15.1.09

Azorín (Glorieta de)

José Martínez Ruiz, 'Azorín' (1873-1967)Entre los paseos de la Ciudad de Plasencia y de la Virgen del Puerto. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.

El parque de Atenas, donde se sitúa este rincón, se llama así desde que la capital de Grecia decidió dedicar una de sus plazas a la villa de Madrid. Ocupa un espacio que tradicionalmente se conoció como La Tela, aunque en épocas más remotas el apelativo era más largo y se denominaba La Tela de Justar. Y es que allí se debieron de celebrar en la Edad Media las justas o torneos a los que eran tan aficionados los caballeros de entonces. Hoy es un coqueto parque contiguo al ubérrimo Campo del Moro, una suave costanilla que prepara al caminante que viene desde el paseo de la Virgen del Puerto para las fuertes rampas de la Cuesta de la Vega.

Hoy lleva el nombre de glorieta de Azorín la entrada (o, mejor dicho la salida, pues está más lejos de la Puerta del Sol) del paseo de la Ciudad de Plasencia, pero antes se llamaba así uno de los dos jardincillos que encierra la Cuesta de la Vega, que actualmente se consideran parte del parque del Emir Mohammed I. Da lo mismo el emplazamiento; lo importante es que un lugar de Madrid recuerda a uno de los más grandes escritores españoles del siglo XX. José Martínez Ruiz nació en Monóvar, un pueblo de la provincia de Alicante, en 1873. El seudónimo Azorín, por el que es universalmente conocido, lo tomó de un personaje que aparece en la trilogía narrativa que forman La voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). Es uno de los más genuinos representantes del espíritu que impregnó a la llamada Generación del 98. El desencanto producido por el Desastre le llevó a una extraña evolución desde sus principios anarquistas hasta unas posturas bastante conservadoras. Lo más importante de su obra lo constituyen trabajos de crítica o pensamiento literarios y descripciones de paisajes, como La ruta de Don Quijote (1905), España (1909), Castilla (1912), Clásicos y Modernos (1913), Al margen de los clásicos (1915) o Una hora de España (1925). Ingresó en la Real Academia en 1928. Murió en Madrid en 1967.

2.1.09

Ayala (Calle de)

Adelardo López de Ayala (1828-1879)
Entre el paseo de la Castellana y la calle del Doctor Esquerdo. Distrito 4 (Salamanca). Barrios de Recoletos y Goya.

Esta calle, como las que la rodean, se empezó a formar en el último tercio del siglo XIX, cuando comenzó la urbanización del barrio de Salamanca. Entonces fue llamada calle de los Pajaritos; para Peñasco y Cambronero fue así porque éste era el camino que solían seguir los cazadores del barrio. Répide da otra versión. Aquí, antes de existir barrio y calle, estaba el arroyo de los Pajaritos, que debía desaguar en el arroyo bajo del Abroñigal. Y la calle seguía más o menos el mismo trazado que antaño el arroyo. Sea como sea, hoy está dedicada al dramaturgo Adelardo López de Ayala, nacido en la localidad sevillana de Guadalcanal el 1 de mayo de 1828 y fallecido en Madrid el 30 de diciembre de 1879. No sólo se dedicó a las musas, sino que participó activamente en la vida política, y fue cuatro veces ministro de Ultramar (en 1868, 1871, 1872 y 1875) y presidente del Congreso (1878, 1879). Se encargó de redactar la proclama que expulsó a Isabel II del trono en 1868. Quizá por eso también llevó esta calle el nombre de 29 de septiembre, ya que ésa es precisamente la fecha del triunfo de la Revolución Gloriosa. La obra dramática de Ayala comprende obras de corte histórico como Un hombre de Estado (1851) o Rioja (1854) y otras de carácter contemporáneo, moralizadoras y realistas: El tejado de vidrio (1856), El tanto por ciento (1861), El nuevo don Juan (1863) y Consuelo (1878). Ingresó en la Real Academia Española en 1865. Sorprendió la muerte a Ayala en su casa del número 8 de la calle de San Quintín, que compartía con el gran músico Arrieta, cuando estaba dispuesto para casarse y para irse a vivir al nuevo hotel que se estaba construyendo en la calle de Pajaritos, que luego adoptó su nombre.