30.10.20

Fernando el Católico (Calle de)

 

El antiguo cocherón de la Funeraria Municipal, hoy Centro Cultural Galileo
(Foto CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

Entre la calle de Magallanes y la plaza de la Moncloa. Distritos 7 (Chamberí) y 9 (Moncloa). Barrios de Gaztambide, Arapiles y Argüelles. 

Volvemos al Ensanche Norte para recorrer una calle sobre la que Répide tenía mucho que decir y no muy bueno. Cierto es que gran parte de los problemas que describía nuestro cronista de cabecera ya no lo son. Por ejemplo, hace mucho que desaparecieron las cocheras de tranvías que la taponaban en su comienzo. Y el antiguo cocherón de las pompas fúnebres municipales, que estaba “impropiamente situado dentro de un núcleo de población” es hoy en día el Centro Cultural Galileo. Aquí tuvo su primera ubicación la escuela de cerámica que hoy se halla en el Parque del Oeste, junto a una escuela pública que aún hoy existe (se trata del CEIP “Fernando el Católico”).

El antiguo Dispensario Antituberculoso Victoria Eugenia
(Foto CC BY-SA Tamorlan)

Un par de edificios interesantes tienen sus entradas a nuestra calle. Además del Centro Cultural Galileo, que hemos nombrado de pasada, típico ejemplo de la arquitectura neomudéjar de comienzos del siglo XX (obra de Julio Martínez Zapata), en el número 56 está el antiguo Dispensario del distrito de Universidad, antes conocido como Dispensario Antituberculoso Victoria Eugenia, un diseño de Amós Salvador donde se combina el típico ladrillo visto con los elementos racionalistas que entonces (fue construido en 1927-28) empezaban a estar en boga. 

El monumento a los héroes del Plus Ultra
(Foto CC BY someone10x)

Como curiosidad, el final de nuestra calle pasa bajo unos arcos que atraviesan las viviendas militares que hay frente al Cuartel General del Aire. Justo donde acaba se alza un monolito dedicado a los héroes del Plus Ultra (el comandante Franco, el capitán Ruiz de Alda, el teniente de navío Durán y el mecánico Rada), que en enero de 1926 cruzaron por primera vez el Atlántico Sur con un solo avión. Fue diseñado por Luis Gutiérrez Soto y esculpido por Rafael Sanz Rodríguez; se inauguró en 1956.


Fernando de Aragón, hijo de Juan II y Juana Enríquez, nació en Sos (hoy, Sos del Rey Católico) el 26 de octubre de 1452. Tras la muerte de Carlos, príncipe de Viana, fue heredero del trono de Aragón, al que subió como Fernando II el 20 de enero de 1479. Algo menos de diez años antes, en octubre de 1469, se había casado con Isabel, entonces también heredera del trono de Castilla. Participó activamente en la resolución de la guerra civil que siguió a la proclamación de Isabel como reina y en 1475 logró que se le considerase rey de Castilla junto a su esposa, como Fernando V. Así que en 1479 ambos reinos se unieron gracias a este matrimonio. Desde entonces todo fue expansión, primero con la conquista del reino nazarí, luego con el descubrimiento de América y, al final de su vida, con la anexión de Navarra. 

Tras la muerte de Isabel hizo proclamar reina de Castilla a su hija Juana y asumió la regencia. Hubo choques con su yerno, Felipe el Hermoso, que logró una corregencia, pero su prematura muerte (1506) dio al traste con sus ambiciones. Fernando casó en segundas nupcias con Germana de Foix, con la que solo tuvo un hijo que murió al poco de nacer. Fernando II de Aragón y V de Castilla murió en Madrigalejo el 23 de enero de 1516 dejando una inmensa herencia en reinos y territorios a su nieto, el emperador Carlos I de España y V de Alemania.

23.10.20

Fernando VI (Calle de)

Fernando VI, por van Loo
(Museo del Prado, Madrid)

Entre la plaza de las Salesas y la calle de Hortaleza. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Justicia. 

Aunque Peñasco y Cambronero, unos de nuestros cronistas de cabecera, indican que esta calle es de “apertura moderna” lo cierto es que su trazado aparece en el plano de Texeira, con lo cual ya existía a mediados del siglo XVII. En aquellos entonces, la parte de la calle que llega hasta la de Argensola era una mera prolongación de la calle del Barquillo, mientras que el resto se llamaba calle de las Flores. Al menos desde el 13 de octubre de 1864 ostenta su actual denominación.

