31.1.25

Lealtad (Plaza de la)

Foto CC BY-SA Harvey Barrison

Entre la calle de Antonio Maura y el paseo del Prado. Distritos 1 (Centro) y 3 (Retiro). Barrios de las Cortes y los Jerónimos. 

Desde el 1 de enero de 1880 lleva esta plaza su nombre, que cinco años antes ya se había dado a la calle que hoy conocemos como de Antonio Maura. El origen está en que por estos pagos los franceses fusilaron a muchos de los patriotas que se alzaron contra ellos en mayo de 1808. Es lógico, por tanto, que los jardines que embellecen nuestra plaza estén presididos por un monumento dedicado a esos leales en el que, tras numerosos movimientos y traslados, reposan las cenizas de los héroes Daoiz y Velarde y otros. No fue hasta 1840, año de inauguración de este monumento, cuando los restos terminaron su peregrinaje: primero en la iglesia de San Martín, luego en San Isidro, mas tarde en Sevilla, en la catedral de Cádiz… El 2 de mayo del año mencionado por fin se depositaron aquí, en el mausoleo diseñado por Isidro González Velázquez que, aunque se proyectó en 1822, no se inauguró hasta dieciocho años después.

La Bolsa de Madrid
(Foto CC Zarateman)

Más edificios interesantes muestran su fachada a esta plaza. La Bolsa de Madrid, creada por Fernando VII en 1813, tuvo varias sedes hasta que por fin se trasladó aquí, a un edificio levantado entre 1886 y 1893 según un diseño de Enrique María Repullés y Vargas. Hoy en día, en la era digital, ya no alberga esos corros en los que, entre gritos, los agentes bursátiles compraban y vendían acciones, pero sigue siendo un regalo para la vista de los paseantes de esta maravillosa zona de nuestra villa. 

El hotel Ritz
(Foto CC BY-SA Luis García, Zaqarbal)

No hay que alejarse mucho para llegar a otro de los edificios que dan seña de identidad a Madrid, el de un hotel de lujo de renombre, el Ritz. El solar tuvo en tiempos otros usos, fundamentalmente de ocio y recreo, pues allí estuvieron el teatro Tívoli y el circo Hipódromo, hasta que esta cadena hotelera adquirió el solar. El proyecto fue de un arquitecto francés apellidado Mevves, pero fue supervisado, autorizado y dirigido por el español Luis Landecho. Se levantó entre 1908 y 1914. Por cierto, Répide se queja de que el jardín que aún sigue siendo utilizado por el hotel y que se ubica frente a la fachada que da al paseo del Prado era de titularidad municipal y se cedió a la sociedad propietaria del hotel a cambio de un canon anual que el reputado cronista consideraba “irrisorio”. Ignoro si la situación, más de cien años después, sigue siendo la misma…

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