Entre las calles de Segovia y de San Buenaventura. Distrito 2 (Arganzuela). Barrio Imperial.
Es ésta una calle bastante sinuosa y empinada, que bordea la colina de las Vistillas y conduce hasta su cumbre. Mucho tardó el Ayuntamiento en dedicar una calle a Beatriz Galindo, que aunque no fue hija de la villa, sí que dejó en ella una estela muy importante y perdurable. Esta inteligente dama nació en Salamanca en 1475. En su ciudad natal, foco de cultura y de humanismo en esta época del Renacimiento, ya destacó por su gran conocimiento del latín, origen del sobrenombre por el que es conocida, la Latina. Fue maestra de Isabel la Católica, además de su camarera y amiga. Casó con un ilustre madrileño, Francisco Ramírez de Madrid, llamado el Artillero, adalid de Enrique IV y de los Reyes Católicos. En nuestra villa fue donde centraron Beatriz y Francisco su piadosa actividad fundadora de conventos y hospitales. En 1504 fue el convento de la Concepción Francisca, y junto a él el famoso Hospital de la Latina, en 1507. Y el convento de la Concepción Jerónima, en la calle del mismo nombre, en 1506. Beatriz murió en Salamanca en 1534 y fue enterrada en el último convento mencionado junto a su marido. Se creyó que sus sepulcros se habían perdido cuando el convento se derribó en 1890, pero afortunadamente se recuperaron y primero se colocaron en la casa de Cisneros y después en su actual emplazamiento, en el Museo Municipal, concretamente en la antigua capilla del Hospicio. El cuerpo incorrupto de la Latina fue llevado al nuevo convento de la Concepción Jerónima, a la calle de Velázquez, y cuando en 1965 este edificio también desapareció, fue llevado a su -por ahora- definitiva morada y tercer emplazamiento del convento, en El Goloso.
29.4.10
15.4.10
Beatas (Travesía de las)
Entre la travesía de la Parada y la calle de Antonio Grilo. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad.
Debe su nombre esta travesía a la cercana calle hoy llamada de Antonio Grilo, pero que durante mucho tiempo se denominó también de las Beatas. Allí remito al lector para la explicación de este apelativo. Hasta 1821 esta diminuta vía llevó el curioso nombre de Aunque os pese. Y es que, junto a la nuestra, dos calles ostentaban los extraños nombres de Enhoramala vayas y Sal si puedes, debidos a las disputas surgidas como consecuencia del reparto de estos terrenos. Estamos en el centro de las tierras que pobló don García Barrionuevo de Peralta; uno de sus descendientes, Bernardino de Barrionuevo, las dividió entre tres caballeros llamados Pedro Ruiz de Alarcón, Francisco de Guzmán y Álvaro Díaz. El principal problema era un molino que don Francisco quería derribar, mientras que los otros dos lo querían mantener. Enhoramala vayas, le respondieron, y nombraron una calle (hoy travesía de la Parada). Así que don Francisco se tuvo que poner bravo y decir "lo derribaré aunque os pese", y bautizaron otra, la nuestra. Pero no quedó ahí la cosa, sino que don Pedro y don Álvaro, aprovechando que su rival dormía junto al molino a medio demoler, prendieron fuego a la valla que lo rodeaba, mientras gritaban al de Guzmán "anda, sal si puedes", y tercera calle con nombrecito (luego se llamó del Pretil alto y hoy no existe).
Debe su nombre esta travesía a la cercana calle hoy llamada de Antonio Grilo, pero que durante mucho tiempo se denominó también de las Beatas. Allí remito al lector para la explicación de este apelativo. Hasta 1821 esta diminuta vía llevó el curioso nombre de Aunque os pese. Y es que, junto a la nuestra, dos calles ostentaban los extraños nombres de Enhoramala vayas y Sal si puedes, debidos a las disputas surgidas como consecuencia del reparto de estos terrenos. Estamos en el centro de las tierras que pobló don García Barrionuevo de Peralta; uno de sus descendientes, Bernardino de Barrionuevo, las dividió entre tres caballeros llamados Pedro Ruiz de Alarcón, Francisco de Guzmán y Álvaro Díaz. El principal problema era un molino que don Francisco quería derribar, mientras que los otros dos lo querían mantener. Enhoramala vayas, le respondieron, y nombraron una calle (hoy travesía de la Parada). Así que don Francisco se tuvo que poner bravo y decir "lo derribaré aunque os pese", y bautizaron otra, la nuestra. Pero no quedó ahí la cosa, sino que don Pedro y don Álvaro, aprovechando que su rival dormía junto al molino a medio demoler, prendieron fuego a la valla que lo rodeaba, mientras gritaban al de Guzmán "anda, sal si puedes", y tercera calle con nombrecito (luego se llamó del Pretil alto y hoy no existe).
6.4.10
100 años de la Gran Vía: mi artículo en "La gatera de la villa"
Rompo una vez más el tradicional orden alfabético de las entradas de esta bitácora para anunciar que el artículo sobre la Gran Vía, que ya estaba escrito hace tiempo, ha aparecido con leves retoques en el número 2 de la revista La gatera de la villa, en concreto en la página 32. Allí remito a los posibles interesados. En su momento (¡quién sabe cuándo!), volverá a aparecer por aquí.
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