26.6.15

Cea Bermúdez (Calle de)


Entre la calle de Bravo Murillo y la plaza de Cristo Rey. Distrito 5 (Chamberí). Barrios de Gaztambide, Arapiles y Vallehermoso.

Estos parajes del Ensanche Norte de la villa estaban aún sin urbanizar bien entrado el siglo XX y no es de extrañar, ya que casi hasta entonces (y aún después de la guerra civil) estaban dominados por los cementerios que mandó construir extramuros José Bonaparte más los que se añadieron en la primera mitad del siglo XIX. Al norte del trazado de la calle se hallaba el Sacramental de San Martín, San Ildefonso y San Marcos y al sur estaban los de la Patriarcal, el Sacramental de San Ginés y San Luis y algo más abajo el General del Norte. Si bien en 1884 se clausuraron todos estos camposantos, siguió habiendo enterramientos hasta décadas después y sus ruinas perduraron en algunos casos hasta los años 50 del siglo XX. Yerra Répide cuando dice que el cementerio de la Patriarcal interceptaba esta calle, la realmente afectada era la de Donoso Cortés y allí hablaremos algo más del asunto.

Hoy en día es nuestra calle una vía principal, una importante arteria en dirección este-oeste para el tráfico que llega desde la zona de Moncloa y se dirige hacia la Castellana.

Francisco Cea Bermúdez, político y diplomático, nació en Málaga el 28 de octubre de 1779. Inició su carrera en 1810, con un destino en Rusia, y sirvió tanto al más absolutista Fernando VII como a los liberales en su breve gobierno de los “tres mal llamados años”. En 1824 fue llamado por Fernando VII para ser secretario de Estado (el precedente del presidente del Gobierno), cargo que ocupó durante poco más de un año antes de volver a la diplomacia en Sajonia e Inglaterra. Nuevamente secretario de Estado en 1832, tomó una serie de medidas que favorecieron a los liberales, como la reapertura de diversas universidades, amnistías, depuración del ejército… Tras la muerte de Fernando VII, en septiembre de 1833, fue confirmado en el cargo e intentó emprender un camino de gobierno que equidistase tanto de los absolutistas, cuya bandera habían enarbolado ahora los carlistas, como de los liberales, pero no pudo ser y en 1834 abandonó el cargo. Esta postura fue interpretada por Peñasco y Cambronero como un intento de implantar el “despotismo ilustrado”, algo que Répide recoge y que le lleva a preguntarse si el hecho de dedicarle una calle en Madrid no sería “una confusión municipal y a quien se quiso dar el nombre de una vía fue al verdaderamente ilustre [Juan Agustín] Ceán Bermúdez” (un pintor, crítico e historiador del arte casi contemporáneo del personaje del que aquí hablamos).

Tras abandonar el gobierno, Cea Bermúdez emigró a Francia y en París murió el 6 de julio de 1850. Hay que recordar que fue durante su segunda etapa al frente del Gobierno, en 1833, cuando se realizó la actual división provincial de España, obra de su secretario de Estado de Fomento, Javier de Burgos.

16.6.15

"El cerro de Garabitas": novela madrileña


Madrid vista desde la Casa de Campo
By Untipografico from Madrid (Spain). (Flickr) [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons

¿Qué tienen en común la Puerta del Sol, la Plaza Mayor, la Plaza de Oriente, la plaza de Ramales, la calle de la Cruzada, la plaza del Biombo, la plaza de la Prosperidad, el Puente de Vallecas, el barrio de Zarzaquemada, el barrio de Santa Eugenia, Getafe, la calle de Francos Rodríguez, el cementerio de San Isidro o el paseo del Pintor Rosales? ¿Que son lugares de Madrid y alrededores? Claro que sí, pero hay otra cosa: todos esos parajes salen en mi novela El cerro de Garabitas. Porque sí, hoy voy a romper la secuencia alfabética de las calles de nuestra villa y, como dijo Francisco Umbral, "vengo a hablar de mi libro".

Pues sí, he escrito una novela así titulada, El cerro de Garabitas, y la editorial Libros.com ha tenido a bien aceptarla para su posible publicación. Y digo "posible publicación" porque para lograrlo se ha de culminar con éxito una campaña de "crowdfunding" o micromecenazgo en la que, en el plazo de 30 días, he de reunir 100 apoyos individuales.