El palacio de Longoria
(Foto CC BY-SA Luis García)

Dos edificios singulares abren sus portales a esta calle. El primero y más conocido, sito en el número 6, es la antigua casa-palacio de Longoria, donde hoy está la sede de la Sociedad General de Autores. Se trata de uno de los pocos ejemplos del más puro modernismo que tenemos en nuestra villa, con su rica y peculiar decoración. Es obra de José Grases Riera (el mismo arquitecto que proyectó el monumento a Alfonso XII del Retiro) y se construyó entre 1902 y 1903. 

El edificio de Lamarca Hermanos, en pleno arreglo
(Foto CC BY-SA Triplecaña)

En la misma acera, un poco más para allá, en los números 10 y 12 está el remozado edificio “Lamarca Hermanos”, contemporáneo estricto del anterior (es de 1902). A diferencia de la casa-palacio modernista, este edificio más ecléctico mezcló desde el principio los usos industrial y residencial. En los últimos tiempos su fachada ha recuperado los arcos que exhibía el proyecto original, que fueron casi borrados por establecimientos comerciales. El autor de esta obra arquitectónica fue Santiago Castellanos. 

No me puedo olvidar de hacer siquiera una breve mención a una de las librerías más míticas de Madrid, la Antonio Machado, que desde 1971 está en el número 17 de nuestra calle. 

Sepulcro de Fernando VI, en la iglesia de Santa Bárbara
(Foto: Zarateman)

Fernando VI, hijo de Felipe V y María Luisa Gabriela de Saboya, nació en Madrid el 23 de septiembre de 1713. Malas fueron sus perspectivas en su nacimiento; era el tercero de los hijos de la pareja real, así que en principio contaba poco para la sucesión. Su madre murió muy pronto y la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, se preocupó mucho más de sus propios hijos (para quienes buscó territorios que gobernar en su Italia natal) que de Fernando y sus dos hermanos Luis y Felipe Pedro. Sin embargo, muerto Felipe Pedro siendo un niño y después su hermano Luis a los pocos meses de suceder a su padre en el trono tras su abdicación, estuvo a punto de reinar ya en 1724, algo que impidió su (¿pérfida?) madrastra. Hasta el momento en que sucedió a su padre, en julio de 1746, él y su esposa Bárbara de Braganza vivieron alejados de la corte y casi aislados, otra gentileza de Isabel. No es de extrañar, pues, que una de las primeras acciones de Fernando al convertirse en rey fuese desterrar a su madrastra. 

Durante su breve reinado el país vivió una época de paz y de desarrollo ilustrado gracias al impulso de ministros como el marqués de la Ensenada. Fernando debió de heredar algo del desequilibrio mental de su padre, algo que se agravó sobre todo tras la muerte de la reina Bárbara el 27 de agosto de 1758. Poco menos de un año la sobrevivió el rey, que se retiró al castillo de Villaviciosa de Odón, donde falleció el 10 de agosto del año siguiente. Sus restos no están en el Panteón de El Escorial, como los de los demás monarcas españoles (a excepción, precisamente, de su padre, Felipe V, y de Amadeo I), sino en la iglesia de Santa Bárbara, que perteneció al convento de las Salesas Reales, donde ya estaba sepultada su esposa.

16.10.20

Fernández de los Ríos (Calle de)


Entre la calle de Bravo Murillo y la plaza de la Moncloa. Distritos 7 (Chamberí) y 9 (Moncloa). Barrios de Gaztambide, Arapiles, Argüelles y Ciudad Universitaria. 

Larga calle que se proyectó en el Ensanche Norte de Castro, pero que hasta bien avanzado el siglo XX no se pudo acabar dado que su tramo inicial estaba ocupado por el cementerio de San Ginés y San Luis, teóricamente clausurado en 1884 pero que no desapareció totalmente hasta muchos años después. Como ya se dijo en el artículo dedicado a la calle de Bravo Murillo, esta zona era la “pariente pobre” del ensanche, pues ocupaba los terrenos con menor valor debido principalmente a la presencia de los cementerios y de las instalaciones del Canal de Isabel II. De modo que su primitivo uso sería militar, carcelario y como lugar de aislamiento de enfermos infecciosos (no muy lejos de aquí estuvo el hospital de epidemias del Cerro del Pimiento). Pero al ir creciendo la villa, toda esta zona quedó en el centro y subió su nivel social. 

