El “ejemplar Lenox” de la Biblia de 42 líneas.
Biblioteca Pública de Nueva York
[Foto CC BY-SA Kevin Eng (NYC Wanderer)]
Entre la avenida de la Ciudad de Barcelona y la calle del poeta Esteban Villegas. Distrito 3 (Retiro). Barrios del Pacífico y de los Jerónimos.
Por aquí estaba el célebre olivar de Atocha y, cuando se planificó el Ensanche, se pensó que el parque del Retiro creciese hacia el sur, pero poco se tardó en cambiar de opinión y al final se levantaron edificios de casas baratas. Eso no quiere decir que fuesen malas o antiestéticas. Antes al contrario, las pocas que subsisten, por ejemplo la que hace esquina en nuestra calle con la avenida de la Ciudad de Barcelona son un buen ejemplo del bello estilo neomudéjar tan típico de las primitivas edificaciones de estos nuevos barrios.
El primer nombre que tuvo nuestra calle fue el de Piedrafita, otorgado el 1 de enero de 1887; apenas unas semanas después, el 2 de marzo de ese mismo año, fue dedicada al creador de uno de los inventos fundamentales en la historia de la Humanidad. Johannes Gensfleich, más conocido como Johannes Gutenberg, fue un orfebre nacido en Maguncia en 1400 que hacia 1440 ideó la imprenta de tipos móviles, lo cual supuso que las obras escritas se podrían distribuir ampliamente y no como hanta entonces, que solo circulaban de forma manuscrita. De las obras que imprimió, tal vez la más conocida sea la “Biblia de 42 líneas” o “Biblia de Gutenberg”, de la que quedan cerca de 50 ejemplares de los 180 que se produjeron en su momento, entre 1450 y 1455 (hay dos en España, una en la Biblioteca de la Universidad Sevilla y otra en la Biblioteca Pública del Estado de Burgos). Gutenberg murió en su ciudad natal el 3 de febrero de 1468.
Como curiosidad, se puede indicar que antes que esta ya hubo otra calle de Gutenberg en Madrid. No es otra que la que hoy conocemos como de Argensola, que llevó el nombre del inventor alemán desde el 1 de enero de 1869 hasta el 6 de julio de 1874.