Cada persona que apoye este proyecto ha de aportar una pequeña cantidad de dinero, que va desde los 6 euros en adelante y siempre implica una recompensa. Quien lo haga, independientemente de la suma, verá su nombre en una de las páginas de cortesía del libro como uno de los mecenas que lo ha hecho posible, además de recibir, cuando se edite, el propio libro, bien en formato electrónico, bien en papel, bien en ambos formatos, según la cantidad donada... Incluso se puede obtener un ejemplar firmado y dedicado por el autor, o sea, servidor de ustedes.

Si queréis colaborar en esta empresa, entrad en esta dirección: http://libros.com/crowdfunding/el-cerro-de-garabitas/ Allí tendréis la oportunidad de ver un vídeo en el que doy más explicaciones sobre el libro y sobre su trama, además de leer sus primeros párrafos.

Os doy las gracias anticipadas.

Pero no me voy a limitar a hacer propaganda aprovechando este medio. Unas palabritas sobre el título y el lugar al que se refiere. Un amigo me ha aconsejado cambiarlo, porque dice que parece el de una "novela costumbrista". Eso es lo que él ha pensado al leerlo, pero ¿qué más cosas nos podría sugerir un libro titulado El cerro de Garabitas?

Este cerro es el más alto de la Casa de Campo y es conocido por los corredores ya que en sus inmediaciones hay un circuito que frecuentan. Pero también lo es por otras cosas que nos podrían venir a la mente al citar su nombre. Por ejemplo, la guerra civil, ya que por su altura fue uno de los más importantes emplazamientos elegidos por la artillería franquista que machacó la villa durante su largo asedio. También puede que haya alguien que recuerde una vieja película de 1960, titulada El cerro de los locos, en la que un grupo de jóvenes con veleidades artísticas se reunían aquí para mostrar sus destrezas y acaso esperar que algún agente los descubriese. (Hay un "Cerro de los Locos", sin relación con este, en la Dehesa de la Villa, que tuvo su importancia precisamente en la guerra civil y donde se hallan todavía muchos restos de la contienda). Pero hay aún otra cosa, que es la que más relación tiene con mi novela, y es una bonita tradición madrileña según la cual este cerro es el lugar donde se reúnen las almas de los madrileños antes de subir juntas al cielo. Dado el apego que tenemos por la villa que nos vio nacer, nos cuesta marcharnos y, por el camino, estas almas abren un hueco en las nubes para volver a contemplar Madrid antes de la partida definitiva. De ahí el dicho: "De Madrid al cielo, y un agujerito para verlo". 

12.6.15

Cavanilles (Calle de)


Estatua de Cavanilles en el Jardín Botánico de Madrid
CC BY Marc Ryckaert (MJJR)

Entre la plaza de Mariano de Cavia y la calle del Doctor Esquerdo. Distrito 3 (Retiro). Barrio del Pacífico.

Esta amplia cuesta abajo que en su día acabó en el campo y se conoció como Cabanilles (así lo reflejan Peñasco-Cambronero y Répide) está dedicada al botánico e ilustrado valenciano Antonio José Cavanilles y Palop, nacido en la ciudad del Turia el 16 de enero de 1745. Estudió Filosofía y Teología y se ordenó sacerdote. En 1777 se trasladó a París y allí fue donde conoció la ciencia botánica. A su vuelta a España, en 1789, empezó a estudiar lo que habían traído las célebres expediciones botánicas a América realizadas unos años antes y también viajó por la Península para analizar la flora autóctona; en estas investigaciones empleó, por primera vez en nuestro país, las ideas taxonómicas de Linneo. En 1801 fue nombrado director del Real Jardín Botánico de Madrid en sustitución de quien fue su primer director, Casimiro Gómez Ortega. Cavanilles murió en Madrid el 5 de mayo de 1804.

En el número 56 tiene sus oficinas centrales la Compañía del Metropolitano de Madrid, muy cerca de la antigua Nave de Motores de Pacífico, de la que hablaremos al llegar a la calle de Valderribas, ya que por allí tiene su entrada.

5.6.15

Cava de San Miguel


La Cava de San Miguel

Entre las calles Mayor y de Cuchilleros. Distrito 1 (centro). Barrios de Palacio y Sol.

Nuestra calle era otro foso, prolongación de los anteriores, y seguía la muralla entre las puertas de Guadalajara y Cerrada. El nombre de San Miguel le viene de la cercanía a la antigua iglesia de San Miguel de los Octoes, cabecera de una de las parroquias primitivas de la villa, que fue una de las derribadas por orden de José Bonaparte en 1810; en su lugar se abrió la actual plaza de San Miguel.

Calle de mesones es esta, frecuentados por quien esto escribe en su época universitaria. Algunos han cambiado de nombre, pero allí están todavía. Otros, como el de la Tortilla, siguen tal cual.