3.12.12
Canalejas (Plaza de)
Entre la Carrera de San Jerónimo, y las calles de Sevilla, de la Cruz y del Príncipe. Distrito 1 (Centro). Barrios de las Cortes y de Sol.
Hasta los primeros años del siglo XX este lugar no era otra cosa sino un cruce y era conocido como las Cuatro Calles. Desde la década de los sesenta del siglo XIX, y como consecuencia lógica de la gran transformación que sufrió la Puerta del Sol, una fiebre reformadora llevó al Ayuntamiento a intentar arreglar en pocos años los desaguisados urbanísticos cometidos durante los tres siglos precedentes. Uno de los pocos proyectos que se llevó a efecto fue el que atañía a la calle Ancha de Peligros, actual Sevilla, entre otras. Como ocurrió en otros casos, múltiples propuestas se presentaron, y fue la última, la de Agustín Felipe Peró (1864) la que se adoptó. Su novedad era que también contemplaba el arreglo de las Cuatro Calles, convirtiendo la encrucijada en una bella plaza circular.
En ella se levantaron hermosos edificios como el del Banco Hispano Americano (hoy Santander), última obra del gran arquitecto Eduardo Adaro, la Casa Meneses, donde tuvo su redacción el periódico sensacionalista La Tribuna y la antigua casa de Tomás Allende, muy alabada por Pedro de Répide como gran obra arquitectónica.
José Canalejas Méndez nació en El Ferrol en 1854. Varias veces ministro desde 1888, no se alineó con ninguno de los dos grandes partidos dinásticos, y su programa fue considerado excesivamente avanzado por sus compañeros de clase política. Presidió el Congreso de los Diputados en 1905 y en 1910 accedió a la Presidencia del Consejo de Ministros. Mientras ocupaba este cargo fue asesinado. Ocurrió el 12 de noviembre de 1912, mientras Canalejas observaba el escaparate de la librería San Martín de la Puerta del Sol. En ese momento un anarquista llamado Manuel Pardiñas le disparó a bocajarro para suicidarse poco después.
18.10.12
Campomanes (Calle de)
Entre la plaza de Isabel II y la cuesta de Santo Domingo. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
Calle con trazado curvo, aspecto muy destacado por los cronistas antiguos, abierta en los terrenos que pertenecieron al célebre convento de Santo Domingo el Real, cuya reseña corresponde a la cuesta que ostenta tal nombre. La calle se abrió poco después del derribo del convento, acaecido en 1868. Peñasco y Cambronero indican que los servicios municipales fueron establecidos en 1872.
La vía está dedicada al economista e historiador ilustrado Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez, conde de Campomanes, asturiano de Tineo, nacido en 1723 y fallecido en la Villa y Corte en 1803. Su familia, hidalga pero empobrecida, le dio estudios de leyes. En 1746 se trasladó a Madrid; poco a poco se fue ganando un prestigio como historiador que le llevó a presidir la Real Academia de la Historia entre 1764 y 1791. En el reinado de Carlos III participó activamente en la Administración, ejerciendo la otra faceta por la que es recordado, la de economista. Formó parte de los consejos de Castilla y de Hacienda, y presidió la Mesta, acabando con sus abusos. Contribuyó a la colonización de Sierra Morena emprendida por Olavide, ideó e impulsó la constitución de Sociedades Económicas, reformó la administración municipal y contribuyó con sus dictámenes posteriores al motín de Esquilache a la expulsión de los jesuitas. Preconizó la abolición de la ley Sálica en las Cortes de 1789. Dos años después, como consecuencia de su enfrentamiento con Floridablanca, fue destituido de todo cargo público.
17.9.12
Campoamor (Calle de)
Entre las calles de Fernando VI y de Génova. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Justicia.
