Felipe IV, por Velázquez
(National Gallery, Londres)
Entre la calle de Toledo y la plaza de Puerta Cerrada. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.
Calle de nombre ancestral y gremial, cuya explicación está en que aquí se establecieron los latoneros y también, según Répide, los veloneros.
Nuestros cronistas habituales cuentan una tradición relacionada precisamente con uno de los trabajadores del latón que por aquí tenía su establecimiento. Nos remontamos al siglo XVII, al reinado de Felipe IV, rey que entre sus muchas aficiones tenía la de escribir versos. Se dice que por entonces había aquí un latonero que se había hecho famoso por la capacidad de improvisar poesías y el rey quiso probarlo. Así que un día se presentó en la latonería y saludó con un octosílabo:
Dícenme que vertéis perlas.
A lo cual respondió el otro:
Sí, señor; mas son de cobre
y como las vierte un pobre
nadie se baja a cogerlas,
No me resisto a reproducir el jocoso comentario de Répide a esta tradición: “En lo cual haría muy bien la gente, porque si eran de cobre, ya que no eran perlas sino una especie de perdigones que no merecían la pena de que nadie se inclinara hasta el suelo para hacer su recolección”.
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