28.1.22

General Arrando (Calle del)

José Arrando Ballester
Detalle de un cuadro de Honorio Romero
(Imagen CC BY-SA Columbusalbus)

Entre las calles de Santa Engracia y de Almagro. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Almagro. 

No nos vamos de Chamberí, pero ahora estamos en la zona que antes se urbanizó; ya en época de Répide el gran cronista decía de nuestra calle que era “tranquila y aristocrática”. En efecto, aún se conservan varios palacetes, como el que mandó levantar el duque de Tamames, en la esquina con la calle de Fernández de la Hoz, obra de Joaquín Saldaña construida entre 1913 y 1914 o el que fue del conde de Cedillo y después de Manuel Pérez de Ayala, en los números 19 y 21. Se desarrollaron las obras de este último los años 1897-99 según un proyecto de Joaquín M. Fernández y luego se amplió en dos fases, en 1904 y 1910, por el arquitecto Manuel Pardo; el resultado es un ejemplo del arte historicista en boga por la época, en este caso con la pretensión de emular la estética de la Edad Media.

Casa Pérez de Ayala
(Foto: CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

Justo antes de esta casa-palacio está el edificio del Instituto Provincial de Oftalmología, hoy dependiente del Hospital Gregorio Marañón pero que fue fundado como entidad de beneficencia por la reina María Victoria, esposa de Amadeo de Saboya, en 1872. Primero estuvo en la calle de Atocha, pero luego el arquitecto José Urioste levantó para él en nuestra calle este característico edificio de ladrillo visto entre los años 1897 y 1903. Esto se hizo gracias al legado de Francisco de las Herrerías y del Arco, un caballero muy rico que dejó a su muerte una ingente cantidad de dinero para obras benéficas. Fue su amigo Juan Nicolás de Acha, también filántropo y pintor, quien lo hizo posible como su albacea.

El Instituto Oftálmico Provincial
(Foto: CC BY-SA Zarateman)

Un tanto agitada es la historia de los nombres que ha llevado esta calle; han sido muchos. El primero, que el Ayuntamiento le dio el 2 de marzo de 1887, fue el de Isabel Colbrand, cantante madrileña y esposa de Gioacchino Rossini. Répide se queja amargamente de que la corporación decidiese, el 20 de diciembre de 1895, desterrar a esta gran artista nacida en nuestra villa para dar a la calle el nombre que tiene hoy en día. De hecho, en su artículo dedica seis o siete veces más de espacio a hablar de ella que del general Arrando. Casi un siglo tardó la Casa de la Villa en desfacer el entuerto, pues el 1 de agosto de 1983 volvió doña Isabel a nuestro callejero, bien que bastante alejada del centro, en los confines del término municipal, ya casi en Alcobendas. (Como nota curiosa, indiquemos que Peñasco-Cambronero se olvidan de esta calle en su obra, que data de 1889, cuando ya existía.) 

Isabel Colbrand (Madrid, 1785 - Bolonia, 1845)
Pintura de Johan Baptist Reiner (c. 1835, Neue Pinakothek, Múnich)
Esta calle debería llevar el nombre de esta dama

Pero tampoco este militar –del que en seguida hablaremos– tenía el puesto fijo. El 11 de junio de 1937, en plena guerra civil, fue él quien sufrió, a su vez, el destierro, pues la vía pasó a denominarse de Froilán Carvajal. Se trata de un político republicano del siglo XIX, nacido en la localidad conquense de Tébar el 5 de octubre de 1830 y fusilado en Ibi el 8 de octubre de 1869 a causa de su participación en varios levantamientos republicanos. Curiosamente (o no) los militares que lo prendieron estaban al mando del entonces coronel Arrando, de quien, como he dicho unas líneas más arriba, pronto trataremos. 

Acabada la guerra, el 29 de abril de 1939 la calle recuperó su nombre, pero fue por poco tiempo. El 4 de julio de 1941 de nuevo fue rebautizada como calle del General Goded, uno de los participantes en el golpe de estado y posterior sublevación militar de julio de 1936 contra la legalidad republicana. Por fin, el 25 de enero de 1980 volvió de nuevo a su placa la denominación de calle del General Arrando

¿Hablamos por fin de él? José Arrando Ballester nació en Tales, en la provincia de Castellón, el 18 de marzo de 1815. Sus primeros pasos en el ejército los dio durante la primera guerra carlista. Casi siempre destinado en Cataluña, se adhirió a la Revolución Gloriosa y se dedicó a “pacificar” la zona de Levante (en esa época fue cuando mandó fusilar a Froilán Carvajal). También fue muy activo en la tercera guerra carlista; acabó su carrera militar en 1887 como capitán general de Extremadura. Luego participó en política dentro del Partido Liberal de Sagasta y fue diputado por Nules y senador por Toledo. Murió en Madrid el 15 de enero de 1893. 

Creo que el juicio de Répide es lapidario: “Fue uno de tantos generales que ha tenido España en el siglo XIX. No se trata de un personaje histórico que merezca la perpetuación de su nombre en la denominación de una calle, ni mucho menos es admisible que para ello se haya privado de su legítima recordación a una ilustre hija de Madrid como Isabel Colbrand”. Nada que añadir.

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