Hasta el último tercio del siglo XIX los terrenos en los que se asienta nuestra calle pertenecían al convento de Santa Teresa. Era éste un convento de monjas carmelitas descalzas que fue establecido en por el príncipe de Astillano y duque de Medina de las Torres, Nicolás de Guzmán, en una finca de su propiedad, donde tenía su casa. Asimismo contó con el patrocinio de la reina María Luisa de Borbón, esposa de Carlos II. La primera misa se celebró el 10 de septiembre de 1684, y a ella posiblemente asistieron los reyes; fue oficiada por el cardenal Portocarrero. Principiando el siglo XVIII tuvo que ser sustituida la iglesia primitiva; en 1719 se inauguró la nueva. En 1869 tanto el convento como la iglesia fueron derribados, y si bien en principio su solar lo ocuparon unos jardines de recreo llamados Orientales, poco después la zona se urbanizó. Fue ésta una de las primeras operaciones urbanísticas llevada de forma algo racional en Madrid; la actuación fue una consecuencia de los trabajos realizados en el solar del convento de Santa Bárbara por la Compañía de Crédito Mobiliario. Se formaron así la calle de Campoamor y las vecinas de Orellana, Santa Teresa, Justiniano y Argensola.
El nombre de nuestra calle fue en su origen Costanilla de Santa Teresa, hasta que el Ayuntamiento decidió dedicársela al poeta asturiano Ramón de Campoamor. Nació en la localidad de Navia, a orillas del río de igual nombre, el 24 de septiembre de 1817. Poeta muy encasillado en su tiempo, está hoy olvidado si bien conoció un gran éxito entre sus contemporáneos. Pretendió dar un rumbo nuevo a la poesía, equiparándola con la prosa; estas teorías las expuso en su Poética (1883). Escribió numerosos poemillas, reunidos en colecciones como Doloras (1846), Pequeños poemas (1872-74) y Humoradas (1886-88). También compuso obras más extensas: Colón (1853), El drama universal (1869), El Licenciado Torralba (1888). Ingresó en la Real Academia Española en 1861. Murió en nuestra villa el 14 de febrero de 1901.
5.9.12
Campillo del Mundo Nuevo
Entre las calles de Carlos Arniches, Mira el Sol, Arganzuela, Mira el Río Baja y la Ronda de Toledo. Distrito 1 (Centro). Barrio de los Embajadores.
Tradicional como pocas la denominación de esta plaza, una de las ramificaciones del Rastro, hoy horadadas sus entrañas por un aparcamiento de residentes. Mucho ha cambiado de aspecto y de ambiente este campillo, vecino del antiguo mercado de pescados y sus efluvios y hoy sede de un local de moda para los jóvenes y los no tan jóvenes. Un tanto ingenua es la explicación que, dada por Capmany en primer lugar, vienen a aceptar de mejor o peor grado los cronistas posteriores. Poco después del descubrimiento de América, esto es, del Nuevo Mundo, se derrumbó un gran peñasco que aquí había, dejando ver a los vecinos la dilatada campiña que antes se extendía al sur de la villa. Al desaparecer la ocultación, parecía que se hubiese avistado un Mundo Nuevo, y ya está. ¿Para qué complicarnos la vida con cosas raras?
28.8.12
Campillo de Manuela
Difícil es dar límites a este paraje más que calle de nuestra villa. Llámase así desde el 10 de agosto de 1985 a la confluencia de las calles de Lavapiés y de Jesús y María, donde la primera de las calles mencionadas sufre un ligero ensanchamiento, por lo que nos encontramos en el Distrito 1 (Centro), y en el barrio de los Embajadores. Hasta bien entrado el siglo XIX hubo una calle del Campillo de Manuela, que iba desde la calle de Lavapiés hasta la del Olivar y que hoy es parte de la calle de San Carlos. Capmany cita esta calle y explica su origen; no así Peñasco-Cambronero o Répide. Por ello, al ser el libro de D. Antonio la fuente de este comentario hay que tomarlo con las precauciones debidas. Pretende Capmany situar aquí una judería, que existía en los tiempos del rey Enrique III (1390-1406). Tras la expulsión de los hebreos, el barrió se abandonó y un oportuno incendio no dejó rastro de él. Después, una mujer llamada Manuela asentó aquí sus reales en forma de tabernucha a la que acudía lo peorcito de la villa, aunque luego mejoró su reputación, llegando -siempre según Capmany- a ser habitual concertar citas en el Campillo de Manuela para comer o bailar.
