26.12.14

Carros (Plaza de los)


Fachada sur de la Capilla de San Isidro
Foto: E. Csonka, tomada de Wikimedia Commons

Entre la plaza de la Puerta de Moros, la plaza de San Andrés, la costanilla de San Andrés y la calle de Don Pedro. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.

El espacio cuadrangular de esta plaza, presidido por la fachada sur de la majestuosa capilla de San Isidro de la iglesia de San Andrés, no existía en el plano de Texeira, con lo cual su apertura data, como muy pronto, de finales del siglo XVII. Debe su nombre no a una leyenda ni sucedido, sino a que allí es donde paraban los carros que se alquilaban para transportes y lo debieron de seguir haciendo hasta al menos finales del siglo XIX, época en la que Peñasco y Cambronero escribieron su obra sobre nuestras calles, ya que a este hecho se refieren en presente los grandes cronistas.

Nos cuenta Répide que, poco antes de la época en la que escribió sus artículos sobre las calles de Madrid, intentó el Ayuntamiento entregar parte del terreno de esta plaza para ampliar el espacio que ocupaba una casa particular entonces en construcción, algo que no solo la estrecharía sino que además impediría la visión de la monumental capilla. Fue gracias a sus protestas por lo que no se cometió el desafuero.

Durante algún tiempo, a mediados del siglo pasado, esta plaza de llamó de Julio Romero de Torres.

22.12.14

Bernardo López García (Calle de)

(Cuelo aquí "de rondón" y fuera del orden alfabético esta calle, ya que en su momento se me pasó. La excusa es que su nombre antiguo comienza por "P" y por eso aparece mucho más adelante en los libros de los cronistas que son mi fuente principal.)


Monumento a Bernardo López García en Jaén
Foto: Kordas

Entre la travesía del Conde-Duque y la calle de Amaniel. Distrito 1 (Centro). Barrio de la Universidad.

Durante muchos años esta fue la calle del Portillo, sin más leyenda o tradición que ser el camino que conducía al portillo del Conde-Duque. Desde 1925 está dedicada al poeta Bernardo López García, que nació en Jaén el 11 de diciembre de 1838 y falleció en el número 9 de esta calle el 15 de noviembre de 1870. Una placa recuerda al escritor, que tuvo la desgracia de hacerse enormemente famoso por un solo poema, su Oda al Dos de Mayo (1866), cuyos celebérrimos cuatro primeros versos son:

Oigo, patria, tu aflicción
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón.

Pareciera que no hubiese escrito nada más, pero sí que compuso muchas otras poesías y además fue periodista, oficio que ejerció en El eco del país, diario en el que publicó su Oda. Murió, casi en la miseria, pocos días antes de cumplir 32 años.


19.12.14

Carretas (Calle de las)


Foto: Basilio

Entre la Puerta del Sol y la plaza de Jacinto Benavente. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.

La calle de las Carretas es la salida natural por el sur de la Puerta del Sol y, como tal, en tiempos fue una vía de primer orden para el tráfico, rodado o no, de la villa. Los diferentes cronistas consultados están de acuerdo en decir que el nombre le viene de una barricada hecha con carretas por los comuneros para hacer frente a las tropas de Carlos V, barricada que se hizo por esta zona cuando aún era extramuros. Capmani y Répide incluso se detienen a dar una descripción bastante detallada del hecho de armas, que incluyó el bárbaro acto, por parte de los defensores, de colocar sobre las carretas a los enfermos del cercano hospital de San Ricardo para que los atacantes se avinieran a un acuerdo, como finalmente sucedió. Peñasco y Cambronero, que también se hacen eco de esto, lo sitúan en el mundo de las tradiciones ya que, según ellos, los documentos que pudieron consultar solo permitían hablar de una resistencia comunera en el Alcázar y no en otros puntos de Madrid.

Sea como fuere, hubiese o no carretas en aquella sublevación, el nombre quedó así desde que empezaron a construirse casas. No se caracteriza la calle por albergar en sus aceras –por cierto, las primeras que hubo en Madrid, junto con las de la calle de la Montera, construidas por los propios vecinos por orden del alcalde marqués viudo de Pontejos en cumplimiento de añejas normas a las que nadie había hecho caso hasta entonces y que, como todas las novedades, levantó las correspondientes protestas de los madrileños- grandes edificios históricos ni monumentos deslumbrantes, pero algo hay digno de mención. Por ejemplo, que aquí estuvo, concretamente en el número 4, el célebre café del Pombo, donde mantuvo su tertulia Ramón Gómez de la Serna, y que no pudo sobrevivir ni a la posguerra ni a la ausencia de su asiduo más famoso, exiliado allende el océano. En el número 10 hay un edificio que es el único mencionado en la Guía de Arquitectura y Urbanismo de  Madrid del Colegio Oficial de Arquitectos (al menos en la edición que yo poseo, que ya tiene unos años). Un edificio que se hizo recientemente famoso. Se trata del antiguo Hotel Residencia Madrid, una obra de corte neoclásico proyectada hacia 1930 por Ramón Lucini Calleja; llevaba un tiempo abandonado cuando fue ocupado el 15 de octubre de 2011 por grupos próximos al movimiento 15-M, que indicaron que iban a utilizarlo para realojar a familias desahuciadas. La aventura acabó apenas dos meses después, cuando el 5 de diciembre fueron expulsados por la policía y las puertas del hotel tapiadas, como siguen en la actualidad.