Ángel Fernández de los Ríos nació en Madrid el 27 de julio de 1821 y murió en París el 18 de junio de 1880. Periodista, fundó importantes revistas que dieron gran impulso a la prensa gráfica en sus albores. Como político, fue siempre un hombre progresista que participó activamente en las revoluciones de 1854 y 1868. Entre las muchas obras que escribió dos son especialmente significativas por lo que se refiere a Madrid. En 1868 publicó El Futuro Madrid, donde propone al Ayuntamiento revolucionario una serie de reformas para la capital algunas de las cuales son un poco exageradas, pues casi pidió que se derribaran todos los conventos e iglesias de Madrid, no para descongestionar el apelmazado caserío de la villa, sino para que los solares doblasen su valor una vez despejados. Guía de Madrid se llama la otra, aparecida en 1876, obra fundamental donde da numerosas noticias sobre la villa y corte; una de sus partes se dedica precisamente a explicar el origen del nombre de nuestras calles. A pesar de los pesares, Fernández de los Ríos deseó lo mejor para Madrid, y eso se ha de reconocer aunque el que esto escribe no esté de acuerdo con muchas de sus propuestas, y es necesario colocar a D. Ángel como uno de los autores de necesaria consulta para bucear en la historia de nuestra villa y uno de sus mejores cronistas.

9.10.20

Fernández de la Hoz (Calle de)

 


Entre la calle de Zurbarán y la plaza de San Juan de la Cruz. Distrito 7 (Chamberí). Barrios de Almagro y Ríos Rosas. 

Cuando se abrió esta calle, cuya existencia data el Ayuntamiento en 1859, se denominó de Chamartín por su cercanía al camino que llevaba a ese antiguo pueblo. Desde el 29 de diciembre de 1893 lleva el nombre de José María Fernández de la Hoz, político y jurisconsulto nacido en Madrid el 19 de marzo de 1812. Inició su carrera política como diputado por Madrid en 1844, cargo que revalidó en varias ocasiones; también lo fue por las circunscripciones de Ciudad Real y Pontevedra. Fue ministro de Gracia y Justicia en 1858 con Francisco Javier de Istúriz y senador vitalicio. Répide, en su reseña de esta calle, no escatima ironías para comentar los bandazos de Fernández de la Hoz, que fue tanto “puritano” como ministro en el gobierno del “liberal exaltado” Istúriz, tanto miembro de la Unión Liberal como revolucionario de 1868, tanto canovista como, al final de su vida, sagastino. Murió en nuestra villa el 27 de enero de 1887.

2.10.20

Fernán González (Calle de)

 

Estatua de Fernán González en la plaza de Oriente
(Foto: Luis Garcia, Zaqarbal)

Entre las calles de Alcalá y del Doce de Octubre. Distritos 3 (Retiro) y 4 (Salamanca). Barrios de Ibiza y Goya. 

Estamos en la zona oriental del Ensanche, en una calle que a finales del siglo XIX aún salía al campo –lo cual fue cierto hasta bien entrado el siglo siguiente. Desde el 21 de julio de 1880 está dedicada a Fernán González, típico personaje del que son más populares las leyendas que los crudos hechos, protagonista de romances y cantares de gesta como el Poema de Fernán González, escrito casi trescientos años después de su muerte. 

Nació en Lara hacia 910, hijo de Gonzalo Fernández, conde de Burgos, y una dama llamada Muniadona. Logró reunir algunos feudos más y es probable que a finales de 931 o comienzos de 932 el rey Ramiro II de León lo convirtiera en primer conde de Castilla. En ese mismo año participó en la expedición que llegó a lo que entonces era nuestra villa, la aldea musulmana de Magerit, y la conquistó para abandonarla poco después. Desde entonces participó en numerosas acciones guerreras y actuó de forma cada vez más autónoma con respecto al rey, su señor. Se casó en primeras nupcias con Sancha, hija del rey de Navarra, con quien tuvo siete hijos; tras enviudar desposó a Urraca, también hija de (otro) rey de Navarra, que le dio un vástago más. Cuando Fernán González murió, hacia 969 o 970, había convertido su pequeño condado en un gran estado casi independiente que heredó su hijo García Fernández. Poco menos de cien años después de su muerte, en 1065, su descendiente Sancho II se convertiría en el primer rey de Castilla.