Durante muchos años, pues, se conoció el primer tramo de la calle de San Carlos de esta forma, pero después se olvidó tal denominación. El Ayuntamiento quiso resucitar un punto muy tradicional de los barrios bajos madrileños al llamar Campillo de Manuela a la esquina de Lavapiés y Jesús y María, aunque tal rotulación no suela aparecer habitualmente en los callejeros. Sí que se puede leer
en la farola que está situada en el centro de este rincón.
Durante muchos años, pues, se conoció el primer tramo de la calle de San Carlos de esta forma, pero después se olvidó tal denominación. El Ayuntamiento quiso resucitar un punto muy tradicional de los barrios bajos madrileños al llamar Campillo de Manuela a la esquina de Lavapiés y Jesús y María, aunque tal rotulación no suela aparecer habitualmente en los callejeros. Sí que se puede leer
CAMPILLO DE MANUELA
AYUNTAMIENTO DE MADRID
AÑO 1985
en la farola que está situada en el centro de este rincón.
25.6.12
Camoens (Paseo de)
Entre la calle de Francisco y Jacinto Alcántara y la glorieta del Maestro. Distrito 9 (Moncloa). Barrio de la Casa de Campo.
El paseo de Camoens está ubicado en un viejo vertedero de basuras que, por iniciativa de Alberto Aguilera, se convirtió en el Parque del Oeste. Es un claro ejemplo de cómo una zona degradada se puede reconvertir para gozo y beneficio de toda la comunidad. Se ideó un parque de estilo inglés, muy poco ornamental a diferencia de otros jardines de la villa, y que esconde en sus bellos rincones muchas sorpresas -como el muy merecido monumento al Maestro que se halla en la glorieta donde termina esta vía- que el madrileño debe poco a poco descubrir, porque merece la pena perderse de vez en cuando por allí. Durante la noche, sin embargo, ha sido nuestro paseo refugio para la marginalidad, que allí se muestra en forma de prostitución de travestidos. La noche es a veces implacable, y tiñe de oscuro este rincón de verdor.
Preside este paseo desde el 8 de mayo de 1995 la fuente dedicada al genial arquitecto Villanueva, trasladada aquí desde la Glorieta de San Vicente como consecuencia de la reconstrucción de la puerta de igual nombre. Es una de las fuentes más bellas de Madrid, y en ella se pretende conmemorar la obra de Villanueva, no sólo remedando su estilo arquitectónico (el primer cuerpo de la fuente parece calcado del tholos que constituye la cúpula del Observatorio Astronómico), sino con reproducciones de algunas de sus obras principales: La Casita del Príncipe en El Escorial, el Observatorio Astronómico de nuestra villa, el Museo del Prado y el Oratorio del Caballero de Gracia. Unas vistas de estos monumentos aparecen en unos medallones que hay en el pedestal de la fuente. Culmina la obra una gran flor de lis, símbolo de la familia Borbón, uno de cuyos miembros, Carlos III, fue el principal valedor de Villanueva. La fuente fue diseñada y construida en 1952; fue el arquitecto Vicente d'Ors, y participaron numerosos artistas, como Salvador Costa, escultor; Joaquín Núñez, Manuel Ambrós, Luis Mayoral, Jacobo Ruiz, Ángel Medrador...
Luis de Camões, el cantor de las glorias portuguesas, a quien está dedicado este paseo, nació en Lisboa en 1524 y murió en la misma ciudad, tras una azarosa vida, en 1580. Fue un escritor fecundo que cultivó muchos géneros; utilizó tanto su lengua materna como el castellano. De entre todas sus obras destaca sin duda Os Lusíadas, inauguración de la épica portuguesa, gran poema dedicado al rey Sebastián donde narra los descubrimientos lusos y revisa algunos de los hechos más importantes de la historia de su país.
