Entre la calle del Mediodía Grande y la cuesta de las Descargas. Distrito 1 (Centro). Barrio del Palacio.
El punto en el que finaliza nuestra calle se llamó antiguamente Campillo de Gil Imón, ya que pertenecía a este personaje del que se hará cumplida referencia al llegar a la calle que lleva su nombre. En unos corrales que había en ese campillo, junto a la calle de San Bernabé, se guardaba un águila dorada de gran tamaño que era sacada en la procesión del Corpus como representación de San Juan Evangelista. Era la procesión del Corpus, amén de la manifestación religiosa más importante que en anteriores siglos se producía en la villa, una mezcla de elementos religiosos y profanos, casi paganos. Ese día se podía contemplar no sólo la solemne procesión en la que la Sagrada Forma era llevada en la famosa custodia llamada de Francisco Álvarez que aún guarda el Ayuntamiento, sino también la Tarasca, que precedía a la procesión religiosa. Era una carroza que representaba a un extraño animal fabuloso y que portaba un grotesco cortejo formado por comediantes principalmente. Además, las señoras y los caballeros elegantes debían prestar mucha atención, pues dos personajes que viajaban en la carroza, acompañando a una joven rubia que representaba al arcángel San Miguel, y que se llamaban la Tarasquilla y el Tarascón, vestían lo que iba a estar de moda la siguiente temporada. La Tarasca fue limitada por Felipe III, que prohibió que precediese a la procesión religiosa, y Felipe IV la suprimió.
Tradicionalmente se dice que en el número 1 de la calle del Águila nació San Isidro. Es probable, a pesar de que en la época en la que nació el santo patrón de la villa, esta zona quedaba extramuros de la pequeña medina árabe que aún era Madrid, incluso algo retirada del arrabal de las Vistillas que ya había empezado a crecer fuera de la primitiva muralla árabe. Sea como sea, en esa casa se hizo una capilla dedicada al santo y allí tiene aún, como las tenía en época de Répide, sus oficinas el cementerio de la Sacramental de San Isidro.
1 comentario:
Lo de la Tarasca debía ser frecuente en mas lugares, porque yo he alcanzado a ver una representación de "El comendador de Ocaña" en la plaza de este pueblo, en la que se hizo una figuración de lo que era la antigua procesión del Corpus, y sacaron una Tarasca que tenían en la Iglesia y que no salía hacía muchísimos años. Fue una cosa muy divertida, porque al mismo tiempo pusieron fuegos artificiales todo en derredor de la plaza del pueblo y las viejas corrían despavoridas a guarecerse en los soportales. Esto debió ser a finales de los años 70, y la gran novedad, aparte de "resucitar" a la Tarasca, fue la utilización de micrófonos inalámbricos, que yo no entendía cómo funcionaban, porque nunca los había visto.
(otra vez caigo en la cuenta de lo antigua que soy. ¡qué dia llevo!)
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