la Paciencia, que se levantó sobre unas casas en las que se había cometido un sacrilegio y de allí salió una solemne procesión con motivo de la entrega del mismo a los frailes capuchinos menores que lo iban a ocupar. Esto ocurrió el 13 de diciembre de 1639 y la ceremonia estuvo presidida por las infantas doña María y doña Margarita, que acabaron dando nombre a la vía. 

Un nombre que no siempre ha conservado desde entonces. Répide nos indica que tras la Revolución Gloriosa se cambió por el de Marina Española, dado que el nuevo gobierno quería desterrar los apelativos que recordaban a la familia real después de haberla desterrado a ella misma. Con la Restauración lo recuperó. Sin embargo, no queda constancia de ello en las fuentes oficiales del Ayuntamiento de Madrid. No así otra modificación, también lógica, pues vino tras la proclamación de la Segunda República. El 17 de abril de 1931, tres días después del advenimiento del nuevo régimen, esta calle pasó a ser la de Rosalía de Castro. Aunque la gran poetisa gallega no era sospechosa de tener relación alguna con quienes perdieron la guerra, lo que sí perdió fue esta calle en el gran auto de fe del 26 de abril de 1940, cuando tantas vías madrileñas bautizadas o rebautizadas durante la República mudaron su nombre. Entonces volvió a ser la calle de las Infantas. Fue una injusticia, en cierto modo, que no se reparó hasta que el 29 de julio de 1980 volvió a tener Rosalía una calle en Madrid, por la zona de Peña Grande. 

En el número 13, un rombo del Ayuntamiento nos recuerda que allí vivió el médico militar oscense Fidel Pagés, que descubrió la anestesia epidural en 1921.

(Esta es la entrada número 500 de esta bitácora. La arranqué allá en noviembre de 2006, cuando quise dar salida a una serie de articulillos sobre las calles de la villa que me vio nacer y que había ido escribiendo desde unos diez u once años antes, sin esperanzas de que nadie los leyera. No es que las cifras de visitas de estas páginas sean escalofriantes, pero al menos sé que más de uno y más de diez se dejan caer por aquí. A quienes lo hacéis, millones de gracias. Yo, por mi parte, sigo manos a la obra y algún día espero que esto aparezca en forma de libro autopublicado será, por supuesto; ya tengo bastante experiencia en tales menesteres, no sé si por suerte o por desgracia...)

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