Calvo Asensio (Calle de)
Entre las calles de Rodríguez San Pedro y de Meléndez Valdes. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Gaztambide.
Ya se habló del desaparecido barrio de Marconell en el comentario referido a la calle de Antonio Palomino. Precisamente esta calle de Calvo Asensio llevaba el nombre de Marconell o Marco Nell hasta que el 2 de marzo de 1887 el Ayuntamiento decidió dedicársela al periodista, escritor y político progresista Pedro Calvo Asensio. Nació en 1821 y murió en 1863. En 1854 fundó el periódico La Iberia, donde publicó la mayoría de sus artículos. Escribió numerosas obras de teatro, como La escala de la fortuna, Ginesillo el aturdido, La venganza de un puchero o La libertad de un trono.
Ya se habló del desaparecido barrio de Marconell en el comentario referido a la calle de Antonio Palomino. Precisamente esta calle de Calvo Asensio llevaba el nombre de Marconell o Marco Nell hasta que el 2 de marzo de 1887 el Ayuntamiento decidió dedicársela al periodista, escritor y político progresista Pedro Calvo Asensio. Nació en 1821 y murió en 1863. En 1854 fundó el periódico La Iberia, donde publicó la mayoría de sus artículos. Escribió numerosas obras de teatro, como La escala de la fortuna, Ginesillo el aturdido, La venganza de un puchero o La libertad de un trono.
28.5.12
Calvario (Calle del)
Entre las calles de Jesús y María y del Olivar. Distrito 1 (Centro). Barrio de los Embajadores.
Dice la tradición que San Francisco de Asís estuvo en Madrid, donde fundó el monasterio que hoy en día se conoce con su nombre. Una de las cosas que hizo el santo junto con sus compañeros fue establecer un Via Crucis, con permiso del Concejo, que se iniciaba en el monasterio y finalizaba en un calvario que se situaba donde hoy está nuestra calle. La Hermandad de la Vera Cruz seguía el Via Crucis el Viernes Santo, y la celebración culminaba en el calvario con un sermón dado por un fraile franciscano.
El calvario era considerado terreno sagrado, y por lo tanto se hicieron en él enterramientos. También era costumbre sepultar en él a los reos ajusticiados por lapidación o descuartizamiento. No es extraño, pues, que cuando la villa absorbió en su crecimiento estos parajes, apareciesen numerosos restos humanos al excavar para hacer los cimientos de las casas. Los restos que se encontraron se llevaron al cementerio de la parroquia de San Sebastián. Cuenta Capmany, citando las memorias del conde de Mora, que en la cruz que señalaba la novena estación del Via Crucis estaba enterrado el defensor de la torrecilla llamada del Leal, al que mandó ahorcar Enrique II por el delito de haber permanecido fiel al rey legítimo, Pedro I.
11.5.12
Callao (Plaza del)
Foto: Luis García
Entre la Gran Vía, las calles de los Preciados y del Carmen y el postigo de San Martín. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.
A mediados del siglo XIX se abrió un espacio entre las calles de los Preciados y del Carmen al derribar parte de la manzana 378. Así surgió nuestra plaza, que recibió su nombre en 1866 a raíz del bombardeo del puerto peruano del Callao por la armada española el 2 de mayo de ese año. Fue en esa acción de la inverosímil guerra del Pacífico cuando Méndez Núñez dijo su famosa frase: “Antes honra sin barcos que barcos sin honra.” Y efectivamente fue la honra lo único que se jugó, pues en la acción no hubo ni vencedores ni vencidos, ni sirvió para nada, sólo para que muriesen muchas personas.