Isabel Gea destaca en su obra sobre los nombres de nuestras calles que esta podría ser llamada “calle de las ortopedias”, por el gran número de ellas que había, al menos hace unos 20 años, cuando fue escrito ese libro. Hoy en día ya no sería tanto, puesto que solo quedan dos, bastante añejas por cierto, al menos en su aspecto, y lo que más abunda en la calle de las Carretas son las tiendas de ropa. Y, hablando de tiendas de ropa, no se puede dejar de mencionar a las desaparecidas Sederías Carretas, cuya publicidad tanto pude escuchar en la radio durante mi infancia, fundada en el número 6 por Pepín Fernández y su primo César Rodríguez en septiembre de 1934. Esta tienda fue el germen de lo que unos años después, en 1943, fue Galerías Preciados, el primer gran almacén por departamentos español. Sederías Carretas, a pesar de pertenecer al grupo, mantuvo su nombre hasta después de la muerte de su fundador, en 1982. 13 años después, Galerías Preciados, en suspensión de pagos y abocada a la liquidación, fue absorbida por su principal competidor, El Corte Inglés, que había sido creado por… César Rodríguez.

12.12.14

Carranza (Calle de)


Entre las glorietas de Bilbao y de Ruiz Jiménez. Distritos 1 (Centro) y 7 (Chamberí). Barrios de Universidad y Trafalgar.

No es muy antigua la apertura de esta calle, pues fue consecuencia del derribo de la cerca en 1868. Primeramente no fue sino un trozo más de la ronda que rodeó Madrid tras ser liberada de la tapia de Felipe IV. Aunque recibió diferentes nombres como Paseo de Entrepuertas o Ronda de Bilbao, su actual denominación data de la época posterior a la Revolución. Ángel Fernández de los Ríos sugirió al Ayuntamiento revolucionario dar el nombre del arzobispo Carranza, víctima inocente de la Inquisición, a una calle que, según él (Peñasco y Cambronero no se lo creen mucho, pero Répide parece convencido) está muy cerca del lugar donde se hallaba el quemadero inquisitorial, junto a la actual glorieta de Ruiz Jiménez. Y el nombre de Carranza fue el que perduró. Bartolomé de Carranza, nacido en la localidad navarra de Miranda de Arga en 1503 y muerto en Roma el 2 de mayo de 1576, fue fraile dominico. Participó en las dos primeras fases del Concilio de Trento. Arzobispo de Toledo en 1558, ese mismo año publicó unos Comentarios al Catecismo Cristiano por los que fue acusado de herejía, aunque tras tal acusación estaba el resentimiento de varios prelados que fueron criticados por él, entre ellos el inquisidor general Fernando de Valdés. El proceso se inició en 1559 y acabó el mismo año de la muerte de Carranza, con un fallo adverso a pesar de que unos años antes el propio Concilio de Trento no había visto herejías en el libro. 


5.12.14

Carolinas (Calle de las)


Puesta de sol en Colonia (isla de Yap)

Entre las calles de Bravo Murillo y de Olite. Distrito 6 (Tetuán). Barrio de Bellas Vistas.

Paralela y solo tres manzanas más allá de la anterior se encuentra esta calle, de traza muy semejante aunque algo más quebrada. Lleva el nombre de un archipiélago del Pacífico, formado por casi mil islas, que en su día fue posesión española. Descubiertas por los exploradores Salazar y Saavedra en 1526, hasta 1686 no se empezaron a conocer las islas por este nombre, al poner pie en ellas Francisco de Lezcano y llamarlas así en honor a Carlos II. Largo tiempo abandonadas, a mediados del siglo XIX volvió el interés español sobre ellas, especialmente cuando ingleses y alemanes, sobre todo estos últimos, empezaron a codiciarlas. Llegó a producirse un conflicto con los teutones que fue arbitrado por el papa León XIII en favor de España (véase la calle del Amor de Dios). Después de la guerra de 1898 decidimos deshacernos del archipiélago, que fue vendido al año siguiente a Alemania por 25 millones de pesetas. Tras la primera guerra mundial, Japón, ocupante desde 1914, las recibió como mandato de la Sociedad de Naciones y tras la segunda pasaron a poder de los Estados Unidos. Hoy en día están divididas entre dos estados independientes, los Estados Federados de Micronesia y la República de Palaos.