21.2.20

Esquilache (Calle de)

El motín de Esquilache

Entre las avenidas de Pablo Iglesias y de la reina Victoria. Distrito 7 (Chamberí). Barrio de Vallehermoso. 

Répide se pregunta por qué un personaje de tan ingrata memoria para nuestra villa y también para toda España tiene una calle en Madrid. Hoy quizá se pueda responder que más que una calle es una venganza. En realidad son dos callejones sin salida cortados por las cocheras del metro de Cuatro Caminos. Hace poco más de un siglo, si se hace caso al plano de Núñez Granés, el proyecto de calle era más ambicioso, pero actualmente ha quedado en eso, en dos mezquinas callejuelas dignas de tal personaje. 

Nació Leopoldo de Gregorio, marqués de Vallesantoro y de Squillace, en Mesina el 23 de diciembre de 1699. Lo de nació en Mesina es un decir, porque lo cierto es que sus orígenes son más que oscuros. Su carrera comenzó cuando Carlos VII reinaba en Nápoles; en 1759, al ocupar el trono de España como Carlos III, vino con él. Acaparó numerosos cargos, y aunque llevó a cabo medidas reformistas que incluso pudieron ser bienintencionadas, la verdad es que rápidamente fue ganando enemigos no sólo entre las clases dirigentes, sino también en el pueblo llano, que se amotinó contra el ministro italiano en marzo de 1766. Este famoso Motín de Esquilache supuso su caída y destierro de España, a la que no volvió nunca a pesar de ser rehabilitado. Fue nuestro embajador en Venecia, donde murió el 15 de septiembre de 1785. La musa popular dedicó una décima al ministro de Carlos III, en la que se observa claramente qué era lo que se pensaba del marqués:

Yo, el gran Leopoldo Primero, 
marqués de Esquilache augusto, 
rijo la España a mi gusto 
y mando en Carlos Tercero. 
Hago en los dos lo que quiero, 
nada consulto ni informo, 
al que es bueno le reformo, 
y a los pueblos aniquilo, 
y el buen Carlos, mi pupilo, 
dice a todo: ¡Me conformo!

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