Cuando se construyó la Gran Vía, se dio salida hacia ella a la plaza del Callao, y de esta forma se hizo desaparecer a la pequeña calle de San Jacinto, que salía de nuestra plaza y llegaba a la calle de la Abada. Hoy en día la plaza del Callao es un punto eminentemente cinematográfico en nuestra villa, ya que a los cercanos cines de la Gran Vía se une el Callao, cuya fachada domina la perspectiva del lugar. El cine Callao fue la primera obra importante que hizo en Madrid un arquitecto que luego construiría muchos y muy interesantes edificios en la villa, Luis Gutiérrez Soto. Éste fue levantado entre 1926 y 1927 y muestra una gran influencia del cercano Palacio de la Música, obra de Secundino Zuazo. Su enorme cartelera anunciadora es quizá una de las imágenes más conocidas de Madrid.
19.4.12
Calderón de la Barca (Calle de)
Entre la calle Mayor y la plaza del Biombo. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
En el solar que ocupó hasta 1836 el convento de Constantinopla se abrieron algunas calles; una de ellas es ésta de Calderón de la Barca, que recibió el nombre del gran dramaturgo español a propuesta de Mesonero Romanos ya que estuvo sepultado muy cerca, en la desaparecida iglesia de San Salvador. Cuando el templo fue derribado en 1842 y tras una intensa búsqueda, los restos que se creyó eran de Calderón (a finales del siglo XVII se cayó la bóveda de la iglesia y los cadáveres se confundieron con los escombros) se llevaron primero a la iglesia de las Calatravas y luego al cementerio de San Nicolás, que estuvo en la calle de Méndez Álvaro. En el comentario de esa calle se continuará con el triste relato del peregrinaje de los huesos de Calderón hasta llegar a su fatal desaparición.
Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600. Fue bautizado el 14 de febrero siguiente en la parroquia de San Martín. Estudió primero con los jesuitas en su villa natal y después en las universidades de Alcalá y Salamanca. A los veinte años se inició su fama como dramaturgo; pocos años después era uno de los autores más conocidos en Madrid. En 1635 se inauguró el teatro del palacio del Buen Retiro con una obra suya, la comedia El mayor encanto, amor. Más adelante orientó su vida hacia la milicia, y tuvo una participación destacada en las guerras de Cataluña. En 1651 se ordenó sacerdote y fue entonces cuando encaminó su producción hacia un tipo de teatro más moralizante y religioso, cuyo fruto principal son sus más de setenta autos sacramentales. De ellos destacan La vida es sueño y El gran teatro del mundo. Además escribió ciento diez comedias (El mágico prodigioso, El alcalde de Zalamea, La dama duende, El médico de su honra), entremeses, zarzuelas, loas y otras obras. Murió el 25 de mayo de 1681, en su casa de la calle Mayor; una placa de mármol situada en el lugar honra la memoria de nuestro gran dramaturgo.
En el solar que ocupó hasta 1836 el convento de Constantinopla se abrieron algunas calles; una de ellas es ésta de Calderón de la Barca, que recibió el nombre del gran dramaturgo español a propuesta de Mesonero Romanos ya que estuvo sepultado muy cerca, en la desaparecida iglesia de San Salvador. Cuando el templo fue derribado en 1842 y tras una intensa búsqueda, los restos que se creyó eran de Calderón (a finales del siglo XVII se cayó la bóveda de la iglesia y los cadáveres se confundieron con los escombros) se llevaron primero a la iglesia de las Calatravas y luego al cementerio de San Nicolás, que estuvo en la calle de Méndez Álvaro. En el comentario de esa calle se continuará con el triste relato del peregrinaje de los huesos de Calderón hasta llegar a su fatal desaparición.
Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600. Fue bautizado el 14 de febrero siguiente en la parroquia de San Martín. Estudió primero con los jesuitas en su villa natal y después en las universidades de Alcalá y Salamanca. A los veinte años se inició su fama como dramaturgo; pocos años después era uno de los autores más conocidos en Madrid. En 1635 se inauguró el teatro del palacio del Buen Retiro con una obra suya, la comedia El mayor encanto, amor. Más adelante orientó su vida hacia la milicia, y tuvo una participación destacada en las guerras de Cataluña. En 1651 se ordenó sacerdote y fue entonces cuando encaminó su producción hacia un tipo de teatro más moralizante y religioso, cuyo fruto principal son sus más de setenta autos sacramentales. De ellos destacan La vida es sueño y El gran teatro del mundo. Además escribió ciento diez comedias (El mágico prodigioso, El alcalde de Zalamea, La dama duende, El médico de su honra), entremeses, zarzuelas, loas y otras obras. Murió el 25 de mayo de 1681, en su casa de la calle Mayor; una placa de mármol situada en el lugar honra la memoria de nuestro gran dramaturgo.
10.4.12
Calatrava (Calle de)
Entre la calle de Toledo y la plaza de San Francisco. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
El primer morador ilustre que tuvo esta calle fue Moisés Romano, personaje muy influyente en la corte del rey de Castilla Enrique II, durante la segunda mitad del siglo XIV. Cuando más de cien años después los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos, los descendientes de Romano tuvieron que abandonar sus casas. Mucho tiempo más tarde se vino a asentar aquí un señor llamado Luis Monroy de Calatrava, que fue quien prestó su nombre a la vía. Fue personaje de gran hacienda; tenía una buena casa con un oratorio privado en el que guardaba una muy venerada imagen de Cristo. Al morir, dejó su casa al convento de Maravillas, donde era monja una sobrina suya. La imagen de Cristo, que por lo anteriormente narrado fue conocida como de las Maravillas, estuvo puesta durante un tiempo en el portal de la casa que fue de don Luis, que era la número 10. En 1820 la casa fue expropiada y posteriormente vendida. La dama que la compró, aunque mantuvo la casa y el oratorio, llevó la imagen a la capilla de San Isidro de la parroquia de San Andrés.
El primer morador ilustre que tuvo esta calle fue Moisés Romano, personaje muy influyente en la corte del rey de Castilla Enrique II, durante la segunda mitad del siglo XIV. Cuando más de cien años después los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos, los descendientes de Romano tuvieron que abandonar sus casas. Mucho tiempo más tarde se vino a asentar aquí un señor llamado Luis Monroy de Calatrava, que fue quien prestó su nombre a la vía. Fue personaje de gran hacienda; tenía una buena casa con un oratorio privado en el que guardaba una muy venerada imagen de Cristo. Al morir, dejó su casa al convento de Maravillas, donde era monja una sobrina suya. La imagen de Cristo, que por lo anteriormente narrado fue conocida como de las Maravillas, estuvo puesta durante un tiempo en el portal de la casa que fue de don Luis, que era la número 10. En 1820 la casa fue expropiada y posteriormente vendida. La dama que la compró, aunque mantuvo la casa y el oratorio, llevó la imagen a la capilla de San Isidro de la parroquia de San Andrés.
Cádiz (Calle de)
Foto: Juan Jaén
Entre las calles de las Carretas y de Espoz y Mina. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.
Al hablar de la calle de Barcelona ya se comentó que ésta de Cádiz era antes conocida como Angosta de Majaderitos. Allí quedó explicado el porqué de tan pintoresco nombre. Se puede añadir, sin embargo, que el erudito Juan Antonio Pellicer sostenía una teoría diferente; a su juicio, el término Majaderito proviene del nombre árabe de nuestra villa, esto es, Magerit. De Magerit a Majaderit, y después, el resto.
No parece muy consistente la propuesta, así que mejor será decir dos palabras sobre Cádiz. Es una de las ciudades más antiguas de España; se tienen noticias de ella desde el primer milenio antes de Cristo. Fue una importante colonia cartaginesa. Tras diversos períodos de auge y decadencia, vuelve a ser protagonista en la Historia con sus Cortes, que promulgaron la Constitución del 19 de marzo de 1812, de tan azarosa como corta vida. Cádiz, con 124.892 habitantes según el padrón municipal de 2011, es una bella ciudad situada en un inmejorable emplazamiento. Es capital de la provincia de su nombre, que en 7.385 km2 contiene 1.072.734 almas.
Al hablar de la calle de Barcelona ya se comentó que ésta de Cádiz era antes conocida como Angosta de Majaderitos. Allí quedó explicado el porqué de tan pintoresco nombre. Se puede añadir, sin embargo, que el erudito Juan Antonio Pellicer sostenía una teoría diferente; a su juicio, el término Majaderito proviene del nombre árabe de nuestra villa, esto es, Magerit. De Magerit a Majaderit, y después, el resto.
No parece muy consistente la propuesta, así que mejor será decir dos palabras sobre Cádiz. Es una de las ciudades más antiguas de España; se tienen noticias de ella desde el primer milenio antes de Cristo. Fue una importante colonia cartaginesa. Tras diversos períodos de auge y decadencia, vuelve a ser protagonista en la Historia con sus Cortes, que promulgaron la Constitución del 19 de marzo de 1812, de tan azarosa como corta vida. Cádiz, con 124.892 habitantes según el padrón municipal de 2011, es una bella ciudad situada en un inmejorable emplazamiento. Es capital de la provincia de su nombre, que en 7.385 km2 contiene 1.072.734 almas.
21.3.12
Cadarso (Calle de)
Entre la cuesta de San Vicente y la calle de Irún. Distrito 9 (Moncloa). Barrio de Argüelles.
Esta pequeña calle, que se apoya en las laderas de la montaña del Príncipe Pío, nos sirve para demostrar que no sólo los ayuntamientos contemporáneos cometen incongruencias. Cuando España perdió las últimas colonias, el Consistorio decidió sustituir todos los nombres de calles que hiciesen referencia a aquellos territorios, y dedicárselas a héroes de la guerra con los norteamericanos. Ésta calle era hasta 1899 la de la Isla de Cuba, y entró en la operación. Desde entonces se llamó de Cadarso, en memoria del marino Luis Cadarso y Rey, nacido en La Coruña en 1844. Tenía el mando del navío Reina Cristina, cuando, en plena guerra, el acorazado estadounidense Olympia destruyó el buque con una granada. Ocurría esto en 1898, y en el combate naval de Cavite, es decir, en Filipinas. Teniendo en cuenta que la calle de Manila mudó su nombre por el de Villaamil, un marino que murió en Santiago de Cuba, es digna de alabar la coherencia municipal al dedicar la calle de Cuba a un muerto en Filipinas, y la de Manila a uno de Cuba. No nos extrañemos, pues, de que casi cien años después se derribasen la muralla del siglo X o la fachada de la Casa del Tesoro porque no son más que “un montón de piedras sin importancia”. La inepcia municipal es hereditaria.
Cáceres (Calle de)
(Foto: Antonio M. Mora García)
Entre los paseos de las Delicias y de Santa María de la Cabeza. Distrito 2 (Arganzuela). Barrios de la Chopera y de las Delicias.
Forma parte esta vía del complejo ortogonal del Ensanche Sur. Es miembro de un grupo dedicado a diversas provincias de España. La de Cáceres es la segunda más extensa, con 19.944 km2. Tiene, según el padrón municipal de 2011, 415.446 habitantes. 95.026 de ellos viven en la capital de la provincia; destacan también Coria (sede episcopal) con 13.050 habitantes, Navalmoral de la Mata, con 17.386 y Plasencia, con 41.392. Es una región eminentemente ganadera; la agricultura es fudamentalmente extesiva y de secano. No está muy desarrollada industrialmente. La capital, de origen romano, es una de las ciudades más bellas de España; fue declarada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Forma parte esta vía del complejo ortogonal del Ensanche Sur. Es miembro de un grupo dedicado a diversas provincias de España. La de Cáceres es la segunda más extensa, con 19.944 km2. Tiene, según el padrón municipal de 2011, 415.446 habitantes. 95.026 de ellos viven en la capital de la provincia; destacan también Coria (sede episcopal) con 13.050 habitantes, Navalmoral de la Mata, con 17.386 y Plasencia, con 41.392. Es una región eminentemente ganadera; la agricultura es fudamentalmente extesiva y de secano. No está muy desarrollada industrialmente. La capital, de origen romano, es una de las ciudades más bellas de España; fue declarada en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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